Cuando el auto se detuvo en la villa, empujó la puerta para salir, en ese momento el auto de Andrés también se detuvo y rápidamente se bajó del auto para alcanzar a Alain.
—Alain...
Siempre había respetado a este hombre que lo había cuidado todo el tiempo, aunque ahora sabía que no era su primo de verdad, seguía teniéndolo el mismo respeto de siempre.
Los pasos de Alain se detuvieron. Cuando se dio la vuelta, vio a Andrés corriendo hacia él apresuradamente.
—He estado esperándote en la empresa por un tiempo. Mi madre me llamó y me pidió que volviera, así que vine aquí sin avisar. Sé lo que quieres preguntarme.
Andrés le entregó la carta.
—Lo entenderás todo después de leerlo.
El rostro de Alain era más que sombrío, no se le podía apreciar ninguna emoción. Podía suponer lo que estaba escrito en esta carta sin mirarlo. Lo tomó, pero no comenzó a leer el contenido de inmediato, sino que miró a Andrés.
—No vuelvas a venir aquí de ahora en adelante.
Después de hablar, continuó dando sus pasos hacia delante.
—¿Por qué?
Después de leer la carta, Andrés supo que Carmen era su madre biológica, pero no sabía que la muerte de Carmen fue causada por Elio.
En su opinión, la identidad de Cynthia era un final feliz para todos, porque Elio no tendría más razones para separarlos, lo cual era bueno.
Alain no lo explicó. La culpa de Elio no tenía nada que ver con Andrés. No quería estar enojado con él, pero tampoco quería tener nada que ver con él. Su expresión y tono eran muy apagados.
—Vete.
—Alain…
Andrés quiso aclarar las cosas preguntándoselo a Alain, pero este dio una orden a los guardaespaldas que vigilaban la villa:
—No quiero que nadie me moleste.
Dicho eso, entró a la casa. Andrés, que lo perseguía, fue detenido por el guardaespaldas, pero no se daba por vencido, le gritó a Alain:
—¿La identidad de Cynthia no es algo bueno para nosotros? De esta manera mi papá no intentará separaros. ¿Por qué Cynthia y tú estáis tan decididos en romper la relación conmigo? Mi papá hizo muchas cosas absurdas antes. Pero ahora también sabe que se equivocó, ha recibido un gran golpe con esta verdad, se le puede decir que se lo ha devuelta el karma. ¿Cynthia no va a considerar que mi padre es su tío?
Alain no vaciló en sus pasos, tampoco respondió a sus preguntas. Pronto la puerta de la villa se cerró, bloqueándole la vista a Andrés. Tenía los ojos rojos, tenía muchas ganas de entrar para aclarar el asunto, trató de librarse de los guardaespaldas.
—Apartaros del camino, dejadme entrar a decirle una cosa.
—Lo siento, no puede entrar.
La actitud de los guardaespaldas fue muy clara, no lo dejarían entrar.
Andrés pisoteó enojado, pero tampoco era capaz de colarse, por lo que solo pudo irse.
Dentro de la villa, al ver a Alain regresar, Vega se puso intranquila, lo miró.
—¿No dijo la señora que ibas a invitarla a cenar con los niños? ¿Por qué has vuelto? ¿Dónde están?
Después de escuchar las palabras de Isabel, adivinó por qué Cynthia se comportó de manera rara durante estos días. Ella planteó marcharse nada más saber la verdad.
Había un toque de frialdad en su rostro, sus ojos estaban muy pesados, con un leve rastro de impotencia y angustia, y su tono era muy ligero.
—¿Cuándo se fue?
Si pudiera elegir, desearía haber nacido en una familia común, así podría darte muchos hijos y vivir una vida ordinaria, pero no puedo elegir quién me ha traído al mundo.
El día del accidente automovilístico, mamá se puso delante de mí a toda costa, bloqueándome todos los peligros, solo quería protegerme a mí y a nuestro bebé. No sé cuántas veces he soñado con ella encima de mí, diciéndome: “Cynthia, cuídalo por mí y protege a vuestro hijo”. Me temo que voy a romper mi promesa. No puedo estar a tu lado en este momento. Lo único que puedo hacer es cuidar bien de nuestros hijos.
Alain, haz lo que quieras hacer, no te dejes ningún arrepentimiento, eso no es lo que quiero ver.
No me busques, no me hagas sentir culpa hacia ti. Espero que el tiempo pueda resolverlo todo. Espero con ansias que en algún momento casual nos encontremos de nuevo. En ese momento nos miraremos mutuamente. En ese momento nos abrazaremos sin más remordimientos.
Solía pensar que el amor no es una cosa que encontraría en mi vida. Hasta que ahora me di cuenta de que mis sentimientos por ti son tan profundos. Solo me acabo de ir, pero ya te estoy echando de menos locamente. Alain, te amo mucho, muchísimo.
Dejemos ilusiones para nuestro próximo encuentro. En ese momento tú serás Alain y yo seré Cynthia, nada más, solo representaremos a nosotros mismos.
Al final de todo me gustaría preguntarte algo: ¿me echarás de menos?».
Bajó la cabeza, bajó los ojos y se quedó quieto allí. En ese momento, su espalda recta estaba doblada por el enorme dolor que sentía, sus dedos temblaban levemente, parecía muy ansioso por marcar ese número.
Sentada en el auto, Cynthia, que ya había salido de la Ciudad B, estaba a punto de apagar el teléfono y tirar la tarjeta telefónica. En ese momento, entró una llamada. Miró la pantalla del teléfono y su corazón sintió una angustia enorme. Le resultaba difícil respirar con normalidad.
Se quedó mirando fijamente durante un largo rato para coger la llamada. Sabían quién estaba al otro lado de la línea, pero nadie tomó la iniciativa de hablar.
***
Después de mucho tiempo, desde el otro lado llegó un sonido ronco:
—Te echaré de menos.
Cynthia estaba apoyada contra la ventana del auto, mordiéndose el labio con fuerza. Había lástima y tristeza en su mirada. Los ojos brillantes empezaron a humedecerse, sintió ganas de llorar. Entonces, las lágrimas llegaron a su boca, eran saladas. Frunció la boca y no pudo controlarse más, se tapó los labios y lloró amargamente.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Vuelve conmigo,mi cariño!