( 18) SWEET CANDY y DARK SHANE - SEX HARD romance Capítulo 13

Nirvana se volvió el epicentro de mi felicidad durante los siguientes 5 días. El chico de la máscara... Digamos que nos volvimos muy amigos dentro de mis visitas. Odiaba el hecho de que aquel dios sexual supiese cual era mi rostro en cualquier esquina o avenida, y yo, por esa estúpida máscara, no conociese el rostro del culpable de mi culo rojo e hinchado.

¡Ya qué! 2 días para terminar mis vacaciones y Nirvana no podía ser el único lugar divertido.

Me dediqué el día entero a caminar por el pueblo, no era un día soleado pero se mantenía el buen clima. Mi vestido de girasoles en tela fina se alzaba de vez en cuando por culpa del viento y dejaba asomar el comienzo de mis nalgas por abajo, pero no hacía nada por impedirlo.

A eso de las 3 de la tarde paré en una pequeña cafetería a comer algo ligero, estaba encantada del ambiente hogareño que proporcionaba el lugar y cuando me atendió la camarera, sentí la sonrisa del gato Cheshire en mi rostro. Era perfecta.

-Hola, bienvenida, ¿qué deseas ordenar?- A ti, cubierta de caramelo pensé, pero me contuve.

-Mmm, ¿qué me recomiendas?- Me incliné un poco y mis senos se insinuaban sobre la mesa. Ella los vio, lo sé porque apartó la mirada y se veía nerviosa.

-Pues el sándwich de pollo y tocineta se ve muy bien el día de hoy - Trataba de sonar segura mirándome con esos ojos grises que llamaban mucho la atención en contraste con su piel morena y sus alborotados rizos oscuros.

-Perfecto, eso quiero entonces- Le sonreí- Y un té frío de limón.

-Ok, en unos minutos vuelvo con su orden.- Dijo luego de anotar en su pequeña libreta.

-No tardes- mi mirada intensa le aceleró el corazón, lo noté porque empezó a respirar más rápido antes de sonreír nerviosamente y salir huyendo a la cocina. Casi podía saborear la humedad que debe tener formada entre las piernas. Crucé las mías bajo la mesa apretando mi nudo latente.

5 minutos después, mi comida venía en manos de mi otra comida. Sonreí para mis adentro con mi chiste estúpido.

-Muy bien señorita- Dijo vaciando la bandeja en la mesa delante de mi.

-Nada de señorita, mi nombre es Verónica- dije sonriendole antes de tomar un trago de la bebida refrescante. Ella miró en mi dirección así que decidí continuar- ¿Cual es tu nombre?

-Soy Elli- El último botón de su camiseta se abría un poco mientras colocaba las servilletas en su lugar, pude ver su brasier color nude y un lunar encima de su seno derecho y eso solo hizo ponerme.

La cafetería tenía unas cinco o seis mesas llenas, y dos chicas más aparte de Elli como camareras, así que su presencia no era indispensable y podía charlar un poco. Eso por ahora, luego no sería una charla lo que tuviese conmigo. Aunque en este momento no lo sepa.

-Se ve genial esto- dije con inocencia- El hotel es muy aburrido para mi gusto.- Eso llamó su atención, ya no quedaba nada en la mesa pero ella seguía de pie junto a mi.

-¿No eres de acá, cierto?

-No, estoy de vacaciones. Aunque unas vacaciones sola apestan, ya me doy cuenta.

-¿No viniste con nadie?- Sus labios gruesos me ponían a imaginar cosas.

-No, no tengo a nadie- Dije directa- Y aún me quedan dos días aquí.- Suspiré con pesadez.

-Pues, te puedo enseñar un poco de la ciudad, si quieres- Dijo rápidamente y sin mirarme a los ojos, un rubor cubrió sus mejillas y no pude evitar pensar en que así se sonrojaba cuando estaba follando.

-Me parece estupendo, gracias.- Tomé su mano mientras le sonreía, ella se sorprendió un poco por el gesto pero igual sonrío. Pequeña zorra.

-Mi turno termina en 25 minutos, come y nos vemos en un rato, ok?- Ella sonreía mientras se alejaba luego de asentir. Su jodido culo era perfecto, esa falda negra de plises le quedaba espectacular con sus gruesas piernas oscuras, metí la mano debajo de mi vestido cuidándome de ser vista, mis bragas estaban mojadas y mi clítoris latía por falta de atención. Procedí a comer y esperar que pasaran los 25 minutos más largos.

Elli habló mucho conmigo, pasamos 3 horas caminando de un lado a otro mientras charlábamos, una que otra caricia inocente, un roce y todo esto me tenía encrespada. El sol ya se ocultaba y nosotras nos comíamos un helado justo frente a una pequeña plaza. Tenía 20 años, vivía con una prima y su tía y estudiaba para ser maestra, bromeé diciéndole que me avisara donde daría clases para llevar a mis futuros hijos y ella solo río.

-Bueno, ya es de noche- dije cuando oficialmente el sol se ocultó, ella me miraba curiosa- Así que es hora de algo más fuerte.

-Yo.. aún no tomo alcohol- dijo apenada.

-Oh, no importa, yo te enseño. En el bar del hotel donde estoy no tendrán problemas con tu edad, digo, si quieres.

-Pues... sí, vamos. - Dijo no muy segura pero aparentarlo que sí lo era, yo le sonreí y tomé su mano para caminar, ella no dijo nada pero su mano sudaba en la mía y yo sonreía feliz de ir a casa con mi presa.

-Vamos, hermosa - Le guiñé el ojo luego de entregarle un billete al portero, Elli me miraba nerviosa y se notaba a leguas su incomodidad.

-No sé, Vero- Me había apodado- No me siento apropiada para un lugar así.

La miré de pies a cabeza, su camisa de vestir blanca, falda de plises negra hasta la mitad del muslo y zapatillas de bailarina negros. Su cabello rebelde hasta sus senos caía en cascada cubriendo parte de su frondoso cuerpo y su rostro, un poco más claro que su cuerpo, con ojos grises que traspasaban aquellas espesas pestañas, una respingada nariz y aquellos labios a los que me imaginaba haciéndoles cosas pecaminosas.

Caminé dos pasos a ella y sonreí inspirandole confianza. Dirigí mis manos a sus pechos, grandes y jugosos, o mejor dicho a los botones de la camisa sobre ellos, abrí uno, luego otro, y listo, la camarera desaparecía y salía la chica sexy y angelical a la calle.

-Perfecta- Le dije mirándola a los ojos, se notaba un poco su sostén nude y su respiración agitada hacía que no pudiera apartarle las manos de encima.

Entramos y la música nos recibió reventando nuestros tímpanos. El lugar lleno de gente pero sin apretujarse entre sí. Elli miraba todo como un cervatillo temeroso y yo aproveché el escándalo para arrecostar mis senos contra su espalda y sentir su culo contra mi vagina, todo esto con la excusa de hablarle al oído. Pero el respingón que dio hizo que casi empezara a besarla ahí mismo.

-¿Te gusta el lugar?

Ella asentía sin apartarse de mi toque. Empezó a mover las caderas levemente con el golpeteo de la música, me sentí en confianza y coloque mis manos sobre sus caderas para bailar a su ritmo

-¡Sí! ¡Eso es!- La coreaba justo en su oreja y ella se dejaba llevar, sentía sus caderas contra mis manos y mi cuerpo se amoldaba a su curvatura, me sentía muy húmeda y quería atención. Así que me aparté antes de violar a la chica ahí mismo.

-Voy por unos tragos.

3:14 am. , subimos el ascensor para ir a mi habitación, estábamos en el estado ese de ebriedad donde aún estas cuerdo y hablando pero todo te causa risa a la vez y gritas. Me encantaba verla tan alegre, hasta sus pezones estaban felices, ya que se marcaban con fuerza contra la camisa que los aprisionaba. Por suerte las puertas se abrieron, mi habitación era la quinta del piso y llevaba a Elli de la mano hasta ahí, se volvió una excitante costumbre el hecho de que no le afectara que la sujetara.

-Vero...- Canturreaba ella tomando un mechón de mi cabello y torciéndolo mientras yo abría la puerta de la habitación.

-¿Si, nena?- Por fin el seguro cedió y estuvimos dentro, de inmediato me quité los zapatos y los dejé junto a la puerta, ella hizo lo mismo aún cuando no se lo pedí. Solté todo lo que sostenía, incluyendo bolsas de mis compras que amablemente el portero me sostuvo cuando pasamos de camino a la disco, así que me sentía liviana cuando giré a ver a mi invitada y esta estaba acostada en el sofá, dejándome ver su muslo izquierdo completo, hasta incluso su panty de encaje negro.

-No sé que me pasa- siguió hablando luego de un minuto de silencio, me acerqué a ella y acunclillada junto a su cabeza coloque la mano en su frente

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