La cámara se centró en sus ojos, sus cejas arqueadas derrochaban arrogancia y mucho poder, dejando a todos boquiabiertos.
Al sonar la música, Julieta comenzó a mover su cuerpo al ritmo. Sus movimientos eran llenos de fuerza y belleza eran precisos con cada batida.
Sus movimientos cambiantes sorprendieron a la audiencia tanto en vivo como en pantalla. ¿Quién dijo que Julieta no podía bailar? Ella era claramente una maestra de baile oculta, ¿verdad?
¡Incluso junto al rey del baile MINO, no se quedaba atrás! Con la música intensa, Julieta y MINO desataron una tras otra oleada de euforia en el lugar.
Aquellos que dijeron que Julieta no podía bailar, en este momento estaban totalmente encantados por sus movimientos. Comenzaron a gritar el nombre de Julieta.
Incluso al lado del rey del baile, ella no mostró debilidad, estaba llena de confianza. Al subir al escenario, se sintió como una reina.
Aunque al lado de ella estaba el rey del baile, su confianza se desbordaba en la pantalla, como si ella fuera la reina del escenario.
Bruno, sentado abajo, mirando a la despreocupada Julieta en el escenario, sonrió levemente. Después de esa noche, no sabía cuántas personas se enamorarían de ella. Pero, él estaba realmente feliz por ella.
Amar a alguien no era hacer que se convirtiera en lo que te gustaba, sino dejar que sea feliz siendo ella misma, y luego amar todo lo que ella amaba. Darle todo el apoyo.
Al principio, los fans de MINO criticaban a Julieta, pero después de ver su actuación, cambiaron de actitud de inmediato.
"Guau, estoy hipnotizado, ¡quiero casarme con ella!".
"Sus movimientos son tan decisivos y enérgicos, y con su personalidad única, ¡la amo!".
Xabier: "Sí, mucho más que tu papá".
Joan: "Correcto, mamá es hermosa, genial, fuerte y rica, ¿por qué debería tener a Bruno como mi papá? ¡Este papá, puedo prescindir de él!".
Estos dos ancianos estaban completamente sorprendidos, no esperaban que Joan llegara a tal conclusión.
"Espera, Joan, escucha, eso no está bien", Carmen se giró, atrapando a Joan, que saltaba por el sofá, y la abrazó: "Tienes que ayudar a tu papá a traer a mamá a casa, ¡y luego tendrás un hermanito!".
"¿Un hermanito?". Joan frunció el ceño: "Ese hermanito me quitará mis juguetes, ¡no me gusta tener un hermanito!".
Xabier: "¿Y una hermanita?".
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