Alfa, El Padre De Mi Ex Me Enamoró romance Capítulo 49

Tanok pareció volverse más salvaje de lo que era tras saber que debía contraer matrimonio y lo peor era que su humanidad estaba latente y no podía comportarse como la bestia que es. No sería capaz de revivir lo que pasó tiempo atrás antes de que su cachorrita lograra volverlo en sí.

Los preparativos para la ceremonia se estaban llevando a cabo desde muy temprano, la novia y su familia eran tratados con respeto y amabilidad, todos en la aldea los trataban como lo que eran, parte importante de la manada.

Los niños no estaban de acuerdo en que su padre contrajera matrimonio con otra mujer, ellos no querían a otra en sus vidas, en cambio, Huilén estaba feliz de que su padre tuviera la posibilidad de ser feliz.

―¿Acaso no desean que nuestro padre intente ser feliz? ―Los miró a los ojos. ―Mamá no va a volver y estoy segura de que ella desearía vernos a todos sonreír y disfrutar de la vida.

―No seas tonta. ―Tahiel la calló. ―Madre jamás permitiría que otra mujer se acercara a papá, ¿Ya olvidaste lo que pasó con la última? Mamá era muy territorial. ―Se sentó furioso. ―No quiero a esa mujer en la vida de padre.

―Pero no podemos hacer nada. ―Aluhe resopló. ―Debemos obedecer y apoyar a nuestro padre, Tahiel, esta vez no podemos hacer nada. ―Lo miró a los ojos. ―Huilén tiene razón, padre extraña a madre todo el tiempo y no es feliz, ¿No te gustaría verlo sin el dolor en sus ojos?

―Eso es lo que más deseo, pero puede ser feliz después, no a seis meses de haber perdido a mamá.

―El consejo así lo quiere, son las reglas de la manada y él como el alfa debe cumplirlas. ―Aluhe apretó el hombro de su hermano. ―No podremos hacer más que apoyar a nuestro padre.

―Además, ella no es mala. ―Huilén miró a sus hermanos. ―Estoy segura del gran corazón que tiene, ¿Por qué no le damos una oportunidad? Quizás ella logre hacer feliz a papá y no tendremos que verlo sufriendo. ―Los niños apretaron las mandíbulas, no desean aceptar a esa mujer, sienten que traicionan a su madre.

―Bien. ―Aceptó Tahiel. ―Hay que darle la oportunidad, ya no tolero ver a nuestro padre sufriendo de esa manera. ―Miró a ambos. ―Ahora solo hay que esperar que lo encuentren, él no se quiere casar y lo evitará a toda costa. ―Huilén miró a su alrededor.

―Creo que esto se dará sin importar cuanto nuestro padre huya y se mantenga lejos de su futura esposa. ―Se encogió de hombros, los preparativos van avanzando y nada los detendrá.

Nahil, Ikal y otros de los guerreros peinaron el lugar, el alfa estaba siendo la bestia que siempre es y los evade o los ataca hasta obligarlos retroceder. La tarea que el consejo les había dado fue difícil, enfrentarse al alfa no era solo suicidio, sino que también era ir en contra de la voluntad de su rey.

{¿En serio? ¿Por qué nos dan este pésimo trabajo?} Reclamó Nahil. {El alfa nos matará en una de estas} Gruñó furioso.

{Debemos llevarlo de vuelta} Le recordó Ikal. {Los invitados han sido muy pacientes y se han tragado la excusa de que el alfa está muy ocupado, pero ya no podemos con esa excusa, apenas se ha presentado en la manada y se niega a conocer a su esposa} Tanok los miró desde la distancia, odia lo que está pasando y entre más lo acorralan siente que pierde el control de Ankor.

{¿No les dije que me dejaran en paz?} Los lobos miraron a su alrededor en su busca, pero ninguno logró visualizarlo. {Largo de aquí, volveré antes de la ceremonia} Les aseguró, lo único que deseaba era estar solo y pedirle perdón a su cachorrita por traicionarla una vez más.

{Ustedes retírense} Nahil resopló, debe seguir cumpliendo la promesa que le hizo a Enola. {Ahora es mi turno} Miró a Ikal, ambos tienen mucho trabajo con esa bestia. {Alfa} Le dio frente una vez estuvieron solos. {Puede salir, estoy solo} Tanok, al contrario, se alejó de él, pero Nahil logró verlo, no entiende como una bestia tan enorme se oculta con tanta facilidad. {Sé lo mucho que la extraña y como se siente con respecto a la ceremonia} Se echó a su lado y miró el hermoso paisaje, ahora entiende por qué a su alfa le gusta ese lugar. {Pero como el alfa que es, debe cumplir con las reglas, usted sabe que si se niega iniciará una dispuesta}

{Lo sé} Lo cortó sabiendo qué pasaría si decide dejar su pesada carga para ser libre. {Y jamás expondría a mis hijos a otra guerra} Miró el cielo. {Solo quiero tomar las fuerzas para soltar a mi destinada, a la mujer que más he amado en la vida y la misma que se llevó con ella todo de mí} Lo miró. {¿Sabes? Muchas veces pensé en que no estábamos hechos uno para el otro, pero me di cuenta de que era todo lo contrario, no podemos vivir sin tener al otro cerca}

―Amo a tu hermana, Zeus, y siempre he deseado que ella sea la madre de mis hijos. Mañana cuando la tome como mía, será el inicio de una nueva era ―Aclaró una vez más.

Enola decidió marcharse, faltaba muy poco para la boda, ya todo estaba listo, pero escuchar esa pequeña conversación entre su hermano y Ares la destrozó por completo. ¿Cómo se iba a casar ella si no podía olvidar al hombre que ama ni soportar la idea de no ver más a sus hijos?

Decidida a que no podría ser feliz y vivir con la culpa de faltarle al amor que siente por Tanok y alejada de sus bebés, decidió hacer lo que había estado pensando el último mes. Ella dará la vida para romper la conexión entre el mundo de los Dioses y el plano terrenal.

Aprovechando que todos estaban distraídos con la gran celebración, escribió una carta entre lágrimas, ella no puede vivir, prefiere dar la vida para que los Dioses no intervengan más en las vidas de los demás y lastimen a otros como lo hicieron con ella y su familia.

Con el corazón acelerado, Enola huyó del castillo, corrió al acantilado que es el puente entre los dos planos y tras echar una mirado hacia atrás con su vista nublada por las lágrimas y el dolor que le ocasionará a un hombre que lo único que pudo hacer fue amarla y protegerla, pero que, sin embargo la alejó de todo lo que ella amaba, miró el precipicio.

―Entrego mi sangre, mi poder y mi propia vida. ―Se hizo una cortada en el antebrazo de la mano derecha. ―Hoy la conexión entre ambos planos se sellará. ―Sollozando por saber que jamás volverá a ver a sus hijos ni al hombre que ama, dijo las palabras que sellarían el pacto y sin más se tiró.

La caída fue agonizante, pero nada se comparaba con lo libre que se sentía. Ella morirá y eso significa que no tendrá que vivir el resto de su vida siendo infeliz y sintiendo culpa por estar con otro hombre. Ella dejará el mundo en todos los sentidos y terminará con las guerras de los Dioses al plano terrenal.

La caída fue lo suficientemente larga como para que Enola pidiera perdón a su familia y sonriera una vez más con los recuerdos que más atesora su corazón, ella morirá en paz y con la certeza de que su familia jamás será perseguida por los Dioses.

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