Amante peligroso romance Capítulo 187

En el aeropuerto.

Cuando aterrizó el avión, llegaron los dos hombres que eran muy guapos, altos y erguidos. No eran ninguna estrella, pero a donde fueran, podían atraer la atención de innumerables miradas.

-Joaquín, ya te dije que tomáramos el pasaje especial.-

Lázaro estaba impotente. Acababan de resolver el problema de un espía comercial en el País Y, así que el Grupo García y el Grupo Martín lograron sus objetivos como querían.

Sin embargo, antes de que pudiera recuperar el aliento, el cabrón de Joaquín reservó los billetes para volar de regreso.

Él estaba exhausto, pero miró al otro... Ese estaba más que enérgico.

Se moría de frustración por ese contraste de ambos.

-Oye, ve más lento.-

Lázaro realmente estaba cansado, pero la buena educación y los buenos hábitos que había aprendido desde pequeño le obligaba a mantener una apariencia elegante y una figura magnífica en público, aunque estaba muy cansado.

Pero todo eso, comparado con Joaquín que andaba por delante, no era nada.

Lázaro no entendía esa diferencia entre ellos. Porque los dos eran humanos con una nariz, dos ojos y una boca, nadie tenía ninguna parte más que el otro. Además, en las últimas diez horas, los dos casi habían comido y dormido juntos, en verdad habían hecho las mismas cosas, y ninguno había descansado más que el otro.

Lo que más irritó a Lázaro fue la atención de la gente que lo rodeaba... Obviamente podía haber tomado el pasaje especial, pero Joaquín insistió en que no.

-Si te pones más pesado, regresa tomando un taxi.-

Lázaro se quedó pasmado por un momento, y luego reaccionó, -Joaquín, ¿no sientes culpa en tu conciencia?-

El auto negro de negocios, que ya esperaba afuera, recogió a los dos hombres.

-Denis...- Lázaro vaciló un buen rato, pero cuando el auto entraba en el camino que tenía que pasar para llegar a la Mansión García, mencionó a la persona que Joaquín no estaba dispuesto a mencionar en ese momento, -¿Vas a...?-

-Ella es mi esposa. Tendremos hijos.-

Lázaro se quedó impactado.

Volvió la cabeza para mirar el perfil frío del hombre a su lado, y de repente una sensación ridícula se apoderó de su interior... Sintió que el hombre frente a él estaba más loco todavía, porque después de sufrir la angustia, optó por esconder un lado de sí mismo.

Eso era lo mismo que huir de la realidad.

¡Pero era Joaquín, ese era Joaquín!

¿Joaquín estaba huyendo de la realidad?

Lázaro solo escuchó zumbidos sonando en su cabeza, pensó que eso era indescriptiblemente ridículo.

-Es mejor que no te involucres en mis asuntos con ella.-

-Cuando el coche llegue a la mansión, Manrique te llevará de regreso. No te invitaré a entrar.-

Lázaro se quedó sin palabras.

-¿Crees... que teniendo un hijo, ella se enamorará de ti de nuevo? ¿Como cuando ella te amaba tan persistentemente en el pasado?- Agachó la cabeza y preguntó con un tono incómodo.

El rostro de Joaquín cambió de repente y de inmediato gritó, -Cállate.-

-Ja, ja, ja... Pero después de cada vez que habéis tenido relación sexual se tomó las “pastillas de vitaminas”, ¿no?- Lázaro no obedeció las palabras de Joaquín para callarse, en cambio, preguntó con una sonrisa extraña.

El hombre a su lado sentía una alteración en su interior. El dolor llenó sus ojos, pero solo apretó profundamente su puño y aguantándose aplastó el puño contra el cojín del asiento, una y otra vez.

-Joaquín, no te equivoques más.- Lázaro levantó la cabeza y miró a Joaquín con sinceridad, -Joaquín, durante tantos años, nunca le has dado lo que quiere. Solo esta vez, deja que se vaya porque eso es lo que quiere.

Estudio medicina, aunque no entiendo cómo son los sentimientos humanos, sé que la tortura mental puede hacer que una persona viva se convierta en una persona muerta. ¿Quieres verla volverse loca día tras día?

Si sigues tan obsesionado, tal vez algún día, en un futuro cercano, ella realmente se volverá loca por tu culpa. ¿Quieres que una loca te acompañe toda la vida y de a luz a tus hijos o quieres a alguien que pueda reír y llorar como un persona viva de verdad?-

-¡Cállate! ¡Te digo que te calles!- Los ojos del hombre estaban rojos mientras golpeó el asiento con el puño. ¡No podía imaginarse a la vida sin esa mujer a su lado!

-¡Detente!- gritó de repente.

El conductor de delante estaba más que asustado, y pisó el freno bajo sus pies repentinamente, produciendo un áspero ruido de frenazo.

-¡Sal del auto!- Levantó la barbilla con frialdad hacia Lázaro y le indicó a Lázaro que saliera del auto.

Lázaro no discutió más con Joaquín. Se bajó del auto en silencio, se paró al lado del auto y miró profundamente a Joaquín, -Tienes que saber que ninguno de nosotros nos gustaría verte herido. Si supiéramos que te enamorarías tan profundamente ahora, yo o Telmo habríamos tomado medidas hace tres años y la dejaríamos “morir por accidente”. ...No tienes que mirarme así, creo que, si Telmo te ve así, él también hará lo mismo que yo.-

Los ojos negros de Joaquín se profundizaron, y miró a Lázaro profundamente, luego volvió la cabeza, -Conduce.-

El coche se alejó de nuevo y el hombre del asiento trasero cerró los ojos. Su rostro estaba lleno de una imperceptible fatiga, se frotó la frente.

El auto se detuvo en la Mansión García. Joaquín se bajó del auto y se volvió hacia el conductor y le dijo, -Ve y llévate a Lázaro a casa.-

Pasó por Guillermo, entró en la casa cruzando por el salón y agarró a Denis que estaba en el salón.

-¡Ah, qué estás haciendo!-

Joaquín no dijo ni una palabra y la arrastró escaleras arriba.

-¡No me cojas tan fuerte! ¡¿Estás loco?!-

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