Luciana suspiró la nariz y se sintió culpable. Por caso de que no pudo quedar con este feto, se odió a sí misma toda la vida.
Mauricio la abrazó desde el sofá, —Es muy tarde, vamos a dormir.
Realmente Mauricio tampoco estuvo calmado dentro como lo mostró por fuera, sólo que no comportó antes de Luciana. Si él también estuviera nervioso, Luciana podría estar más.
Las pestañas de Luciana estuvieron mojadas, —¿No me echas culpas de verdad?
No pudo ver el pensamiento de Mauricio claramente. Él estuvo nervioso por un rato y después quedó calmado como así. Eso la hizo nerviosa, no supo qué fue la opinión real suya.
Mauricio dijo con paciencia, —No te culpo de verdad.
La persona que tuvo que echar culpa era él. Se marchó después de casarse y quedó Luciana aquí sola. Era normal que no hizo las cosas excelentemente a veces. Él no la echó culpa.
No pensó que fue la culpa de Luciana si se pudo quedar con este niño o no. Por lo contrario, se culpó a sí mismo, creyó que no la cuidó bien.
Se casó con él en corta edad, pero él no pudo ofrecerla nada.
Fue su culpa.
Él se acostó en la cama abrazando a Luciana y la consoló, —Si no podemos quedar con este niño, sólo porque no ha llegado la suerte.
Luciana se metió en la manta callada, sólo que la vergüenza y nerviosidad no pararon.
Los dos no durmieron bien esta noche, pero fingieron de descansar bien.
Los dos desayunaron de la forma consoladora por la mañana, pero la comida fue insípida para ellos.
—Te llevo al hospital. —Mauricio se vistió del uniforme y dijo.
Luciana asintió con la cabeza, sus ojos estuvieron hinchados, podrían ser por el lloro y el mal. descanso.
Ella se vistió y salió de casa con Mauricio, los dos subieron al coche y Mauricio arrancó el coche. Sonó el móvil en el bolsillo.
Él lo cogió y le pidió a venir por otro lado de teléfono. Había una tarea para ellos desde el superior. Era la primera tarea después de la promoción de Mauricio, era importante para él. No sólo tuvo que hacerla bien, sino también tuvo que hacerla excelentemente.
—Llegaré un poco tarde. —dijo Mauricio.
—No pueden ser. Acabas de ser promocionado, ¿Qué va a pensar en ti la gente superior si no estás cuando viene?
—Yo...
—Vuelves a la comisaría primero y te espero en el hospital. —Luciana le interrumpió. Ella supo que él estuvo ocupado, por eso le entendió.
Mauricio dijo, —Tengo que estar contigo hoy.
—Luciana apretó los labios y dijo, —Pues me llevas a la comisaría y vamos al hospital cuando terminas el trabajo.
Fuera como fuera ella había pedido el permiso.
Mauricio pensó un poco, si dejó a Luciana en casa sola, fue inevitable que ella desvariara, entonces dijo, —Vale, intento terminar los trabajos cuanto antes.
Entonces Mauricio condujo a la comisaría. Había mucha gente en el salón, pareció que estuvo tratando algún caso. Mauricio llevó a Luciana a su oficina y la dijo que quedó en la oficina y no salió.
Luciana dijo, —No voy a molestarte.
Había que recibir a la gente superior en la sala de reunión, Fabián y él fueron a preparar en la sala de reunión.
Luciana sacó el móvil y buscó por Internet si pudo quedar con el niño por tomar la medicina. Estaban bien con algunas medicinas y otras fuerte no.
—Es así. —el policía supo porqué ella estuvo tan emocionada y dijo, —¿estás bien?
Luciana dijo, —Estoy bien.
—Vale, menos mal que estás bien. —él enseñó a la gente que estuvo en la salón, —ves a esas personas, sus familiares están muertos por eso.
La cara de Luciana quedó en blanca, ¿muertos?
—¿Qué pasó? —Luciana preguntó incoherentemente.
¡Ella estuvo súper sorprendida!
Mauricio vino con la persona que le buscó antes cuando este policía justo fue a contar todo a Luciana, —¿Qué pasa?
Luciana se acercó al lado de Mauricio y enseñó al médico esposado diciendo, —Esta persona, fue el charlatán que me atendió.
Mauricio volvió la cabeza a mirarla.
Luciana dijo confirmadamente, —Es él, no le voy reconocer mal.
Mauricio dijo, —Lo sé, entramos. —él cogió la mano de Luciana y dijo a la persona de traslado, —Llévale.
Dicho eso, él llevó a Luciana a la oficina.
—Miralo. —Mauricio la dejó el caso para ver.
Luciana lo cogió con la mano echándole un vistazo.
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