Tanok le dio un último beso a su mujer en los labios y tras ponerse en pie, respiró profundo, está jodidamente duro, ¿Por qué Jessica decidió aparecer justo en ese instante? Cerró los ojos con fuerza, si está ahí es porque algo importante pasó.
―¿Crees que ya encontraron a la bruja suprema? ―Enola se sentó en la cama con algo de emoción. ―Si es así, estaremos bien… podremos irnos y estar con nuestros hijos. ―Tanok sonrió, no hay algo que desee más.
―Esperemos que la erección baje para ir con ella. ―Acarició su mejilla, no la ve tan animada por otra cosa que no sean las llamadas de sus hijos, pero verla así por las esperanzas le encanta. ―Eres realmente hermosa, ¿Lo sabías? ―Enola se sonrojó, su hombre siempre le dice cosas hermosas, pero ella no puede dejar de sentirse avergonzada.
―No hagas esto, ¿Acaso quieres que Jessica piense otra cosa por mi sonrojo? ―Tanok agrandó la sonrisa hasta mostrar su perfecta dentadura. ―Deja de hacer eso. ―Protestó frunciendo el ceño.
―¿Qué cosa? ―Alzó las cejas sin saber muy bien a lo que se refería.
―Mirarme y sonreír de esa manera. ―Tanok tomó a su mujer en brazos.
―Vamos a reunirnos con la bruja. ―Le susurró al oído. ―Quiero llevarte a la piscina de una vez por todas para que disfrutes del sol. ―Jessica los miró entrar a la sala, sin duda demoraron mucho para salir.
―Bien. ―Soltó el aire por la boca una vez Enola estuvo sentada y cómoda. ―Las cosas se han complicado. ―Los miró a ambos. ―La última persona que vio a la bruja suprema y quedó con vida fue encontrado por la gente del alfa Skoll y el hombre lleva con él una maldición. ―Tanok frunció el ceño. ―Ver morir a toda su descendencia hasta que quede el último, eso fue hace dos siglos. ―Tanok cerró los ojos con fuerza.
―¿Me estás diciendo que nadie ha visto a la hechicera en dos siglos? ―Enola no lo podía creer. ―Pero ¿Cómo se supone que hagamos? Estoy muriendo… yo… ―No dijo nada más, no tiene esperanzas, ni siquiera sabe por qué le están pasando las cosas y la única que podía ayudarla es imposible de rastrear.
―Lo sé. ―Jessica la miró a los ojos. ―Sé perfectamente cuan aterrada estás, pero por ahora es mejor que se queden aquí, que no se alejen y eviten viajar para no empeorar tu estado de salud. ―Enola apretó la mandíbula con fuerza. ―El aquelarre y yo estaremos entrenando a los niños, ya demostraron que pueden sanarte, nosotras haremos que lo hagan sin perder el control y…
―¡¿Cuánto tiempo llevará eso?! ―Gritó perdiendo los estribos como últimamente hace. ―¿Tres años? ¡Yo no tengo ese tiempo, Jessica! ―Inició a llorar de la impotencia. ―Estoy muriendo, maldit4 sea, poco a poco estoy quedando en nada, ¡Esto es una mierd4!
―Jessica, ¿Nos reunimos después? ―La chica asintió y desapareció al instante. ―Cachorrita…
―No me salgas con la estupidez de que saldremos de esta porque no vamos a salir de nada. ―Lo calló en un grito que le dolió la garganta. ―¿Cómo de ser una maldit4 Diosa ahora no soy más que un saco de huesos, carne y órganos pulverizados? ¡Dime Tanok! ¿Crees que toda esta farsa te durará mucho más? ¡Soy una put4 carga y pronto te cansarás de mí!
―¡No digas esa mierd4! ―Le gritó por primera vez desde que volvieron a estar juntos. ―Comprendo tu frustración y tu miedo, también sé que te fallé, j0der… pero tú también sabes que lo hice bajo los efectos de un hechizo y jamás en la put4 vida estando en mis cinco sentidos te traicionaría. ―La miró a los ojos. ―Te juré cuidarte y protegerte con mi vida si es necesario y es lo que haré hasta que uno de los dos muera, ¿Lo comprendes? ―Golpeó la mesa con fuerza, se siente tan incapaz e inútil que se da asco. ―Pueda que la búsqueda se extienda más, quizás estemos varados aquí para no empeorar tu estado y aunque nuestros hijos estén lejos, tú y yo estamos juntos, eso debe darnos la suficiente fuerza para luchar por los que amamos, ¿Lo comprendes? ¡Es nuestra maldit4 luna de miel y la vamos a disfrutar como se merece no me importa que deba llevarte en brazos o amenazar a más de cinco por ver lo que es mío! ―Enola se echó a llorar, odia su vida, realmente ya desea acabar con todo eso.
―¡No quiero que mis hijos tengas este recuerdo de mí! ―Sollozó. ―Quizás deba pedirle a Jessica que acabe con este sufrimiento de una vez por todas y ahorrarles un trauma a mis hijos, ya han tenido suficiente. ―Tanok la miró petrificado, sin poder procesar lo que había escuchado de la mujer que ama. ―Lo siento. ―Dijo al verlo alejarse de ella. ―Cielo, lo lamento, perdí el control… ―Tanok no la escuchó, salió del piso para respirar un momento.
¿Cómo podía ella decir algo así cuando literalmente sus hijos y él estaban sacrificándose por ella? ¿Por qué no luchar un poco más? ¿Por qué desear acabar con su vida cuando aún hay oportunidades para sanarla? Iniciando a golpear la pared sacó todo lo que tenía dentro. Él ha sido fuerte por los dos, pero verla darse por vencida de esa manera acaba con todas sus fuerzas, ¿Cómo no puede ser capaz de ayudar a su esposa? ¡Nunca puede ayudarla! Se llamó idiota una y otra vez.
―¿Qué haces? ―Corrió a ella al verla aferrada a la puerta y sangrando por la nariz. ―¡Debiste quedarte sentada! ―La tomó en brazos y la llevó a la habitación para acostarla y limpiarle la sangre, ahora tose hasta parecer ahogarse. ―No debiste esforzarte, yo jamás me alejaría de ti. ―Comenzó a limpiarla con los paños húmedos.
―No quiero que estés encerrado por mi culpa. ―A Tanok se le congeló la sonrisa. ―¿Podrías ayudarme a vestirme? ―Sin decirle nada, asintió.
Una vez ambos se cambiaron, fueron rumbo a la piscina donde todos quedaron con la mirada fijas a ellos, ella una mujer menuda de pelo blanco y ojos violetas, él un enorme hombre de cabellera larga y una enorme cicatriz que le cruza la cara, por supuesto que llamarían la atención de cualquiera.
Enola disfrutó de los masajes de su hombre al colocarle la crema para proteger su piel, le causaba gracia estar entre humanos y actuar igual a ellos. A Tanok no le hacía tanta gracia, su mujer se puso ese llamativo bikini y hay muchos hombres que no le quitan la mirada de encima.
―¿Se te ha perdido algo? ―Gruñó cabreado. ―¿Las nalgas de mi mujer te recuerdan algo? ¿O simplemente tienes los suficientes cojones como para lujuriarla frente a mí?
―Amor, tranquilo. ―Enola se aferró más a él. ―Disfrutemos del agua. ―El hombre ladeó la sonrisa, su voz sonó justo como se la imaginó.
―Espérame aquí. ―La sentó a la orilla, listo para borrarle esa sonrisa del rostro al imbécil, pero Enola no lo soltó. ―Cachorrita, suéltame, ese idiot4 se está burlando de mí y no lo voy a permitir.
―¿Acaso quieres matarlo de un golpe? ―Enarcó una ceja. ―Me prometiste diversión, que te lleven a la cárcel por golpear a un hombre que solo miró su alrededor para mí no será divertido. ―Lo obligó a acercarse más a ella. ―Ahora bésame y deja bien en claro a quién le pertenezco. ―Tanok tenso hasta los huesos, se dejó hacer por su mujer.
―Solo por ti seguirá con vida. ―Enola río divertida, bien sabe que su hombre pierde el control fácilmente y no duda en arrancar cabezas.
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