¡De golpe!
¡El rostro de la señora Yanet se volvió muy pálido!
Tenía pasos ligeros como si no pudiera soportar el peso de su cuerpo, dio unos cuantos pasos hacia atrás, sus ojos se llenaron de desesperación y ansiedad.
-¡No tengo otra opción! Si Joaquín se niega a perdonar al Grupo Alonso, si se niega a perdonar a Samuel, entonces no tendré nada en el futuro.
¿Acaso crees que quiero ayudar a ese viejo bastardo?
¡Tu hermano Valentín aún está en la camilla del hospital!
Si el Grupo Alonso cae, si Samuel cae, ¡entonces con qué pagaré el tratamiento de tu hermano!
Aunque tu hermano se recuperase después, ¡no tendrá nada!
Es el hijo de la familia Alonso, nunca ha tenido que preocuparse por nada desde niño. Ese círculo no es grande, si una persona adinerada como él, de repente se queda sin dinero.
¿Quién del círculo le tomarán en serio, cómo va a soportar esto?
Samuel es un capullo, pero si él cae, siendo yo una simple mujer, ¡qué podría hacer! -
Denis miró directamente a la señora Yanet que estaba llorando, sintió como la herida de su corazón se desgarraba aún más.
Respiró hondo, extendió la mano y agarró con fiereza el reposabrazos de la hamaca, la cogió con tanta fuerza que la hamaca casi crujía.
Parecía que solo así podía aliviar el dolor indescriptible de su corazón.
Si fuera antes, a lo mejor la habría refutado con agudeza, si Valentín no podía soportarlo, ¡por qué ella sí podía!
Pero ahora, cuando miraba a la mujer, solo sentía una tristeza sin fondo.
¿Cómo podía ser tan parcial, tratar tan diferente al hijo que a la hija?
Rio sarcásticamente Denis.
-Tu abuelo ...- la señora Yanet torpemente, retorció los labios, estaba resentida, todo lo que tenía que pudiera aún amenazar a Denis, era el fallecido abuelo de Denis, Miguel Alonso.
-Basta.- dijo Denis en un tono bajo, la angustia en los ojos de Denis era tan evidente que parecía que podía salir de los ojos, pero solo lo mostró durante unos segundos... ¡Ya le habían humillado suficiente! ¡Ya no le quedaba nada!
No quedaba nada de nada.
Denis alzó la barbilla y su mirada se quedó fija sobre el rostro de la señora Yanet, en ese momento la señora Yanet solo vio arrogancia en su expresión.
Se sentía disgustada la señora Yanet. En su forma de ver las cosas, a pesar de que estaba suplicando a Denis, Denis seguía siendo la hija que ella tardó diez meses en dar a luz. Sin ella, no existiría Denis.
Ella estaba suplicando a Denis, pero si Denis se mostraba arrogante, entonces no le gustaba. A nadie le gustaría.
Pero no se atrevió a decir nada, solo frunció el ceño disgustadamente.
-Entonces el Grupo Alonso ...-
Denis levantó la barbilla, la señora Yanet no podía entender la arrogancia de sus ojos, Denis solo miró a la señora Yanet durante más de diez minutos.
La señora Yanet mencionó varias veces el Grupo Alonso, Samuel, Valentín. Denis nunca interrumpía sus quejas. La señora Yanet realmente había pasado por mucho estos días. Su hijo padecía una enfermedad como esa, y su esposo le puso los cuernos durante media vida y tenía un hijo bastardo desde hacía años. Valentín estaba enfermo y a su esposo no le importaba en absoluto.
La señora Yanet no tenía a quien poder hablar de ello.
Aquellas “buenas amigas” con las que solía jugar al mahjong, la consolaban solo con palabras, ninguna realizó realmente alguna acción, quién sabría si de verdad se preocupaban por ella o no.
Posteriormente, se distanciaron de ella.
La señora Yanet dijo que una mujer como ella, vivía cada día aterrorizada bajo el contexto de un hijo gravemente enfermo y de un marido infiel.
Sufría el tormento y miedo en la madrugada. Había soportado demasiado. Pero tampoco se lo quería contar a los demás. Nadie sabía cómo lo había pasado estos días, solo ella misma sabía lo que tuvo que aguantar todos los días.
De principio a fin, Denis solo la miraba fijamente con esos ojos, que la señora Yanet entendía, de arrogancia y descortés.
Y usted, señora Yanet, ¡sí está tratando a su enemigo con esa actitud tan amenazante!-
El rostro de la señora Yanet se quedó tan pálido como el papel, y se sentía humillada después del sermón de Telmo.
Pero al pensar en la crisis de la Familia Alonso, sin la Familia Alonso, ¡ella ya no sería la señora Yanet!
-Denis, ¿cómo puedes ver arruinándose el arduo trabajo de la vida de tu abuelo? -
Miró con tristeza a Denis, pero esta ya había cerrado los ojos, entonces fue cuando la señora Yanet se alarmó, -¡Denis! ¡Es tu abuelo! ¡El abuelo que más te quería cuando eras pequeña! ¡Era la persona que mejor te trataba!-
Mientras ella gritaba con voz a pleno pulmón, Denis abrió los ojos, miró a la señora Yanet con ojos inertes y dijo con calma,
-Tú ganas.-
Todo su dolor se escondía bajo esa tranquilidad.
Lentamente le extendió una mano a Telmo, -Llámale. -
-¿Qué? -Telmo se quedó atónito durante un instante, pensaba que lo había oído mal, pero al ver esa muñeca pálida y delgada, la miró con cara extraña, -¿No te arrepentirás? -
Denis se calló durante un momento, Telmo y ella sabían que esta llamada no era solo una llamada.
La señora Yanet ya estaba sonriendo alegremente a un lado, -Denis, sabía que tenías un corazón compasivo.-
Denis bajó la mirada, además dolor, había una ironía infinita en sus ojos... Sí, su corazón era el más compasivo.
-Las condiciones que él ponga.- Denis dijo a Telmo, su miraba era serena.
Si quería conseguir algo de alguien como Joaquín, ¿cómo iba a hacerlo sin pagar nada por ello?
Telmo miró a Denis y apretó el botón de llamada.
Sonó el teléfono.
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