Ankor le mostró a Enola por qué todos le temen, la manera en la que mató a los demás lobos con tanta facilidad la dejó realmente en shock, lo que había frente a ella no era un lobo o un humano, era una auténtica bestia despiadada y sedienta de sangre.
Ya no quedaba más de los lobos, ni siquiera volvieron a su forma humana después de morir, Ankor no dejó un miembro pegado al dorso, simplemente los descuartizó con tanta facilidad que la aterró.
{Ankor} Enola retrocedió al verlo caminar en su dirección con esos ojos plagados de odio. {Ankor, soy yo, por favor, detente} El lobo no la escuchó, se lamió la sangre del hocico y después le mostró sus intimidantes colmillos.
El corazón de Enola inició a latir con fuerza, la bestia no pensaba detenerse y aunque juró que no se defendería, se vio obligada a convertirse en humana para usar su poder. El primer zarpazo logró recortarle un poco de cabello, Enola se llevó las manos al cuello, era a esa dirección que iba el ataque.
{Aaarrrggg} Ankor tiró una mordida que Enola desvió haciendo uso de su poder.
―Ankor. ―Rogó retrocediendo con miedo. ―¡Tanok! ―Chilló al caer por una rama que se enredó en sus pies, cerró los ojos esperando el golpe, pero no llegó. ―Amor… ¡Oh, mierd4! ―Gritó poniéndose en pie e iniciando a correr. ―Lo sé, me odias por creer que te lastimé. ―Gritó Enola sin dejar de huirle a la bestia que no deja de pelear con él mismo, pero que, sin embargo, va tras ella. ―Te quité la capacidad de convertirte en humano para que no murieras. ―Desapareciendo, evitó ser mordida. ―Dioses. ―Se echó a un lado, ¿Cómo pudo girar tan rápido? Se preguntó con incredulidad. ―Todo este tiempo has sido fuerte por los dos. ―Lo miró a los ojos. ―Creí que cuando me encontraste y tuviste tan dispuesto por mí, la maldición finalmente se había ido… ok. ―Le mostró las palmas de las manos al saber que ya se estaba enfureciendo nuevamente. ―Quizás no lo recordaba con la cabeza, pero sí con el corazón… ―Dejando caer los hombros, decidió alejarse de la bestia antes de que pudiera lastimarla o ella a él al defenderse.
Agotamiento, eso siente Enola al estar tras el lobo y pelear con él cada vez que lo encuentra. Pasan los días y nada cambia, es una relación de amor-odio, si hay algún enfrentamiento con los que vienen a cazarlo y ella se encuentra en el medio, él viene a rescatarla y después intenta acabarla a ella también.
No ha habido ni una cercanía y ya se le estaba acabando las opciones, lo ha intentado todo; hablarle de sus cuatro hijos, de su nieto, de la manada, de su vida juntos. Le ha explicado todo y le hizo saber que él no había sido culpable de las traiciones, le dejó en claro que estaba al tanto de todas las mentiras de su hermana, pero aun así el lobo seguía rechazándola y despreciando su ayuda.
Tanok ya no estaba, no quedaba nada de él y lo único que sobrevive es su parte salvaje, ella lo convirtió en un salvaje y de ese estado ya no hay vuelta atrás. Los días de su mes estaban llegando, pronto iniciaría a estar en celo y estar a la deriva no era seguro.
Los salvajes podrían olerla y quienes desean matarla a ella y a Ankor podrían aprovecharse de la situación. El miedo iniciaba a ganarle, era una Diosa sí, pero también una loba y el rechazo de su destinado está matando con rapidez a su loba y a ella le quita toda la energía por usar su poder para poder moverse y no quedar como la primera vez que Tanok la rechazó.
―Te dije que era buena idea acercarnos convertidos en humanos. ―El hombre sonrió al ver a la loba tratando de ponerse en pie. ―Tírale otro dardo, no olviden el motivo por el cual todo el mundo sobrenatural quiere cazarla. ―Uno de los otros hombres obedeció y le disparó el dardo con veneno paralizante.
―Está en celo. ―Gruñó otro de ellos tratando de dominar a su lobo. ―Caraj0s. ―Maldij0 antes de convertirse.
{Sería una injusticia no darle lo que quiere} Todos se transformaron en lycan. {Yo iré de primero} El líder se acercó a ella. {Seré amable contigo, lobita, tan amable que desearás convertirte en mi pareja} Enola apenas se podía mover, la última pelea que tuvo con Ankor la dejó exhausta y logró lastimarla.
{No…} Pidió Enola. {Tengo pareja} Les informó.
{Todos estamos informados, tu pareja es la bestia que aterroriza a todo el mundo} Olfateó sus partes. {Él te rechazó, escucho como tu corazón late débilmente} Las lágrimas saltaron de los ojos de Violette.
La culpa de la loba la hizo más débil, ella no pudo proteger a su humana, se distrajo por su dolor y ahora su humana está en peligro. ¿Cómo pudo fallarle como loba? Se cuestionó absolutamente al sentir como el lobo estaba listo para profanar su cuerpo.
{Ankor} Violette susurró el nombre de su lobo. {Ankor…} Los lobos no le prestaron demasiada atención, estaban embriagados por su olor y no podían dejar de acosarla, tanto que la excitación estaba por hacerlos perder el control y eso no tardó, pronto iniciaron a pelear por ser el primero en poseerla.
Ankor chocaba con los árboles para no dejarse llevar por el olor de su luna, él la había rechazado, ¿Por qué tenía tanta necesidad de estar con ella? El lobo miró a su alrededor tratando de encontrar una salida, pero todas las direcciones parecían tener su olor y guiarla a ella.
Desesperado por la agonía que estaba sintiendo al olerla, corrió sin dirección alguna y cada tanto se estrellaba de frente con los árboles al no verlos. Todo su mundo estaba dando vueltas y no sabía ni siquiera lo que estaba sintiendo, es como si ella lo atrajera.
Sin poder anteponerse a lo que su débil corazón siente, se dejó llevarla por esa conexión que se resistió a romperse, él corrió al llamado de su luna y una vez llegó y ver tal escena enfureció. Todos estaban peleando entre ellos pisoteando a su cachorrita.
Enola cerró los ojos y se sintió aliviada al sentir su olor, él había acudido a su llamado, eso significaba que sus almas de alguna manera estaban conectadas. Ankor acabó con los miserables en tiempo récord, el saber lo que estaban a nada de hacerle a su luna lo mató en vida.
{Cachorra} Gruñó el lobo sacudiendo la cabeza. {Mía} Se agitó intentando no perder el control.
―Entonces tendremos que pelear más fuerte para ganarle a la maldición. ―Agrandó la sonrisa. ―Si es posible viviré como una loba el resto de mi vida para acompañarte, eso si no encontramos una manera de ayudarte. ¿Acaso estás dispuesto a dejar a tu cachorrita sin más? ―Tanok se emocionó al escuchar esos latidos tan fuertes y eufóricos, jamás se había percatado, pero el saber que ella se pone así por él, lo hace muy feliz. ―Protegerme sin importar el peligro que es el cargo de ser tu destinada. ―Tanok le acarició la mano con su hocico. ―Rechazada por el hijo y reclamada por el padre, mostrémosles a todos la razón por la que el padre de mi ex me enamoró. ―Tanok mordió la blusa de su mujer y tiró de ella.
{Eres una auténtica luna} La miró a los ojos. {Mi camino, guía y luz, eso estás siendo para mí en este preciso momento} La olfateó un poco. {Hay que volver y recuperar nuestro reino y buscar la manera de volverme a mi forma humana} Enola agrandó la sonrisa, es justo lo que quiere.
Los peligros del camino no faltaron, los enfrentamientos tampoco se quedaron atrás, pero de algo sirvió, lograron convencer a la mayoría de que se les unieran por la guerra que estaba próxima a llegar y les creyeron.
La manada Luna Creciente se puso alerta al ver a su alfa llegar con el despiadado lobo, fueron semanas fuera, todos creyeron que ella estaba muerta a manos de la bestia, pero saber que lo ha traído a ellos no les gustó.
―Él no puede quedarse aquí. ―Enola miró a todos confundida.
―Es un asesino, ¡No lo queremos aquí!
―Por favor, deben escucharme… ―La pedrada que iba dirigida a Tanok golpeó la frente de Enola y la hizo sangrar.
Ankor no lo dudó y desplazó a Tanok así perdiendo el control nuevamente al sentir el olor de la sangre de su luna. Todos corrieron llenos de pánico al ver a la bestia correr hacia ellos.
―Lo dije, no debería estar aquí. ―Gritó uno en pánico. Enola miró al lobo, perdió el control sin pensarlo. ¿Acaso así sería siempre?
―Por favor, amor, no. ―Intentó detenerlo, pero ya habían desatado la ira de la bestia.
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