Amante peligroso romance Capítulo 108

Denis pensó que todo se terminaría después del almuerzo.

Pero, obviamente, alguien no lo pensó así.

Denis se sintió impotente, -Señor Norberto, ya has comido los tallarines con ternera.- ¡Encima se comió tres cuencos!

-Sí, los tallarines con ternera están riquísimos.-

Denis se quedó sin palabras. ¿Estaban hablando sobre el tema de los tallarines con ternera?

-Señor Norberto, ¿puedes dejar de seguirme?- ¿Por qué no paraba de seguirla?

-Señor Norberto, ya te lo dije, tienes mucho dinero, si vienes a Emperador con el dinero, no te defraudaré. Podrás hacer lo que quieras.-

La boca de Norberto mostró una sonrisa maliciosa y dijo melodiosamente, -¿Lo que quiera?-

Alguien empezó a tender una trampa.

-Sí, tienes dinero. Ven con el dinero a Emperador y serás el cliente, y el cliente para nosotras es como Dios.-

-Ah...- dijo otro largo “Ah” que parecía muy significativo, pero Denis no pudo captarlo en ese momento, -Tú lo has dicho. Entonces nos vemos esta noche.-

Después de hablar, se giró y se fue empujando su bicicleta.

Denis estaba muy perdida, no entendió lo que dijo y tampoco entendía a Norberto. Sin embargo, por fin pudo dar un suspiro de alivio... Finalmente se fue.

Si continuaba allí parado en la entrada de su dormitorio... Denis miró cuidadosamente a las personas que estaban mirando hacia ella.

-Chica, ¿el de antes es tu hermano?- Una mujer corrió hacia ella.

-...No.-

-Ah, ¿entonces es tu compañero de trabajo?-

Denis volvió a negar con la cabeza.

-Ay, no importa quién sea. Mira, la sobrina de mi cuñada acaba de graduarse este año y justamente no tiene novio. Chica, ¿puedes ayudarme a crearles una oportunidad?-

La mujer la agarró del brazo y Denis no estaba acostumbrada a tanto entusiasmo. Luego miró a esa mujer avergonzada... No podía decirle que Norberto era su “cliente”, ¿verdad?

-Ay, a ver Belén Tormo, no puedes preguntar tan directamente a la chica del otro edificio, ¿y si ese hombre es el novio de esta chica?-

-Qué dices, es imposible. He visto a ese hombre, y no es feo, pero esta chica... Ay, chica, no estoy diciendo que no te mereces a ese buen hombre, es decir, es... ¡Ay! ¡Voy a dejar de explicar! Chica, no te enfades, ¿vale?-

Denis asintió con la cabeza, con su rostro un poco avergonzado se apresuró a subir las escaleras.

Las charlas de esas señoras todavía se podían escuchar a su espalda.

-Belén, cómo dices eso frente a la chica, ¿no te da cosa ofender a los demás?-

-Esto, es que soy muy honesta y se me salen las palabras directamente, ya me conocéis. Y es verdad que esta chica no encaja con ese chico a primera vista. Se diferencian demasiado.

Además, vosotras no conocéis a esta chica, pero yo que vivo al lado de su casa, sé que regresa muy tarde por la noche siempre, y a saber en dónde está trabajando…-

Denis aceleró sus pasos sin darse cuenta.

Cuando regresó a casa, su tez ya estaba muy pálida.

Las palabras de esas señoras parecían sin ninguna intención, pero Denis se las tomó en serio.

Ella no podía responder a los sentimientos de Norberto. Cuando la miraba se veía tan serio y persistente, pero cuanto más se ponía así, más repugnante se sentía ella.

Al entrar al baño se lavó la cara, puso las manos en el lavabo, levantó la cabeza, se miró en el espejo y frotó algunos cabellos de la frente. Con cuidado miró su cicatriz, lo examinó detalladamente, bajó la vista siguiendo la cicatriz y solo vio un rostro pálido.

Su mano tocó lentamente su cintura... La sensación de vacío le recordó que no era una persona completa y normal.

Los alrededores estaban silenciosos, tan silenciosos que podía escuchar el sonido de los latidos de su corazón, por lo que movió la palma hacia arriba y lentamente llegó a la zona de su corazón.

El corazón palpitaba en la aurícula izquierda... Pero a parte de un corazón palpitante, ¿qué más tenía ella?

La determinación que había en su mirada se volvió más firme, concluyendo que lo no se merecía, nunca se lo iba a merecer.

...

Pero al parecer, Denis no era quien podía decidir en ese asunto.

Cuando llegaba la noche, bajo las luces de colores, ¿cuánta gente con alma solitaria buscaban el llamado “alma” y la “felicidad” en diferentes rincones bajo las luces de la ciudad?

-Denis, el cliente de la 602 te ha pedido que le sirvas específicamente.- Una camarera llamó a la puerta de la sala de descanso y avisó a Denis.

Denis se puso de pie rápidamente y siguió a la camarera hasta el sexto piso.

-Señor, Denis está aquí.-

La camarera llamó a la puerta, luego se dio la vuelta y se fue.

Dejó a Denis parada en la puerta de la habitación.

La mano que estaba a punto de extender se detuvo en el aire porque la puerta se abrió desde adentro y Denis se quedó pasmada allí.

Norberto estaba en medio de la puerta de la habitación con su sonrisa brillante, a primera vista era muy fácil de ver sus dientes blancos, -Denis, tu cliente está aquí.-

Denis tenía dolor de cabeza, también sintió que era un poco ridículo e incómodo... Porque realmente había dado crédito a sus palabras.

Bajando la mano, levantó el pie y quiso entrar en la habitación, -Será muy aburrido si nos quedamos en la habitación.- Antes de entrar a la habitación, Norberto la agarró de la mano, -Venga, te llevaré fuera para divertirnos.-

-...Estoy en el trabajo, señor Norberto.-

-Soy tu cliente. ¿No dijiste que el cliente es tu Dios y está por encima de todos? ¿No dijiste que si esta noche vengo con el dinero a Emperador, no me defraudarás?- Norberto se rio atractiva y diabólicamente. Luego se inclinó de repente, su cabeza negra estaba muy cerca de la oreja de Denis, sus delgados labios estaban casi pegados a la oreja de Denis, y entonces dijo diabólicamente.

-¿No dijiste que podía hacer lo que quiera?-

Con una sonrisa malvada en sus ojos, deliberadamente echó un aliento cálido a las orejas de Denis.

-O es que... ¿me engañaste deliberadamente? Si es así, Denis, no está siendo amable conmigo.-

Las orejas de Denis de inmediato se enrojecieron porque estaban un poco sensibles. Luego rápidamente quiso alejarse, pero su cintura fue enganchada y retenida por unos brazos fuertes. Norberto acercó más la cabeza y sus delgados labios se deslizaron ambiguamente sobre sus orejas.

-Vámonos, salgamos a divertirnos fuera. Es muy aburrido estar en la habitación. Si no vas, estarás faltando el respeto a tu Dios. Si no vas... Mañana iré a esperarte otra vez debajo de tu casa.-

¿Incluso podía amenazarla... así?

¡Muchos humores pasaron por el rostro de Denis!

Apretó los dientes, -¡Señor Norberto, estoy en el trabajo!- ¡Acentuó a propósito esas palabras para recordarle el tema!

-Lo sé, conozco las reglas de Emperador mejor que tú. Si te saco de aquí basta con registrarte y pagar por horas. Y si no es posible eso, te pediré un permiso, ¿qué te parece?-

Entonces sacó otro fajo de billetes, -Mira.- Se lo puso delante de Denis, -Haz como si estuvieras trabajando por dinero. Te prometo que solo te llevaré a cenar. Enrique dijo que, si voy a cenar allí sin mi novia, no me preparará la comida... Venga Denis, Denis, Denis...-

-Deja de llamarme.- Estaba irritada de tanto que le llamaba.

-Sí, pero solo si me acompañas a cenar.-

Denis miró a Norberto y vio que tenía la actitud de no rendirse si no lo conseguía. Entonces, sintió que le dolían un poco las sienes y se las frotó, -¿Solo vamos a cenar?-

-Sí. Solo vamos a cenar.- Mentira...

-Está… bien.-

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