Los días concurrieron y el dolor de Tanok se intensificó al punto de dejarlo casi muerto, los cachorros de ahora dos semanas están fuertes y saludables. El día del ritual había llegado, la luna llena roja finalmente mostraría su cara y la oportunidad de devolverle la vida a Enola se había presentado.
Todos estaban en contra del ritual, después de todo Enola no había presentado indicios de que la mordida surtió efecto en ella, pero Tanok se antepuso al mismísimo consejo y dejó en claro que ese ritual se llevaría a cabo sin importar las consecuencias y nadie pudo con el alfa aun cuando su debilidad es indudable.
―Hoy es el juicio de Katriona. ―Ikal entró a la habitación de su padre. Aceptó permanecer en la manada aun cuando estará a prueba por un tiempo, la hechicera lo estudió y el odio que tenía en contra de su padre y Enola, fue infundado gracias a un hechizo de control que Katriona le había hecho. La hechicera que cedió a ayudarla fue asesinada por sus actos. ―¿Estarás presente? ―Tanok dejó a su hija en la cuna y después miró a su primogénito.
―Por supuesto, soy el alfa de esta manada y aunque la vida me esté abandonando, debo cumplir con mis obligaciones. ―Se puso en pie. ―Tú estarás ahí como testigo. ―Al notar que su hijo estaba con la mirada fija en sus hermanos, enarcó una ceja, no es un secreto que la situación lo incomoda al punto de no querer relacionarse con ellos. ―Deberías darles la oportunidad. ―Sonrió.
―Nunca te puedo recordar como un padre cariñoso. ―Ikal lo miró a los ojos. ―¿Por qué con ellos eres distinto? ¿Acaso es por qué no amabas realmente a mi madre? ―Tanok endureció el gesto.
―Yo amé a tu madre hasta el día de su muerte. ―La firmeza en esa respuesta tensó a Ikal. ―Si ella no hubiera muerto, aún estaría aquí conmigo. ―Cerrando los ojos intentó calmarse. ―Yo me alejé de ti, no porque no te amaba, lo hice porque representaba un peligro para el resto de la humanidad. ―Ikal no lo comprendió. ―Arrasé con todo un reino por ti. ―Al ver la sorpresa en su rostro, Tanok resopló. ―Intentaron secuestrarte para extorsionarme y lo único que consiguieron fue la destrucción de su hogar, los del consejo decidieron que yo debía alejarme de ti por un tiempo, por eso me marché lejos. La única manera de que yo pudiera controlar mi crueldad e ira era consiguiendo una luna, pero aun así volví por ti, pero tú decidiste marcharte para no estar bajo mi mandato, así que volví a marcharme para buscar a mi luna. ―Sonrió. ―Pero ni aun encontrándola se controló mi estupidez. ―Ikal totalmente en shock por saber la verdad, dio media vuelta y se marchó sin saber como procesar esa información que se le ha dado.
Katriona jugó con él, pero ella se aprovechó del odio que tenía muy profundo en él. ¿Acaso mantuvo ese resentimiento en contra de su padre sin motivos? ¿Por qué su abuelo no le dijo la verdad en cuanto creció? Las preguntas estaban a punto de enloquecerlo, así que decidió ir a cazar.
La hora del juicio de Katriona llegó, decidieron meterla en el calabozo hasta que tomaran una decisión, pero ya es hora de que su sentencia sea dictada. Los guardias llegaron a la celda y al verla ladearon la sonrisa, la mujer intentó acostarse con todos para que la ayudaran a salir, pero la hechicera los protegió de sus encantos.
―Arriba. ―Katriona tomó a su bebé en brazos y obedeció, ¿Cómo pudo ella quedar en esa situación?
―¡No me toques! ―Gruñó soltándose del hombre. ―Me sé muy bien el camino.
―Por supuesto, aquí venías para atormentar a la luna del alfa y también lo hiciste para envenenarla y tratar de matar a los bebés. ―Que le dijeran sus pecados la enfurecía muchísimo. Ni siquiera Ikal quería saber de ella, no la visitaba más que para humillarla y lastimarla con sus palabras o follársel4 a cambio de un buen plato de comida.
El consejo esperó pacientemente a que el alfa se dignara en llegar para iniciar el juicio. Ikal miró al niño entre los brazos de Katriona y sonrió, realmente fue un tonto al creer que ese bebé era de él, aunque no puede culparse, sentía la conexión y aunque fuera falsa, se sentía muy real.
―Estoy aquí. ―Tanok entró. ―Pero he venido a detener esto. ―Katriona sonrió al instante y todos los demás quedaron desconcertados. ―Quiero que sea mi destinada quien tome la decisión sobre la traidora.
―No podemos hacer eso. ―La única anciana del lugar, Nighta, se negó. ―Ni siquiera es seguro lo que pueda pasar hoy.
―Tenerla un poco más en el calabozo no le hará daño. ―Ikal se encogió de hombros dejándolos a todos sorprendidos, él está apoyando a su padre. ―Hoy a la media noche se hará el ritual, puede esperar hasta entonces. ―A Katriona se le borró la sonrisa en el acto, ¿Acaso su destino dependerá de esa humana? ¿De qué ritual estaban hablando? No saber nada la enloqueció.
―Creo que podemos atrasarlo. ―Char, otro de los ancianos, se puso en pie. ―Está cayendo la noche y tenemos invitadas importantes, hay que recibirlas.
―Guardias. ―Shasta llamó a los guerreros. ―Llévensela.
―No, por favor. ―Imploró Katriona. ―No de nuevo a ese lugar, se los suplico. ―Miró a Tanok con lágrimas en los ojos. ―Ese lugar es muy frío y oscuro, mi bebé no podrá resistirlo más. ―Ikal vio la oportunidad perfecta.
―Que lastima, tú hiciste que una simple humana embarazada viviera en esas condiciones, ¿Por qué no podrías tú que eres una loba? ―El rostro de Katriona se desencajó por las ganas de llorar. ―Oh, cierto… ¡Tu loba te abandonó! ―Carcajeó al verla llorar finalmente.
―¡Ella no quiere eso! ―Kato volvió a su forma humana al ver como una nube se formaba sobre Enola. ―¡Eres un egoísta! ―Tanok también tomó su forma humana.
―Tú no lo entenderías, ¡No tienes una destinada! No puedes venir aquí a entrometerte. ―Respiró agitado. ―Ya no puedes hacer nada, es mejor que te largues de aquí o te mataré de una bue… ―El repentino ruido ocasionado por un rayo lo calló.
―¿Funcionó? ―Jessica miró el altar, el rayo cayó directamente sobre Enola, pero estaba como si nada. ―No funcionó. ―Miró a la bruja principal.
―Debería haber despertado. ―Su gesto paralizó a Tanok. ―Esto debió funcionar…
―No… debe haber algo más que hacer. ―Se acercó al altar. ―Yo daré mi vida por la de ella, pero por favor, hagan que vuelva a la vida. ―Las miró. ―Sacrifíquenme, en cambio, de su vida, se los suplico. ―Las mujeres lo miraron con lástima.
―Aun cuando te sacrifiquemos, no hay garantía de que ella volverá a la vida. ―Tanok abrazó el cuerpo de su mujer y lo apretó con fuerza. ―No sirvió de nada. ―Jessica no se lo podía creer. ―Ella realmente estaba muerta cuando recibió tus mordidas. ―Tanok no lo quería aceptar, él no podía darse por vencido.
―Debe haber algo, esto no puede terminar así, ¿Por qué terminaría de esta manera?
―Te dimos la oportunidad de intentar algo tan absurdo. ―Nighta lo miró con severidad. ―Te lo advertimos, Tanok, ese ritual solo se puede hacer con personas que nacieron sin lobo, pero que porten la sangre de quienes sí y en todo caso, deben tener vida. ―Miró al resto. ―Hay que preparar la ceremonia para sepultarla, ya hemos profanado el cuerpo de esa pobre humana lo suficiente. ―Las miradas de tristeza se posaron en Tanok y la manera en la que se aferra al cuerpo sin vida de su amada.
―¿Cree usted en la reencarnación? ―La bruja principal se dirigió a Tanok. ―Cuando dos vidas están destinadas a enlazarse, no importa por cuantos cuerpos pase esa alma, volverá a quien pertenece. ―Tanok no la escuchó, él quiere a su cachorrita, solo a ella y ahora debe dejarla ir.
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