Yo, una Actriz Bien Relacionada romance Capítulo 69

Pero Luisa apenas había dado unos pasos cuando su ropa fue agarrada con fuerza por Julieta: "¡Estás mintiendo! ¡Si obtenían fotos mías con mi hijo, podrían chantajearme para pedirme más dinero, ¿no? No puedo creer que solo tomarán algunas fotos de mi embarazo y se fueran."

"Luisa, ¿dónde está mi hijo? Si no me dices la verdad, te mataré", amenazó Julieta, apretando de nuevo el cuello de Luisa.

Luisa se puso pálida del miedo. "Julieta, si me matas, terminarás en la cárcel".

"¿Cárcel? En medio de la nada, sin cámaras, sin testigos, te mataría y te tiraría al río más cercano. Los policías no encontrarían pistas y asumirían que algo te pasó. ¿Qué tiene que ver eso conmigo?" Julieta se acercó al oído de Luisa y amenazó en voz baja. Su voz era tan fría y aterradora como el infierno y Luisa estaba aterrada por el miedo.

"¡Está muerto! ¡El niño está muerto!" Gritó Luisa de repente.

Julieta se detuvo. Luisa aprovechó la oportunidad para liberarse y huir rápidamente. Miró hacia atrás a Julieta, que se veía pálida como la muerte y se sintió enormemente aliviada.

Julieta se sentía helada. "Me estás mintiendo", tembló.

"¿Por qué te mentiría? Esa noche, hace tres años y medio, alrededor de las once, vi a un hombre vestido de negro con una máscara y un sombrero, llevándose a un niño. Luego saliste corriendo diciendo que te habían robado al niño. Piénsalo, si el niño estuviese bien, ¿por qué no habría llorado al estar expuesto bajo la lluvia?" Cuando Luisa terminó de hablar, el corazón de Julieta se apretó.

Nunca le había dicho a nadie que se habían robado a su hijo. Luisa tenía los detalles exactos del tiempo y el lugar, así que debía haberlo visto todo...

Julieta vio a Luisa, sus ojos ya estaban rojos. "No viste su cuerpo. El hecho de que no llorara no significa... No significa que estuviese muerto".

En realidad, Luisa sabía que el niño no estaba muerto. Al principio no lloró, pero cuando subió al auto, hizo un ligero sollozo.

Ella lo vio con sus propios ojos. Ese hombre de negro llevaba al niño a un auto de lujo.

No sabía mucho de autos, pero Salvador era un fanático de los autos y siempre veía revistas en casa. El Rolls-Royce edición limitada global era su auto favorito y valía al menos 100 millones.

No sabía qué relación tenía el hombre en el auto con el niño, pero no podía permitir que Julieta encontrara a ese niño porque... No podía dejar que Julieta tuviera ninguna oportunidad de tener algo que ella no.

Después de pensarlo, Luisa frunció el ceño y mintió: "El niño estaba muerto. ¡Estoy segura de que el niño estaba muerto! Vi cómo ese hombre lanzaba al niño al suelo con fuerza, ¡pero el niño no hizo ningún ruido!"

Al escuchar esto, Julieta se sintió mareada y casi se desmaya.

Su bebé había llorado fuertemente al nacer, era un bebé llorón. Eva solía bromear diciendo que sería un tenor. Si lo dejaron caer, ¿cómo era posible que no hubiese hecho ningún ruido?

Viendo a Julieta con un aspecto perdido, Luisa se rio fríamente y trató de recuperar su teléfono.

Bruno esperó un rato en el hotel, pero al no poder dejar de preocuparse, decidió conducir hasta el set para encontrarla.

Aún no había llegado al hotel cerca del set cuando recibió un mensaje de que Julieta había vuelto a su habitación y no estaba bien.

Muy preocupado, pisó el acelerador y condujo rápidamente hacia el set.

Después de estacionar, llamó a Julieta, pero ella no contestó. Tomó la tarjeta de la habitación de la recepción y fue directo a su habitación.

Al abrir la puerta, un fuerte olor a alcohol le golpeó.

Había botellas de alcohol por todo el suelo a su alrededor y ella todavía estaba bebiendo de una botella de aguardiente en su mano.

Sintió un nudo en el estómago, corrió hacia adelante, le quitó la botella de las manos, la atrajo hacia él y vio a la mujer llorosa en sus brazos. Bruno sentía impotencia, "Julieta, ¿qué te pasa?"

Julieta derramó lágrimas en silencio, agarró el traje de Bruno y se apoyó débilmente en él, susurrando: "Bruno, me siento mal."

El sollozo de Julieta hizo que el corazón de Bruno también le doliera. La abrazó con fuerza, besó suavemente su frente y susurró: "Tranquila, todo estará bien, estoy aquí."