"Vaya, pareces otro niño". Xabier miró a Carmen con descontento, luego vio a Joan riendo con la boca abierta. Cuando Joan sonreía, era realmente adorable, nada como su padre serio.
"Sra. Mendoza, necesito un abrazo". Joan extendió los brazos hacia Julieta, mirándola con ansias. Julieta se acercó sonriente y se sentó a su lado, abrazándolo suavemente y acariciando su espalda: "¿Te sientes mejor, Joan?".
Joan: "Si la Sra. Mendoza me abraza, me sentiré mejor".
"¿De verdad? Qué buen chico eres, Joan". Julieta le dio un suave beso en la mejilla.
Joan la apartó de inmediato: "¡No, estoy enfermo, no quiero que la Sra. Mendoza se contagie!".
Viendo al adorable Joan, Xabier y la abuela se quedaron boquiabiertos.
¿Ese niño era realmente su nieto?
¿Cómo podía ser tan diferente?
¿Y desde cuándo se volvió tan tierno y elocuente?
¿Qué se había perdido esos días?
Observando la interacción entre Joan y Julieta, parecían más madre e hijo que otra cosa. Entendieron que el cambio de Joan se debía a Julieta.
¡Ella definitivamente tenía que ser su nuera!
Robb: [No, es que papá está enfermo, deberías venir a verlo]
[¿Ah? ¿Cómo está? ¿Es grave?] Al oír que su padre estaba enfermo, Julieta se puso nerviosa de inmediato.
Robb: [Tranquila, no es nada serio. Pero sabes que solo tú puedes curarlo. No has bebido demasiado, ¿verdad?]
Julieta respondió: [No, tengo control, ¿cómo podría beber demasiado?]
Mirando las dos botellas vacías en la mesa, Julieta se sintió un poco intranquila. Mientras estaba sumida en sus pensamientos, Eric la llamó. Se tomó un segundo para responder y escuchó que decía: "Podrías venir al Hotel Central, acabo de negociar algunos proyectos para ti, deberías venir para que no parezca que estamos faltándoles el respeto".
"Está bien, voy enseguida. Mándame el número de la sala". Colgó y se fue a cambiar de ropa.
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