Amante peligroso romance Capítulo 109

Ya habían salido de Emperador y también habían cenado.

En el mercado nocturno, dejó que Norberto la tomara de la mano para caminar entre la multitud.

Las miradas con extrañeza y los cometarios de crítica seguían apareciendo en los alrededores.

-¿A dónde vamos ahora?- Ese camino no era el camino de regreso a Emperador.

Norberto condujo su Maserati por otra carretera.

-Lo sabrás cuando llegues.-

-¿No dijiste que solo vamos a cenar?-

-Por supuesto que hay que dar un paseo después de cenar.- ...Solo la ingenua se creería su mentira.

Norberto pensaba eso en su mente.

Mientras el coche subía por la carretera elevada, Denis estaba un poco nerviosa, -¿A dónde vamos?-

-A dar un paseo en coche.-

Denis se quedó sin habla.

Denis ya se había percatado de que Norberto no quería revelar ninguna información, de modo que si preguntaba más tampoco conseguiría nada.

Así que volvió la cabeza para observar el paisaje que había fuera de la ventana.

-Mira, ya llegamos.-

Cuando el coche se detuvo, los ojos de Denis se abrieron en grande... -¿Parque de atracciones?-

-Sí, me apetece montar en las atracciones, tú me acompañarás.-

Norberto puso sus manos en su cintura y dijo muy descaradamente, -Un hombre maduro como yo, que es rico, guapo, conocedor y sabio, por supuesto que no puede venir al parque de atracciones durante el día y tener que hacer las colas como la gente normal y corriente.

¿Cómo podría resaltar mi encanto si no reservo completamente este lugar?-

Denis estaba estupefacta ante eso, miró a Norberto que no estaba muy lejos con su cara de embobada... Nunca se habría imaginado que Norberto sería capaz de decir cosas tan sin vergüenzas.

Además, estaba de acuerdo con eso de rico y guapo.

Conocedor y sabio... Probablemente sí.

¿Pero los hombres maduros vendrían al parque de atracciones?

Además... ¿Alguien le podría explicar... la relación que había entre la reserva completa del parque con el encanto?-

Inconscientemente, Denis preguntó su duda.

Entonces Norberto se sorprendió por un segundo, y en un abrir y cerrar de ojos, volvió a ser súper desvergonzado, -¿Alguna vez has visto la televisión? En la televisión, dondequiera que pase el director ejecutivo altivo, siempre habrá guardaespaldas para despejar la zona, y siempre dicen “Nuestro director ya ha reservado toda esta zona. El jefe ya puede empezar a despejar este lugar”. ¿...A que sí? ¿Verdad que sí?

¡A que sí!

¡Verdad que sí!

¿Qué crees que haría la protagonista en ese momento?

Se cubriría las mejillas ruborizadas con ambas manos y mirará al protagonista con admiración. ¿No resalta de esta forma que el protagonista es particularmente atractivo?

¡Los directores ejecutivos que no sepan hacer reservas completas no son considerados hombres buenos!-

Denis no supo qué decir. Si ahora mismo fuera la misma de hacía tres años, probablemente ya estaría partiéndose el culo.

¿De dónde había sacado Norberto esa teoría tan increíble? ¿Era cierto que los dramas coreanos habían influido en una generación?

-Cof, cof.- Denis aún estaba parpadeando y mirando a Norberto con cara de estupefacta. No obstante, el otro empezó a montar otra de sus escenas. Apretó el puño y se lo llevó a los labios. Tosió dos veces y dijo, -Denis, ¿a qué estás esperando?-

-¿Qué?-

Denis estaba muy perdida y no entendió sus palabras.

Un rastro de descontento apareció en la mirada de Norberto, y miró a Denis, -¡Es tu turno!-

-¿Qué?-

-¡Cúbrete la cara y mírame con admiración! ¿Dónde está tu admiración? ¿Dónde están tus ojitos?-

Ella se quedó sin palabras. Joder, ¡¿de dónde había salido ese retrasado mental?!

Si fuera la Denis de hacía tres años, ¡definitivamente le replicaría así!

Pero ella no lo era.

Entonces solo pudo mirar a Norberto con una expresión rara... -¿Qué has estado viendo últimamente?-

-¡Denis, me da igual, apúrate! ¡Cúbrete la cara y muestra timidez! ¡Y tienes que mirarme con admiración!-

-¡Denis! ¡Soy tu Dios! ¡Tienes que hacer cualquier cosa que te diga tu Dios!-

-Denis, ¿lo vas a hacer o no...? Si no lo haces, me quejaré a tu jefa.-

Al final, en la petición persistente de Norberto, Denis a regañadientes extendió las manos y se cubrió la cara “tímida (asfixiada)” y le miró con “admiración (extrañeza)”, -¿Suficiente?-

-No te muevas, sí, solo mantén esta posición.-

Pasó una ráfaga de viento, Norberto sacó su teléfono lo más rápido que pudo, y rápidamente caminó hacia detrás de Denis, abrazó a Denis por detrás, luego con el sonido de una foto se encendió el flash. Entonces se sacó una foto de Norberto abrazando a Denis, y Denis estaba sosteniendo la cara tímidamente.

-Ya está, vamos, ya podemos entrar.- Norberto tomó la mano de Denis felizmente y caminó hacia el parque de atracciones.

El rostro de Denis parecía preocupada... -Señor Norberto, estás infringiendo mi derecho de imagen. Te pido con encarecimiento que borres la foto.-

-¿Por qué?-

-Esa es una foto en la que salgo yo, y no he consentido que puedas tomarla.-

-Esta es una foto que he tomado con mis habilidades. ¿Por qué tengo que pasar por tu consentimiento?-

En ese momento, Norberto le hizo enfurecer mucho a Denis, ¡ya estaba por perder los estribos!

¡¿Cómo podía haber gente tan... desvergonzada… en el mundo?!

-¿Lo vas a borrar o no?-

-No.-

-Está mal que hagas esto.-

-Pues ves a demandarme.-

Al escuchar que el hombre de delante lo decía tan tranquilamente, Denis de repente sintió que nada de lo que le había dicho le había afectado.

Entonces, todo el empeño que puso para “luchar” desapareció por completo.

Finalmente, ella decidió dar el consenso, -Entonces... no puedes dejar que nadie más lo vea.-

El hombre de delante sonrió triunfalmente, -Está bien. Prometo que no se lo mostraré a nadie más.-

Denis se había olvidado de cómo ese hombre le engañó para sacarla de Emperador, y cómo ese hombre le engañó persuadiéndola de ir a cenar para luego traerla al parque de atracciones.

Norberto estaba de muy buen humor, -Mira los coches de choques, vamos a montar allí.-

-No…-

-Pero no te dejaré ganar, aunque eres una chica, no te mostraré piedad.-

-…No es necesario que me dejes ganar.- ¿A quién le importaba su piedad?

...

-Mira, allí esta el tiovivo, venga, vamos a montarnos en el tiovivo.-

-Solo los niños se montan en esas...- Cosas...

-¿No te atreves a montarte? Qué vergüenza que ni siquiera te atrevas a montar en el tiovivo. Cuando estabas en los coches de choques ya noté que te haces la valiente pero en realidad eres una cobarde.-

-Venga, nos subimos ahora mismo.- ¿Quién no se atrevía a montar en el tiovivo?

...

-Vamos a pescar pececitos.-

-No…- Quería…

-No se te dan bien los coches de choques, no te atreves a montar en el tiovivo, ¿ahora ni siquiera sabes pescar pececitos?-

-Señor Norberto, competimos a ver quién pesca más peces.-

...

-Mira la montaña rusa... Bueno, pasemos de la montaña rusa porque no es nada interesante. Conduciendo a alta velocidad se consigue más emoción que eso, vámonos, esto no es divertido.-

-Señor Norberto, ¿tienes miedo?-

-¿Quién dijo que tengo miedo? Esto es aburrido, ¿qué hay de divertido si es una atracción para los niños? ¿Mejor vamos al laberinto?-

-Venga, deja de mirar, te llevaré de regreso al dormitorio.-

Norberto le instó. Luego agarrando a Denis de la mano, caminó hacia su Maserati.

-Es suficiente con que me lleves de regreso a Emperador.-

-¿A Emperador? ¿No ves la hora que es?-

Con ese recordatorio, Denis se dio cuenta de que ya era muy tarde.

Cuando Norberto llevó a Denis de regreso al dormitorio, le tiró hacia su cuerpo y un tacto cálido acarició su frente. Ella rápidamente lo esquivó como si algo le hubiera quemado, luego abrió la puerta del auto y se fue a toda prisa.

Norberto asomó su cabeza por la ventanilla del auto.

-Denis, la próxima vez vamos a montar en la noria.-

La espalda de la mujer de delante tembló levemente... ¡Él lo vio! Vio que miraba con anhelo la noria del parque de atracciones.

Denis no se dio la vuelta, solo sintió amargura en su garganta, y finalmente preguntó lentamente sus dudas con su voz áspera.

-Señor Norberto, ¿hoy hemos ido al parque de atracciones porque tú querías ir o es porque notaste que yo quería ir?- Si Norberto la vio detener a la parejita en bicicleta ayer, y teniendo en cuenta lo astuto que era, tal vez… ¿Lo adivinó?

La voz de Norberto reveló asombro, -Qué creída eres, claro que es porque yo quería ir.-

Denis dio un suspiro de alivio y dijo, -Buenas noches.- Sin dudar más, se apresuró a subir las escaleras.

Después de ver que Denis desapareció en el pasillo de las escaleras, sacó su teléfono para abrir el álbum de fotos. Allí estaban todas las fotos de las sonrisas alegres de Denis y ella jugando alegremente.

Sus finos labios curvaron hacia arriba y una sonrisa apareció en sus ojos... Lo mejor era que podía sonreír tan feliz, porque Dios sabía que el parque de atracciones era un lugar que más odiaba.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Amante peligroso