―¿El bosque? ―Tahiel lo miró con desconfianza. ―¿No es mejor practicar en un lugar llano y despejado? ―Tanok sonrió.
―Tienen que ser los mejores. ―Miró a sus hijos. ―Y para eso deben entrenar con complicaciones, es la única manera de que su instinto se active y evolucione. ―Miró tras de ellos. ―El bosque es el lugar más crudo para cualquiera, frío extremo, peligros y dificultad para desenvolverse con facilidad.
―¿Acaso quieres que nos maten? ―Aluhe lo miró como si estuviera loco. ―No sabemos muy bien controlar nuestra parte Lycan, mamá eso no nos enseñó. ―Tanok suspiró.
―Son hechiceros y también hijos del alfa más poderos que ha existido en la historia de los Lycan. ―Tanok colocó sus pertenencias en un punto clave y ocultó el olor con las flores. ―Desde aquí nos convertiremos en Lycan y es así como permaneceremos hasta el día que volvamos al pie de la montaña.
―Papi. ―Huilén lo miró preocupada. ―¿Qué sucede si no puedo mantener mi forma Lycan? ―Tanok le sonrió con dulzura.
―Eres una guerrera, amor. ―Acarició su cabellera blanca. ―Desde que tenían seis meses ustedes se convertían como si fuera un juego, ¿Qué te hace pensar que no podrán con esto?
―¿Estuviste con nosotros a esa edad? ―Tahiel lo miró confundido.
―Sí, dejé de verlos cuando tenían casi nueve meses. ―Se enderezó. ―Su madre me mostró fragmentos de ese pasado que viví.
―¿Por qué a nosotros no nos mostró nada? ―Reclamó Aluhe. ―Es injusto.
―No sean duros con ella. ―Les pidió. ―Ella sufría muchísimo, niños, solo cuidaba de ustedes. Lo entienden, ¿Verdad? ―Ambos asintieron.
―¿Por qué no te lo muestra todo? ―Tahiel enarcó una ceja, haciendo el mismo gesto que su padre cuando quiere fastidiar. ―Digo, ella tiene el poder de meterse en la cabeza de los demás. ―Tanok también se lo había pedido, pero ella no pudo hacer nada.
―Tal parece que no puede hacerlo. ―Inició a estirarse, había pasado más de un mes en el que no se convertía. ―Bien, niños, hay que hacer esto. ―Los tres se transformaron más rápido que su padre, eso llenó de orgullo a Tanok, sus hijos son excepcionales.
Los cuatro se internaron en el bosque, los trillizos pudieron notar como sus instintos eran los que lo guiaban. Podían escucharlo absolutamente todo, hasta la hormiga comiendo, su rapidez es casi igual a la de su padre y la fuerza de sus pisas poderosas.
{Esto es más fácil de lo que creí} Tahiel sonó arrogante. {No será difícil para mí superarte} Al no verlo más, paró en seco provocado que sus hermanos se estrellaran con él, la fuerza del choque los hizo rodar por un barranco.
{¿Padre?} Huilén se puso en pie y tras sacudirse miró a su alrededor. {¿Dónde está nuestro padre?} Inició a asustarse. {Él estaba frente a nosotros, ¿Cómo pudo desaparecer de esa manera? ¡Él no posee magia!}
{Deja de llorar} La regañó Tahiel. {Él volverá por nosotros}
{¿Qué sucede si nos abandona aquí?} Cuestionó Aluhe. {Después de todo atacó la aldea de nuestra madre, ¿Qué pasa si este era su plan? Madre no soportaría perdernos y cualquiera la superaría gracias al dolor de perdernos}
{No seas tonto} El lobo de Tahiel le gruñó a la cara. {Padre nos ama, no lo olvides} Agudizó sus sentidos. {Esta es nuestra primera prueba, hay que encontrarlo} Tanok sonrió por el actuar de su hijo, es un líder nato, por supuesto que lo es.
Con sumo cuidado, se alejó de ellos, debe dejarlos desenvolverse solos, si ellos lo encuentran entonces no le cabrá ninguna duda, sus hijos serán mucho mejores que él. Los trillizos iniciaron su búsqueda, su padre es realmente bueno ocultándose, es como si desapareciera del todo. Su olor se disipa a la velocidad del aire y no pueden seguirle el rastro.
{Huilén, ¡Ahora!} Ordenó Tahiel. {Aluhe, tú también} Huilén corrió a la derecha, Aluhe a la izquierda y Tahiel corrió al frente, pero en un rápido movimiento cambió de dirección y corrió en el sentido contrario.
Tanok intentó cambiar de dirección, pero la rapidez de sus hijos fue tanta que no pudo evitar ocultarse de ellos, jamás esperó que Tahiel cambiara de dirección tan repentinamente. Supuso que estaba cansado y por eso corría lento, pero lo hizo para cuando cambiara la dirección, reducir el tramo que se alejó con rapidez.
{Caraj0s} Saltó así escapando de sus hijos que se dieron de bruces por ir tan rápido. {Lo han conseguido} Los trillizos lo miraron una vez lograron ponerse en pie, están cansados y hambrientos. {Vamos, síganme} No los felicitó, los trataría como a cualquier guerrero. {Coman para que puedan descansar, mañana será un día más pesado} Los cachorros no cuestionaron, se alimentaron del animal muerto y ni siquiera se les pasó por la cabeza que estaban comiéndose a un animal crudo, sus instintos simplemente lo hicieron devorarse la presa que su padre cazó para ellos.
{Estoy tan agotada} El lobo de Huilén lamió su hocico. {Quiero dormir} Echándose, se acomodó y se quedó dormida al instante. Tahiel y Aluhe intentaron hacerse los fuertes, pero sin darse cuenta se durmieron arrimados a su hermanita.
{Lo hicieron bien, cachorros} Tanok les tiró una manta encima, y se echó al lado de sus hijos, en alerta por si cualquier amenaza los acechaba poder defender a sus cachorros.
Los lobos enemigos se ocultaron, habían presenciado todo lo que los pequeños hicieron las últimas horas, no pudieron acercarse de más porque Tanok no los dejaba solos ni un solo segundo. Las cosas eran más complicadas de las que creían.
―Deberíamos aprovechar ahora que los cachorros están dormidos. ―Propuso uno de ellos. ―Si matamos a los niños, la alfa despiadada estará fuera de combate. Mataríamos a dos pájaros de un tiro, ¿No lo creen?
―¿Eres imbécil? ―Gruñó el líder. ―¿Qué parte de que esos niños fueron entrenados por esa mujer no entiendes? Pueden parecer inexpertos, pero ya vieron como lograron acorralar a su padre, ¡El alfa oscuro! ―Maldij0. ―Debemos hacer las cosas bien, o de lo contrario moriremos, y el Este jamás será importante.
{Sí, no serán un estorbo para mí} Aclaró. {Deberán acercarse a mí para llevar a cabo su ataque o de lo contrario no podrán hacer nada} Los lobos enemigos se vieron con sus planes frustrados, la idea era alejarlo, no acercarse.
{Bueno, ya que dices poder con todos} Los diez lobos salieron a la luz de la luna. {Tendrás que lidiar con cada uno} El primero en saltar fue el líder, Tanok soportó el ataque sin defenderse y al resto ver aquello, también saltaron a atacar. Los trillizos corrieron lejos de su padre para ponerse a salvo.
Tanok al ver que sus hijos hicieron justo lo que pensó, inició a contraatacar, sus ataques al contrario de sus enemigos eran mortales, por su gran tamaño se le hizo fácil morderles el cuello y matarlos al instante.
Los trillizos miraron la brutal pelea desde la distancia, sus corazoncitos palpitaban con violencia y el miedo los invadió al ver como siete de los diez lobos seguían en pie atacando sin descanso a su padre.
{Tenemos que ayudarlo} Huilén mordió a sus hermanos para que se movieran. {No podemos perderlo nuevamente}
{No podemos} Tahiel se congeló. {No podemos ir ahí, nos matarían}
{Pero le están ganando} Aluhe dio un paso al frente, pero Tahiel le mordió la cola para detenerlo.
{Papá los matará, él nos protegerá, ¿Ya olvidaron su promesa? Él no morirá nuevamente, no volverá a dejarnos} Confió en él como se negó a hacerlo antes.
El poder de Tanok pareció incrementar al escuchar a sus hijos, ellos ya lo habían aceptado y ahora es cuando debe demostrar que podrá defenderlos y protegerlos siempre. El lobo de Tanok aumentó su tamaño, los ojos ya rojos se volvieron sangre y su aura más oscura, los lobos intentaron retroceder, pero Tanok no se los permitió, uno a uno los cazó y acabó con ellos sin posibilidad a que pudieran salvarse de sus heridas. Por lo menos le dieron la oportunidad de demostrarle lo que quería a sus hijos.
{Padre} Los trillizos corrieron al verlo acercarse. {¿Estás bien?} Tahiel inició a olfatearlo, el olor a sangre es muy pura.
{Estoy bien, cachorros} Comprobó que sus hijos estuvieran bien, no se pudo centrar al cien en la pelea por estar pendiente a ellos y por esa razón tiene dos heridas graves. {Hay que irnos, puede haber más, tomen su forma humana, usen sus poderes, vístanse y monten sobre mi lomo} Los niños obedecieron sin poner peros.
Tanok corrió lo más rápido que pudo, su hija intentó sanarlo, pero desmayó antes de que la mejoría pudiera ser buena, aun así, le devolvió un poco de energía. Al llegar, sus hijos lo miraron a la cara.
―Jamás nos dejes, padre. ―Tahiel abrazó al lobo al igual que sus hermanos. ―Te queremos siempre cerca de nosotros. ―Todos fueron testigos de aquella aceptación y Enola fue la más feliz, su bestia consiguió el amor de sus hijos.
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