Valentín estaba demasiado débil, y su cara estaba pálido, sus labios se retuercían, pasado un rato, dijo, -Lo olvidé.-
Junto al lecho, la mujer sonrió levemente, -Cuando estaba en la escuela primaria, oculté mi trasfondo familiar, y luego fui acosada por los mayores. Más tarde, cuando te enteraste, me agarraste y me arrastraste a tu habitación, quitaste groseramente mi ropa y expusiste las cicatrices debajo de esa ropa.-
-Valentín, en aquel entonces, supe que sabías atender tan bien a las heridas. Tratabas mi herida y me arrojabas fuera de tu habitación. Temía que se lo dijeras al abuelo, para que el abuelo se decepcionara de mí y sintiera que era una inútil. Como resultado, yo había pasado aterrorizada todos los días, al ver que el abuelo no me culpaba, descubrí que no me traicionaste.
Después, durante mucho tiempo, todos los días regresaba a casa con heridas, todos los días me agarrabas a tu habitación para atender las heridas.
Los dedos de la mujer presionaron levemente sobre la cicatriz que tenía Valentín, -Tu cicatriz se originó en una pelea con los gánsteres, para evitar que me dañara el cuchillo. Era desde entonces, cuando pensé que mi hermano era muy poderoso y mi hermano me protegería.-
Denis le preguntó a Valentín, -¿Recuerdas lo que dijiste cuando estabas peleando?-
Los ojos de Valentín brillaron.
Denis continuó diciendo, -Dijiste que tú eras el único que me podías molestar, los demás no podían.-
La mujer terminó su declaración.
En la cama, Valentín apretó sus labios con mucha fuerza.
-Desde entonces, no te odié tanto. Porque sabía que no solo el abuelo me amaba, resultó que mi hermano me protegía también.-
Valentín escuchó sus palabras, le temblaron los hombros y no sabía en qué estaba pensando, había una leve emoción en sus ojos lúgubres, y se agachó la cabeza.
-Si estábamos bien antes.- Denis miró esa cabeza agachada, sus ojos se enrojecieron gradualmente, y tras atragantar y preguntó amargamente, -¿Por qué nos hemos convertido así?-
Valentín agarró las sábanas y su corazón latía incontrolablemente.
Era extraño. Si no comió nada, por qué su boca estaba tan amarga. Miraba la colcha que tenía encima y sus ojos se quedaron aturdidos.
-¿Dónde está el hermano quien dijo que me protegía? El hermano que consideraba como mi protector, por qué cuanto más crecemos, más nos alejamos.-
Preguntó Denis con los ojos enrojecidos, a pesar de que había experimentado tantas dificultades, nunca se le habían enrojecido los ojos, incluso después del engaño de Joaquín, todavía podía mantener su cordura.
Denis también se sentía extraño, ya era una maestra del control de las emociones, ya no le importaba nada y por qué tenía los ojos rojos.
-El abuelo te lo dio todo.- Al cabo de un rato, dijo Valentín débilmente.
Denis lo miró a los ojos durante mucho tiempo. ¿Era por el dinero?
¿Por el poder?
¿Por la gloria y la riqueza?
-Yo también estoy celoso de ti.- Valentín fue observado por esos ojos recargados de emociones y su cuero cabelludo se entumeció. Finalmente, también expresó sus sentimientos ocultos tras décadas:
-Dijiste que nuestros padres se preocupaban más por mí, pero cada vez que veía el abuelo te enseñaba personalmente a ti. Yo era el hijo mayor de la familia Alonso, pero los ojos del abuelo solo se fijaban en ti. Era juguetón y el abuelo no se preocupaba por mí. Pero si tú jugabas un rato, el abuelo ya te regañaba. Entonces, quería ser más juguetón, para que el abuelo también me prestase atención.-
-No podía entender por qué el abuelo te trataba tan bien, pero me ignoraba así. Por el transcurso del tiempo, me molestaba más por no haber recibido las enseñanzas personales del abuelo, a diferencia de ti. Cuantos más años pasaban, más celoso estaba y tú ni siquiera lo sabes.-
Denis estaba sorprendida, porque fue la primera vez que escuchaba con atención los pensamientos reales de Valentín, en silencio y sin prejuicio.
Cuando Valentín terminó de hablar, Denis mostró una ligera ironía en sus ojos y le dijo, -Estás equivocado. El abuelo no me lo dio todo. Cuando el abuelo estaba vivo, me advirtió seriamente en varias ocasiones, que el Grupo Alonso pertenecía a ti.-
-Cuando el abuelo me dio el «Fondo Caritativo Amor Único», me dijo que podía hacerlo como quiera, si lo desarrollaba bien, entonces lograría una posición importante en el malecón de la Ciudad S. Pero si fallaba yo, solo tendrías una dote. El abuelo me dijo con sus propias palabras, que no podía heredar el Grupo Alonso.-
Denis bajó las pestañas. ¿Creer en milagros? ¿Qué diferencia había de no tener ninguna esperanza?
-Llamo hoy para informarles formalmente, que no necesitan seguir buscando. Lo hemos encontrado.-
-¿Lo han encontrado? Cómoese posible, somos la institución más grande y autorizada del País H. Si fuera posible encontrarlo en todas las vías formales, no lo dejaríamos pasar.-
-En cuanto al coste, enviaré a alguien para liquidarlo.-
-No es cuestión de gastos. Señorita Denis, no ha optado por vías informales, ¿verdad? Eso es ilegal...-
-No se preocupe, no hacemos cosas ilegales, es por vía formal.-
-Cómo puede ser...-
No quiso decir más, terminó la llamada unilateralmente, cortando sin piedad la voz femenina ansiosa en otro lado del teléfono.
Valentín no sabía cómo se sentía y miraba perdido a la persona que tenía al lado de su cama. Había pensado que era demasiado cruel, demasiado fría, pero en realidad ella había hecho tanto por él, pero ella nunca lo decía.
La boca de Valentín sentía más amargura. Sí, su hermana menor, Denis, nunca se presumía de sus méritos, quien lo hacía todo sigilosamente.
Recordó de nuevo la maldición de su madre entre sus oídos, regañando a su hermana que era frenética, desdeñosa y que sufriera en el infierno.
-Denis, yo...- él quería decir algo, pero no conseguía hablar.
-Hermano, no te pasará nada.- Denis sonrió y se puso de pie.
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