Había unos ojos en los que se veía la ira, la resignación, hasta la envidia... Eran de Mario.
A la entrada de la escalera, allí estaba.
En el momento en que vio a Joaquín, se apresuró a bajar, y todo lo que quería era detenerlo, pero al ver la mirada viva de la mujer, no pudo dar un paso con la pierna.
Hasta entonces, la mujer no había reaccionado sin importar lo que le había hecho, fuera la preocupación, el cariño o el beso cariñoso.
Fue él mismo quien vio con sus propios ojos a la mujer con el corazón muerta revivir en el momento de la llegada de Joaquín.
¡No se resignaba!
¡No se resignenaba a ser un espectador de los dos!
Pero cuando la mujer, con una agitación loca, tiró locamente las cosas sobre el hombre Joaquín, él sintió que si él mismo corrió hacia ella, no fue para ayudarla, sino para interrumpir la descarga de las emociones que la mujer había acumulado durante tres años.
Su emoción, que parecía una locura... ¿Pero esto no era la prueba de que ella seguía viva?
-Si quieres tirar algo más, te lo traeré.- dijo Joaquín.
La hermosa cara de Mario, un momento de feroz, con un gruñido indiferente, levantó los pies, se acercó, cogió la escoba de un lado, -No es necesario molestar al señor Joaquín, justo paso por aquí , ayudaré a señor Joaquín un poco.- Mario caminó hacia alla, Andrés se lo detuvo.
El asistente junto a Mario con el mismo apariencia fisica, detuvo a Andrés.
Joaquín miró hacia este lado, de repente, entrecruzó los ojos, -Mario, estás aquí.-
-¿Qué quieres hacer, señor Joaquín? ¿Obligas a la posadera a hacer tal cosa? ¡Qué poderoso eres!-
Una mano en el bolsillo de los pantalones, otro mano cogió la escoba, se detuvo un metro de distancia de la mujer que estaba agachada en el suelo y lloraba emocionalmente, le dio la escoba en la mano, -Posadera, aquí tienes.-
La mujer miró fijamente a la escoba a su frente, algo desconcertada, -¿Escoba?- ¿Para qué darle una escoba?
Por un momento no reaccionó por lo que había hecho Mario.
Su mirada, alejó de la escoba, se trasladó a la cara de Mario, con la cara llena de dudas.
-Aquí está la escoba, posadera-, miró hacia Joaquín que estaba a lado, -Aquí está, échale por la puerta.-
-¿Cómo nos conocimos, que tiene que ver con el señor Joaquín?- Mientras tanto, dio un gran paso adelante y se puso de pie junto a la mujer, extendió su brazo y cogióel hombro de la mujer, -Denis y yo nos conocimos por el destino, conocímos en el casco antiguo de la Ciudad D,nos enamoramos en este Mar Fresco. ¿Qué, el señor Joaquín estás celoso?-
La mujer, con el cuello engancha quería librarse, el hombre de a lado se agachó un poco, con una voz que sólo dos personas podían oír, le dijo al oído, -No se mueva, actúa conmigo, si no quieres que él te siga acosando.-
Al oírlo, la mujer en los brazos ya no se movió, Mario tenía una ligera sonrisa en la cara, y luego se levantó la barbilla para provocar a Joaquín.
Frente a él, Joaquín apretó fuertemente sus dientes y usó toda su fuerza para reprimir el impulso de apresurarse a golpear a Mario, dentro sus ojos bonitos, se notaba infinitas amargura y angustia.
-¿De verdad?-
Apretó tanto sus puños que se oyó el sonido de sus nudillos, él simplemente miró con la mayor seriedad a la mujer que estaba enfrente, abrazada por otro hombre, y le preguntó, -¿Denis , Es de verdad lo que dice?-
-¿Es importante si es de verdad o no?- la mujer dijo las palabras, girando la cabeza hacia un lado... No quería volver a ver esos ojos, tan profundos, con afecto y dolor... Estaba mintiendo.
¡El afecto y el dolor de Joaquín nunca fueron por ella!
De repente, Joaquín sonrió, pero se notaba una indiferencia en el fondo de sus ojos,-¡Mario! ¡Te estás buscando a la muerte!-
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