Amante peligroso romance Capítulo 39

El caso era simple, tan sencillo que hacía falta un factor único, que Denis seguía su pusilánime y permitía cualquier petición irrazonable incluso ofensiva de Macaria con poca dignidad.

Pero, en lo íntimo de su alma, surgió la avaricia. Ella deseaba que fuera respetada. No tenía que ser como antes, solamente necesitaba lograr el respeto pertenecido al humano como el más ordinario.

Obviamente, no correspondía la realidad a la esperanza.

Desde aquel entonces, Denis escondió el corazón plagado de agujeros profundamente, y ocultó lo que aspiraba en lo recóndito del alma donde nadie podía descubrir ni tocar. En aquel lugar oscuro y frío existía la soledad y el vacío, como las profundidades del océano estaban silencioso.

La llegada y la salida de Macaria alternaba todos los días. Cada vez ella venía a la hora de comer, y se marchaba después de traerle la comida.

-Quiero abandonar el hospital.-En la cuarta noche del incidente, Macaria hizo de costumbre. Puso la comida para llevar en la mesa con gesto impasible, se volvió a irse. En ese momento, la mujer que estaba en la cama rompió su crónico silencio, le dijo eso.

Las palabras que salieron lentamente con voz roca atrajeron la atención de la indiferente chica. Macaria se detuvo y se volvió la cabeza sorprendidamente. Le negó sin pensar-No, aún no te curas.

¿Estaba preocupada por Denis? La cual se fijaba en Macaria, y le contestó-Estoy bien, y he bajado la fiebre. Quiero seguir mi trabajo

-¿Lo haces con intención? ¿Quieres que todo el mundo te vea que la frente está envuelta la gasa?-Macaria se enojó, -Denis, ¡Qué mal propósito tienes! De veras, te conozco por tanto tiempo sin comprender tu verdadero carácter. ¡Cuántas malas intenciones esconden bajo tu apariencia honesta!

Denis bajó la cabeza para ocultar su gesto decepcionado... El hecho demostró que ella realmente se hubo equivocado la preocupación de Macaria.

Echó la mirada de nuevo a Macarica, pero esa vez, la expresión se volvió entumecida, -Tengo que trabajar. Hazme el procedimiento de alta.

Diciéndole, alzó la frazada, se levantó de la cama lentamente y se cambió de la ropa suya.

Macaria estaba atónita... ¿Denis acababa de ordenar a ella?

¿Ella?

¿Denis Alonso?

¿Le ordenaba a ella?

¡Emergió la humillación del corazón!

Macaria vio a la mujer que se levantó de la cama, y se dirigió a la puerta cojeando lentamente. A pesar de que andaba despaciosamente, ¡la coja realmente quería salir de la sala! Eso significaba que Denis le hubo dicho que quería abandonar el hospital no era una broma.

¡Ella auténticamente estaba dispuesta a abandonar el hospital!

¡No podía así!

La vista de Macaria cayó rápidamente en la frente de Denis con ojos llenos de confusión. ¡Ella tenía miedo! ¿Cómo podía esa coja regresar al Emperador Internacional antes de retirar la gasa de la frente?

Ella se adelantó sin pensar para parar el paso de Denis, -Denis Alonso, ¿cómo puedes ser tan baja como una puta? En tu boca, llena de trabajo, trabajo y trabajo. ¡Qué bueno lo que dices! Las que no te conocen creen qué amor al trabajo tienes.

-¿Quieres trabajar? Tu trabajo es complacer a los hombres, ¿no? ¿Estás tan ansiosa de adular a los hombres aunque sigues enfermando? ¿Estás impaciente por convertirte en una perra?

-O sea, en realidad, ¿estás disfrutando de este proceso? En caso contrario, ¿cómo puedes independientemente del cuerpo enfermo para ir al Emperador Internacional con tanta prisa?

Macaria únicamente no quería que Denis fuera al Emperador Internacional, sin considerar qué injuriosas sus palabras. Ante la ofensa de Macaria, la pobre chica se quedó más silenciosa. Bajaba la cabeza mirando sus piez, la palma puesta en esplanda cerraba el puño, el cual estaba temblando por enojo en ese momento. Ella quería mucho objetarla y explicarla.

Pero ella entendía claramente, la objeción no servería para nada.

El hecho de que ella se hubo arrodillado para ganar dinero.

El hecho de que ella se hubo caído al suelo de bruces aprendiendo al perro a mover la cola para obtener más dinero.

El hecho de que Macaria no hubo dicho lo falso. Frente a ella, todo lo que hubo dicho era verdadero.

¡De hecho, todo eso ella hubo hehco!

¿Qué podía objetar?

¿Ella podía aclarárselo?

-Cada uno tiene su propia fe, la cual puede ser una persona o una creencia.-La voz ronca mezclaba con el sentimiento afligido. Denis hizo todo lo posible para manternerse calma, y le dijo lentamente-Y las personas se esfuerzan para realizar, luchar y lograr esta fe, esta persona o esta creencia, por lo menos no se deben burlar.

Macaria estaba suspensa, luego le miraba de arriba abajo... ¿Cómo era posible que las palabras salieran de la boca de esa mujer ignorante y humilde que inculso no se hubo graduado de la escuela secundaria? No sabía que esa coja en dónde lo hubo visto.

Al pensarlo, la mirada que le dio a Denis se volvió más despreciada.

Terminadas las palabras, Denis dio el paso lentamente para eludir a Macaria. Pero esta le cogió del brazo rápidamente-No puedas salir, ¡tienes que quedarte aquí para convalecer hasta que la herida de la frente se cure!

Denis se levantó la cabeza con lentitud y se dirigió la mirdada en la cara de Macaria. Le contó clara y articuladamente-Voy a tabajo, y eso no tiene nada relación contigo.

Ella parecía estar débil, pero le hizo soltar la mano agarrada su brazo de Macaria con fuerza. Se marchaba afuera, ni siquiera le echaba una mirada a aquella sorprendida chica.

Cuando Macaria se despertó de la conmoción, le persiguió de inmediato. Denis andaba con torpeza, ella era fácil de alcanzarla. Al oír los pasos de atrás, mientras andaba con la pierna coja, le decía con la voz herida por el fuego despacio pero firmemente

-Si te atreves a impedirme otra vez, llamaré a Ivana.

En comparación con Karin, la chica que le hubo salvado con su propia vida en la prisión oscura, no le importaba Macaria.

Macaria o cualquiera, incluso aquel hombre, nadie podía ser más importante que Karin para Denis.

Ignoraba que la mirada feroz detrás cayó en ella, y no tomó en cuanta el ánimo furioso y exasperado de Macaria, Saliendo del hospital paso a paso. En otra parte, Macaria ya no se atrevió a detenerla.

En la impresión de Macaria, Benis era no solo una persona baja, humilde y invertebrada, sino que una analfabeta sin mayor nivel de educación, pensó que ella no servía para nada.

Sin que notara que Denis se fue de manera más pausada y orgullosa en comparación con ella esa excelente estudiante de Santo.

Por supuesto, ella también no descubrió que en la sala vecina de la de Denis, un hombre se apoyaba contra el cerco de la puerta perezosamente con los brazos cruzados sobre el pecho.

Aquel hombre echó una mirada en el ascensor que hubo desaparecido Denis, se irguió, dio los pasos con las largas piernas, eludió a Macaria y se dirigió al elevador que hubo bajado Denis.

Denis tomó el ascensor para bajar, ella andaba con torpeza, por eso su movimiento era bastante lento. Además, aunque ya hubo descensado la fiebre, ella estaba débil. Salió del hospital con lentitud, se paró en el cruce, levantó la mano para detener un taxi.

-Señor, quiero ir al Emperador Internacional, ¿puede ser más barato si no utiliza el taxímetro?

El taxista se asomó la cabeza por la ventanilla, y le contestó-Muchacha, hoy en día es difícil hacer negocios. Yo conduzco el taxi en vez del coche ilegal. ¿Quieres tomar? Si no, yo me voy.

Era obviamente que el chofe no quería cederle. Sin otro medio, la chica tocó el bolsillo de la chaqueta vestida en aquel día que se hubo llevado al hospital, y levantó la cabeza, -Señor, solo me llevado veinte yuanes.

-Es suficiente, sube al coche.

Si le quedó ontra elección, no quería tomar el taxi, porque era muy caro. Pero ese día, una idea iluminó en su mente: tal vez pudiera olvidar el aprieto y tomar un taxi lujosamente.

Ella tomó un taxi como si pudiera ser igual que las personas ordinarias que circulaban en la calle, con la dignidad normal.

Denis Alonso, estaba haciendo todo lo posible para que le hiciera a sí misma parecer a una persona, una ordinaria. Lo que aspiraba era el respeto que se podía lograr por una medianía.

Sí, ella todavía lo deseaba en su corazón. Pero no lo pediría nunca jamás a los demás.

No podía conseguir de ninguna manera las cosas que los otros no querían dar .

Por eso, lo único podía hacer era que se esforzaba para llevar bien la vida como un verdadero humano.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Amante peligroso