Amante peligroso romance Capítulo 103

El cielo estaba despejado y el sol daba un poco fuerte. Denis volvió a ceñirse el abrigo, el camino arbolado estaba un poco menos concurrido hoy, pero cada vez que alguien pasaba junto a ella, la miraba con ojos extraños.

-Esto... ¿está mal de la cabeza?-

Cuando una pareja joven pasó detrás de ella, giraron la cabeza a propósito para mirarla de nuevo y criticarla. No hablaron delante de Denis, pero tampoco se preocuparon por bajar la voz o decirlo a escondidas.

Así que las críticas sonaban desde su espalda. Denis ya se lo tomaba como algo normal, se había acostumbrado a que la gente que pasaba mostraba expresiones de sorpresa.

Mirando el sol del cielo, comprendía muy bien lo aterrador que era su atuendo en ese momento a los ojos de los demás.

Cuando todos vestían pantalones cortos, camisetas de manga corta y faldas cortas, ella estaba bien abrigada cubriendo todas las partes de su cuerpo.

Al mirar la camisa de manga larga que llevaba, se arrepintió... Debería haberse puesto un abrigo más grueso.

Mientras sentía dolor en los huesos, junto a ella pasó una pareja joven en bicicleta.

La chica iba vestida con un vestido blanco, el chico con una camisa blanca. A la chica de personalidad alegre se le podía escuchar la conversación enérgica desde lejos.

-Oye, venga, luego iremos al parque de atracciones. Será una lástima si no vamos con el buen tiempo que hace hoy.-

-Está bien, está bien, todo a tu gusto, vamos al parque de atracciones.-

-¿Y qué hay de acampar por la noche? Compré una tienda de campaña.-

Mientras hablaban y charlaban, la bicicleta pasó junto a Denis.

-¡Oye! Espera.-

-¿Qué?- La parejita se sorprendió. El chico puso el pie en el suelo y se detuvo, -¿Nos has llamado?...- Luego miró a Denis de arriba a bajo. El chico tenía un rostro fino, pero frunció sus delicadas y hermosas cejas castañas, -¿Qué pasa?- Tenía una cara de sospecha... Y se preguntó si era una loca.

Denis estaba atónita... No quería detener a la parejita, pero no pudo evitar llamarlos.

-¿Estás… bien?- La chica del asiento trasero, con un peinado mono de estudiante teñido de castaño, inclinó la cabeza, extendió la mano y la agitó frente a Denis.

Denis estaba atónita, -Yo...- ¿Yo qué?

¿Por qué detuvo de repente a los extraños?

-¿Quieres preguntar por algún dirección? No pasa nada, puedes preguntar, mi novio es un experto, conoce todas las carreteras de esta zona.-

La voz de la chica era juvenil y enérgica, Denis bajó rápidamente los párpados, parpadeó, levantó la mano y frotó el rabillo de los ojos sin hacerlo notar, luego dijo en voz baja.

-Yo, yo... Va a llover hoy. He visto que eso ponía en el pronóstico del tiempo.-

Dicho eso, se dio la vuelta y se fue, sus pies no podían andar con normalidad, por eso caminaba un poco raro, pero con sus pasos parecía un poco apresurada.

La conversación de la parejita se alejaba cada vez más de sus oídos.

Se podía escuchar vagamente, -¿Eh? ¿El pronóstico del tiempo dice que va a llover hoy?-

El chico también parecía desconcertado, -¿Quizás... lo leyó mal? Pero es realmente una buena persona...-

La voz se desvaneció poco a poco, Denis esbozó una sonrisa irónica... ¿Una buena persona?

Si supieran que había estado en la cárcel, ¿seguirían diciendo que era una buena persona?

Avanzó hacia delante sin rumbo fijo.

Cuando volvió a levantar la cabeza, Denis se quedó embobada...

Bajo la higuera, apareció de repente un hombre con camisa blanca y pantalones caqui.

Estaba de pie a la sombra del árbol con las manos en los bolsillos del pantalón, le sonreía con una actitud de pícaro, mostrando sus dientes blancos, y entonces el ambiente de todo su alrededor se convirtió en romántico...

Aturdida, pareció ver el verano de ese año.

Debajo de una higuera más grande que ese, el chico, vestido de una camisa blanca, pantalones caqui y zapatillas blancas, estaba pie a la sombra del árbol. Ella trotó a toda prisa hacia su dirección. Y él con una cara de impaciente le metió más prisa.

-Qué tardona, las chicas sois muy problemáticas, apúrate, si no te apuras, te dejaré aquí sola.-

Dijo que la dejaría allí sola, pero todavía estaba esperándola en silencio bajo la higuera.

¿Cuándo sucedió eso?

Oh... Fue en el tercer año de secundaria...

¿Desde cuándo su relación con él se volvió tensa, irritable, distanciado y no mejorable?

Incluso no podía recordarlo...

-Joa...- Con los ojos borrosos abrió la boca para llamar al hombre que estaba a la sombra del árbol.

De repente, el hombre a la sombra del árbol la llamó enérgicamente con voz clara, -Denis, sabía que esperándote aquí te encontraría.-

Denis se estremeció con esa enérgica llamada, entonces recuperó su consciencia y miró al hombre que estaba bajo la higuera con las manos en los bolsillos del pantalón. Una sonrisa amarga indescriptible apreció en la comisura de su boca...

Al parecer no era ese hombre...

-Hola, señor Norberto.-

Saludó cortésmente al hombre que estaba debajo del árbol.

Norberto sonrió con sus dientes blancos, ladeó la cabeza y le dijo, -Ven aquí, ¿qué haces tan lejos? Ven aquí.-

La hizo gestos con la mano de nuevo.

Denis avanzó lentamente, -Señor Norberto, ¿me estás esperando?-

Si no había escuchado alucinaciones, eso era lo que dijo.

-Sí, te estoy esperando.- dijo Norberto enérgicamente, -Denis, aún no me has respondido, ¿quieres ser mi novia?-

Denis se sorprendió.

-En los últimos días me he tenido que ir a la Ciudad M por un proyecto que necesitaba ser acelerado. Tan pronto como el avión llegó a la Ciudad S esta mañana, corrí apresuradamente hasta aquí porque sabía que podía toparme contigo. Denis, sé mi novia, ¿vale?-

Los latidos del corazón de Denis se aceleraron un poco. Cuando miró hacia arriba, se encontró con un par de ojos brillantes. Estos ojos eran completamente diferentes a los de ese hombre. Aún estaba atolondrada y miraba pasmadamente el hermoso rostro que estaba muy cerca de ella.

Tenía caos en mente. Con la expresión que estaba de moda, se podría decir que estaba estupefacta.

Confundida, miró esa cara.

-Oye, si me sigues mirando así, dejaré de ser un caballero.-

La voz sonriente de Norberto sonó de repente en sus oídos.

Denis se impresionó, levantó la cabeza aturdida y parpadeó, -¿Qué?-

Al verla con esa pinta, Norberto no pudo evitar reír, -Así.- Cuando terminó de hablar, una sombra oscura cayó sobre ella, y Denis solo sintió instantáneamente el roce de algo cálido en sus labios.

-No me culpes. Me miraste de esa manera que ningún hombre sería capaz de contenerse.-

Mientras Norberto lo decía, sus ojos se iluminaron de inmediato para observar a Denis, -Tus orejas están rojas.-

Si no lo mencionara aún no se notaba mucho, pero tan pronto como lo mencionó, las orejas de Denis se enrojecieron mucho más.

-Denis.- Norberto de repente extendió sus manos para envolver las manos de Denis en sus grandes palmas y las acercó a su pecho, -Salgamos juntos.-

Durante todo el tiempo que había estado en la Ciudad M, había estado pensado en todas esas cosas que ocurrieron. Al final, se quedó muy seguro de que quería a esa mujer. Y no había ninguna razón especial, simplemente que ella con sus orejas sonrojadas podía conseguir que se enarmonara.

Simplemente que sus labios tiernos y deliciosas conseguían provocar sus ganas de besarla una y otra vez.

Quería probar las cosas deliciosas y ver las cosas bonitas formaba parte de los deseos naturales de los seres humanos, además, ¿quién dijo que siempre había que enamorarse de la apariencia de una mujer?

Cada vez que le tomaba el pelo, se sentía muy cómodo y feliz.

-Denis, empecemos una relación.- dijo, -Cuidaré de ti.-

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Amante peligroso