"Bruno, necesitas calmarte, todavía no podemos estar seguros de que ella es la mamá de Joan, puede ser solo una estafadora, ¿cómo puedes creerle tan fácilmente?", la Sra. Ríos persistió, "¡Deberíamos realizar una prueba de paternidad antes de tomar cualquier decisión!"
"¿Y si te engaña? ¡Las mujeres hermosas son las más engañosas!"
Unas cuantas señoras adineradas asintieron al unísono: "Sí, quizás solo vio que te gustaba y se hizo pasar por la mamá de Joan."
"¿Qué sucederá si su hijo también viene a reclamar la herencia de Joan?"
"¡Ahora algunas mujeres hacen cualquier cosa para casarse con un hombre rico!"
"Sí, ella es una estrella, el Grupo Montoya tiene tantos recursos en la industria del entretenimiento, seguramente dependerá de ti para hacerse famosa."
Los comentarios se volvieron cada vez más punzantes. Bruno levantó la vista y los miró, diciendo fríamente: "¡Cállense!"
Esta palabra fue como un sello, haciendo que todas las señoras cerraran sus bocas de inmediato.
Miraron a Bruno con una expresión helada, intercambiando miradas incómodas.
Porque sus empresas estaban todas, en mayor o menor medida, asociadas con el Grupo Montoya. Se podría decir que el Grupo Montoya les daba de comer.
Las mujeres habían hablado bajo el liderazgo de la Sra. Ríos, y ahora que se dieron cuenta de lo que habían hecho, estaban aterradas.
Si fastidiaban a Bruno, sus empresas podrían quebrar en un instante.
"Yo le creo a ella.", dijo Bruno, luego bajó la mirada hacia Julieta. "Creo que ella es la mamá de Joan, y también creo que no me engañaría."
Tan pronto como terminó de hablar, la habitación quedó en silencio.
Segundos después, se escuchó la voz de Jaime desde un rincón: "Julie, ¿por qué te estás humillando? Hacer la prueba de paternidad es una señal de desconfianza, ¿no sería mejor si volvemos a casa? ¿Por qué te quedas aquí para ser menospreciada?"
Julieta lo miró y rio fríamente: "Jaime, deja de fingir ser bueno, ya te conozco."
"Siempre detesté a Faustino Roldán, pero ahora creo que eres más repugnante que él. Al menos su locura es evidente, no como tú, que haces cosas malvadas a escondidas."
"Escúchame bien, la prueba de paternidad, ¡la voy a hacer!"
Al escuchar las palabras de Julieta, Jaime sintió que su cuerpo se enfriaba instantáneamente.
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