Alfa, El Padre De Mi Ex Me Enamoró romance Capítulo 14

Ikal como todas las mañanas entró a la habitación de Enola, la última semana se le veía más débil, habían pasado alrededor de tres meses desde la ceremonia de su padre y ella parecía estar bien al inicio, sufriendo, pero fuerte, ahora ni siquiera podía ponerse en pie.

―Te traje esta avena para que trates de alimentarte. ―Se sentó en la cama. ―Déjame acomodarte para que puedas comer mejor. ―Antes de que pudiera ponerle un dedo encima, Enola le alejó la mano.

―No me toques. ―Susurró mirándolo con ese odio que no cambia por nada del mundo. ―Te he dicho que no quiero que estés a mi lado, déjame en paz de una buena vez, ya bastante daño me has hecho. ―Ikal miró el plato y suspiró, le ha explicado que actuó tontamente gracias a Katriona, pero ella no lo escucha y no está dispuesto a perdonarlo.

―Me merezco tu desprecio. ―Aceptó como siempre. ―Pero realmente estoy preocupado por ti y los bebés…

―¡Mis hijos no deberían interesarte! ―Gritó lo más alto que pudo y odió que su voz no tuviera la fuerza que ella desea. ―No vengas a comportarte como el exnovio mártir que trata de buscar su redención con actos banales y vacíos. ―Le dio la espalda. ―Sal de la habitación, después podrías decir que esta desvergonzada volvió a acostarse con el hijo. ―Ikal supo que no ganaría nada quedándose ahí, así que decidió dejar la avena sobre la mesita de noche y marcharse. ―Dios. ―Enola se quejó, siente dolor en su vientre. ―Dios mío. ―Se sorprendió al sentirse empapada de pronto, ¿Acaso se había hecho del baño? Se puso en pie lo más rápido que pudo para llegar al baño, pero la sangre cubriendo las sabanas blancas la impactó. ―¡Kato! ―Lo llamó entrando en pánico. ―Por favor, ven. ―El lobo la escuchó aun cuando estaba en la sala de estrategia, rápidamente salió corriendo a la habitación de Enola.

―¿Qué sucede? ―Preguntó al oler su pánico. ―¿Enola? ―Susurró al ver el charco de sangre bajo sus pies.

―Son los bebés, algo está mal, creo que… ―No pudo seguir el repentino dolor en su bajo vientre, le sacó todo el aire.

―Debes acostarte. ―Kato se apresuró a subirla a la cama. ―Que venga la hechicera y la partera, ¡Ya! ―Ordenó al hombre que cuida la puerta de la habitación. ―Todo estará bien, lo prometo. ―Enola lo dudó, siente en su corazón que las cosas no están bien.

―Kato, mis bebés… ellos están en riesgo, lo sé. ―Lo miró con lágrimas en los ojos antes de que el dolor la hiciera retorcerse, duele más que cuando perdió a su bebé. ―¡Dios! ―Pegó un gran gritó que estremeció por completo a Kato. ―Que ya se detenga. ―Rogó aferrada a las sabanas. ―¿Por qué duele tanto? ¿Por qué se ha hecho tan insoportable, tan rápido? ―Kato no supo qué hacer, solo estar ahí para ella.

―Estamos aquí. ―La hechicera fue la primera en acercarse a Enola. ―El brebaje que le doy para fortalecer su cuerpo, en este punto no le hará efecto. ―Miró al alfa. ―Esos bebés quieren salir al mundo y lo harán sin importar nada. ―Enola volvió a gritar por otro dolor.

―Por favor, haz que se detenga, te lo suplico. ―Miró a la hechicera.

―Una loba sufre con un parto. ―La partera se acercó para revisarla. ―Pero para una humana es como si le arrancaran la vida con un par de pinzas pequeñas. ―Al meter los dedos, Enola sintió que la estaban abriendo en dos. ―Estos bebés no son como el resto. ―Los miró preocupada. ―La energía de estos cachorros es tan poderosa que me resulta intimidante aun cuando no han nacido.

―Dios mío, ya que pare… ―Enola quedó sin aire, es como si cada contracción le quitara la poca energía que tiene. ―Kato, lo necesito. ―Lo miró implorante. ―Necesito a Tanok aquí… ―Contuvo las lágrimas para ver mejor al hombre. ―Lo necesito aquí… moriré junto a mis hijos si eso no pasa. ―Kato con el corazón a millón por hora, no supo cómo reaccionar a la situación, lo único que se podía preguntar era por qué sufría tanto.

―Alfa. ―La hechicera lo miró. ―Algo me dice que debe hacerle caso. ―Llamó su atención logrando sacarlo de sus pensamientos. ―Los cachorros deben crecer en el vientre de su madre estando cerca de su padre y más considerando que es el alfa más fuerte que hay. ―Los ojos de Kato se oscurecieron. ―Ella hizo todo el embarazo bebiendo brebajes hechos por mí para compensar la ausencia de su pareja, pero si llegan a nacer no solo le arrebatarán la vida a su madre, ellos morirán también.

―Kato, te lo suplicó. ―Enola lo miró y su fragilidad lo rompió. ―Necesito que mis hijos vivan… por favor… Aaahhh. ―Volvió a gritar y el dolor fue tan intolerante que desmayó.

―Alfa. ―La partera se puso en pie. ―Si no trae a ese hombre aquí, esos bebés matarán a su madre y después morirán ellos. ―Lo miró con seriedad, no hay tiempo. ―Él debe estar aquí, sus almas deben conectar nuevamente para que ella pueda tener fuerzas y traer a esos tres bebés. ―Kato se puso en pie y salió de la habitación, dejando a Enola gritando y después desmayándose.

―Ikal. ―Se acercó al joven. ―¿Lo estás escuchando? ―Ikal miró la ventana de la habitación de Enola y asintió.

―Se le está yendo la vida. ―Dijo al sentirla tan débil.

―Si tanto deseas redimirte con ella, es tu oportunidad. ―Lo miró a los ojos. ―Yo no puedo llegar, si lo hago Tanok no lo pensará y me matará, sin embargo, contigo pueda que se contenga un poco más, después de todo eres su hijo. ―Ikal supo de inmediato lo que debía hacer.

―Si mi padre no llega aquí para dentro de tres horas, ni yo tampoco, deberás ir tú. ―Dejó la espada de lado. ―Eso significan que acabaron con mi vida antes de que pudiera decir el recado. ―Kato asintió y ordenó a algunos de sus guerreros a acompañarlo para que nadie lo atacara en el camino.

En la manada BloodMoon, la luna de la manada estaba dando a luz a su hijo, todas las atenciones eran para ella, el lugar y el trato era digno de una reina. El hijo del alfa estaba por nacer y toda la aldea estaba festejando y esperando con desesperación el alumbramiento de la luna.

―¿Qué deseas, hijo? ―Ikal miró a su padre y el resentimiento fue inevitable, pero quitándose de la cabeza que él se casó con esa zorr4 y abandonó a su luna, se centró en su misión.

―Enola está dando a luz. ―Katriona ignoró por completo a su hijo y miró en dirección a Tanok. ―Los bebés y la propia vida de Enola están corriendo peligro. ―El corazón de Tanok se debilitó tanto que no sintió sus latidos. ―Necesitan de ti padre, si no vas con ellos morirán. ―Miró con desprecio a Katriona. ―Ese hijo ni siquiera es tuyo. ―Señaló al bebé en los brazos de Katriona, Tanok lo tenía claro, no sintió la conexión con el bebé.

―¡Maldit4 mujer! ―Gritó furioso. ―¡¿Osaste a jugar conmigo y manipularme?! ―Iba dispuesto a acercarse a ella, pero Ikal lo detuvo.

―Debes irte pronto, Enola te necesita. ―Tanok sentía la necesidad de hacer pagar a esa traidora, pero su pequeña cachorra y su cachorrito la necesitan. ―En la puerta hay cuatro hombres, ellos harán que llegues sin inconvenientes.

―Dejen a esta desvergonzada sola. ―Miró a las mujeres quienes no apartaban la vista indignadas de Katriona. ―Ella no merece este trato, no quiero que la ayuden en nada. ―Todas salieron antes de Tanok, quien no perdió el tiempo para emprender su camino. Deseaba interrogarla para sacarle la verdad, pero no había tiempo, ¿Cómo había cometido un error tan grave?

―Vaya… ―Ikal la miró con desprecio. ―Sola, justo como lo dije. ―Ladeó la sonrisa. ―Ahora tu bastardo y tú serán exiliados de aquí y sin una loba. ―Negó con una sonrisa en sus labios. ―Se te hará muy difícil todo… vivir como un humano, igual a la especie que tanto aborreces. ―Carcajeó disfrutando el gesto de Katriona, ella ni siquiera ha podido reaccionar. ―Aunque pensándolo bien. ―Se acercó un poco más a ella. ―Cometiste traición, manipulaste al alfa con hechizos y te convertiste en una luna a base de crueldad y manipulación. ―Chasqueó la lengua al ver las lágrimas recorrer las mejillas de Katriona. ―Ahora tu pequeño bastardo no tiene padre. ―Se burló de ella, había deseado tanto ese momento y la vida lo recompensó.

―¡Es tu hijo! ¡¿Cómo puedes expresarte de él así?! ―Gritó sollozando.

―Oh, no, guapa. ―Negó varias veces con el dedo índice. ―Ese bastardo no es mío, tú misma me lo dijiste, ¿Ya lo olvidaste? ―Le guiñó. ―Ahora recibirás lo que te mereces. ―Cambió su gesto a uno de asco. ―Jamás podría considerarlo mío sabiendo lo zorr4 que eres. ―Escupió con odi0.

Tanok corrió con todas sus fuerzas, por alguna razón ahora sí puede sentir la conexión con sus bebés, ¿Son tres? Se sorprendió muchísimo, ¿Cómo es que ahora puede sentirlos y no antes? ¿Qué estaba pasando?

Al llegar, retomó su forma humana, pero le fue imposible dar un paso debido a ese desgarrador grito que escuchó y que de pronto la conexión con su pequeña cachorra se desvaneciera lo hizo caer de rodillas.

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