Julián acababa de salir del edificio de Grupo Alonso, sacó su teléfono móvil e hizo una llamada, -Lo quemó.-
Sí, él sabía que quemar la carta había sido idea de Venancio.
Al otro lado del teléfono, estaba muy silencioso.
Julián añadió sin piedad, -Sin dudarlo. Ni un minuto, ni un segundo.-
Al otro lado del teléfono, se oyó una risa, -Es su estilo.-
-¿Qué estilo?-
-Hace todo lo posible para lo que quiere y para lo que no.-
El rostro de Julián fue algo solemne, -¿Si sabes tanto sobre ella y por qué?-
-No, estás equivocado.- En el teléfono, Venancio dijo a la ligera, -Acabo de entender qué tipo de mujer es. Ella hace todo lo posible para lo que quiere y para lo que no. Ella distingue demasiado bien lo que ama y lo que no. De modo que, no he tenido ninguna oportunidad.-
-No, no solo yo, nadie tiene la oportunidad. Ama lo que ama.No ama lo que no ama. Ni siquiera tendrías una oportunidad ambigua. ¿Es muy despiadada?-
Venancio dijo, -Pero todo esto, lo acababa de entender en ese momento y me desperté de mis sueños.-
¿En ese momento?
¿En qué momento?
Julián se quedó callado, entendió que el momento que dijo Venancio, fue cuando Denis había quemado la carta sin dudarlo.
Ella y él cayeron en un entendimiento tácito peculiar.
Si tuviera que decir algo, estos días podían ser los mejores días de Joaquín y Denis en el tiempo.
No había disputa, no había reprensión y no había acusación.
Todo parecía muy tranquilo.
Estaban tan tranquilos como si fuera el periodo de luna de miel.
Ella no se enfadaba con él y él se portaba tan bien que no se parecía a Joaquín, el autoritario.
Todos los días, él preparaba el desayuno y la cena, y ella comía tranquilamente.
A veces, incluso se recostaba en el sofá para ver la televisión por la noche, viendo “La Cabra Alegre y el Lobo Gris” que le gustaba ver a Joaquín.
-Yo soy el Lobo Gris y, Denisita, tú eres mi Loba Roja.- Cada vez que veía ese gran castillo, Joaquín decía esa frase con alegría.
Como si no se cansase, mientras hubiera escenas del Lobo Gris y la Loba Roja, repetiría esas palabras una y otra vez.
Y en ese momento, ella siempre sonreía y le pedía que pelara las manzanas y las naranjas.
Todo parecía maravilloso.
Tan maravilloso que le parecía irrealista.
En los fines de semana, cuando Ivana venía a su casa y vio la escena armónica entre los dos, estaba tan sorprendida boquiabierta y dijo, -¿Has cambiado de personalidad?-
Vivian parpadeó, -¿Lo vas a perdonar tan simplemente? ¡Denis! Es el mayor cabrón de este siglo, ¿lo vas a perdonar así?-
Denis solo se rio y no dijo nada, dejando que estas palabras pasasen solo por los oídos.
Ivana negó con la cabeza decepcionada, -Qué pasaría si la gente de fuera supiera que Joaquín, el autoritario, se viste con un delantal de volantes y pantuflas de conejo rosas y azules, y está cocinando en frente a la estufa como un buen amo de casa. Definitivamente, sería una noticia explosiva en toda la ciudad de S.-
Sentada en el sofá de la casa de Denis, la mirada de Ivana no había dejado ni un momento de mirar a esa espalda alta, que casi se le caía los ojos de la sorpresa.
Vivian mostraba decepción en su cara y dijo, -Es una lástima que no sea el verdadero Joaquín. Ojalá el real pueda hacer esto por Denis...-
No terminó sus palabras e Ivana la tiró a un lado. Vivian miró atentamente a Denis del otro lado, la mujer sonrió gentilmente todo el tiempo, como si no le importara.
***
Era un día de fines de semana.
Tres mujeres y un hombre, fuera estaba soleado, dentro de la casa estaban muy alegres y no se notaba el frescor del invierno.
En la mesa de centro, había una taza de té de frutas, que fue preparada por el hombre.
-En realidad, Joaquín también es bastante bueno.- Al salir, Vivian dijo, -Ojalá pueda ser el mismo cuando se recupere.-
Denis únicamente sonrió y se despidió de ellas dos en la puerta.
La puerta se cerró, la mujer giró la cabeza para mirar al hombre que estaba dentro y dijo, -Han dicho cosas buenas sobre ti.-
El hombre sonrió, -Denisita, yo solo quiero que seas feliz.-
Ella levantó una sonrisa y dijo, -Estoy muy feliz.- Sus ojos brillaron levemente, y agregó, -Hoy.-
El hombre estaba descontento, -¿Solo hoy? Quiero que seas feliz para siempre.-
-Vaya- Denis estaba justo enfrente de la puerta sonriendo, pero no dijo una palabra.
Era demasiado lejos para toda la vida.
-Estaré siempre a tu lado, Denisita.- Joaquín la miró con una cara tonta e inocente y siguió, -Para toda la vida.- Por alguna razón, la gente tonta tenía una perseverancia seria.
La mujer abrió la boca varias veces, pero al final no dijo esa frase, levantó los labios y sonrió frente a la puerta.
El coche entró en el aparcamiento subterráneo del edificio del Grupo Alonso.
Saliendo del coche, caminaba hacia el ascensor, pasó por un vehículo. La puerta se abrió de repente y la persona que estaba en el coche se quitó las gafas de sol y la miró.
Denis se detuvo, -¿Me estás esperando especialmente?-
Vio rápidamente la intención de la persona de un vistazo.
-¿Señorita Denis todavía te acuerdas de mí?- el hombre levantó los labios y los deslizó suavemente.
Denis entendía claramente, que el hombre se estaba burlando de ella y no preguntó realmente si ella todavía recordaba de él.
Sabiendo sus intenciones, Denis siempre usaba la forma más directa.
-¿Por qué el señor Mario se divierte burlándose de mí? Dado que me bloqueó deliberadamente en mi estacionamiento del Grupo Alonso tan temprano, ¿puedes decir las cosas claras?-
Los párpados de Mario temblaron, y este puso cara aburrida y dijo, -Denis, realmente no quieres perder nada de tiempo. ¿Quieres echarme de esta manera?-
Los labios de Denis se levantaron levemente.
Mario se sintió aburrido también y dijo directamente, -¿Está contigo?-
Aunque era una pregunta, la forma con la que dijo era afirmativa.
Las pupilas de Denis se encogieron bruscamente y miraron hacia abajo.-¿A quién te refieres?-
-¡Vaya!- Mario dijo con frialdad, -Me dijiste tú que no diera rodeos, sino decirlo directamente. Sin embargo, ¿tú misma empiezas a dar rodeos? Sabes de quién estoy hablando. Joaquín está contigo.-
Denis pensó tranquilamente por un momento, y de repente levantó la cabeza, -Parece que el señor Mario está muy interesado por mi paradero. Me temo que me ha estado observando durante mucho tiempo. ¿Tengo que agradecerte por los cuidados especiales, señor Mario?-
Si el otro estaba tan confiado, lo tendría casi seguro, ya no era necesario intentar mentir más.
Su mente pensó rápido, en poco tiempo aclaró todo lo sucedido.
-¿No lo sospechas?- Mario preguntó de repente.
Los párpados de Denis temblaron, -¿Sospechar de qué?-
Mario levantó los labios y soltó una pizca de sarcasmo, -¿Crees que de verdad ha perdido la memoria?-
Un par de ojos negros, como un halcón, se fijaron con fuerza en la mujer de enfrente. La mirada se fijó en el rostro de Denis, sin saltar ninguna expresión suya por mínima que fuera.
-¿Qué quieres decir?-
El hombre levantó una sonrisa y con intención critica dijo, -¿Te atreves a ir conmigo a un lugar?- Mario se rio fríamente, -Verás todo con claridad.- Después de decir las palabras, tomó a Denis del brazo y la metió en el coche.
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