Amante peligroso romance Capítulo 40

El taxi se ponía en camino hacia el Emperador Internacional y no tardaba mucho en llegar. Después de bajar del coche, Denis estaba frente al Emperador Internacional, que contaba con la decoración lujosa de adentro hacia afuera.

Ella no entró con mucha prisa. Levantó la mano para arreglar bien la vestida de manera concienzuda y esmerada, destapó la gasa de la frente, y bajó el flequillo para ocultar la herida que se hubo cosido tres o cuatro agujas.

Cuando todo lo hizo bien, se irguió la espalda. Parecía querer hacer todo lo posible para alzarse la columna vertabral agobiada durante tres años. Denis miró sin pestañear, levantó el pie y entró en el Emperador Internacional brillantemente iluminado.

Detrás de ella, un ferrari azul se detuvo en la puerta del Emperador Internacional. A medida que bajaba la ventanilla, surgía una hermosa cara. La persona era el hombre desconocido que había escuchado la completa conversación de Macaria y Denis en el hospital.

En ese momento, los ojos fénix de aquella guapa cara se quedaba iluminando la exaltación y la sangre como si estuviera cazando.

-¿Ella es Denis Alonso?-La mirada fijaba en la puerta del Emperador Internacional. Un rato después, sacó el móvil del traje lentamente, ingresó unos números y llamó.

Preguntó a la persona que estaba al otro lado perezosamente,

-Julián, ¿has visto a la mujer más hermosa?

Aquella se calló un rato, en vez de contestar la pregunta, le echó una otra-¿Quién ha sido tu nueva cacería?

Y el hombre estalló en llanto-Jaja, tú me conoces mejor.

-¿Cómo es la mujer?-Julián no pensó que la mujer a su ese buen amigo le gustaba era Denis. Los dos se hubo visto una vez por casualidad.

Era natural que él no lo considerara. El hombre siempre poseía un buen gesto, ¿quién podía saber que esa vez le interesaba una mujer como Denis esa coja?

-Julián, ¿sabes? Nunca he visto una mujer tan interesante como ella. Creo que no estaré aburrido en estos tres meses en Paíse H.

En otro lado del teléfono, estaba suspenso. Enarcó las cejas y le preguntó-¿Ella merece tu opinión tan buena?-¡Tres meses! Tenían que saber que el interés de una mujer de ese tipo no había durado más de dos meses hasta la fecha.

-Ella es una mujer muy interesante, porque ella es paradójica. La humildad ilimitada y el orgullo incondicional existen en ella al mismo tiempo. ¿A quién has visto que puede expresar la humildad de manera orgullosa como Sol de verano? ¡Nadie! Salvo que uno con el orgullo que circula en el cuerpo.

-Estoy curioso por saber quién o qué puede destruir a una mujer como ella en esta apariencia tan triste. Julián, quiero despertar la verdadera ella.

No sabía por qué, Julián estaba nervioso. Los dos se conocían más de diez años, nunca hubieron salido esas palabras de la boca del sincero amigo.-Pues a tu antojo.-Él tenía mucha confianza en su amigo, -No te detendré. Pero, Venancio, tienes que recordar que no se puede burlarse del corazón. Detente a tiempo.

Venancio Gómez, aquel hombre desconocido, se rio sin decir nada y colgó la llamada.

Bajó del coche, cerró la puerta y dio pasos hacia el Emperador Internacional.

...

-¿Por qué regresa ella? Ha dicho que no se encuentra bien, ¿no?

-No hazle caso. no andamos en un mismo camino.

-Sí, se dice que Macaria vive con ella, se han cuasado muchas paradojas.

-A pesar de que se meten en tantas paradojas, ahora está enferma, Macaria cuida de ella todos los días, ¿no?

Con la recién llegada en el departamento de relaciones públicas del Emperador Internacional, Denis escuchaba muchos murmuradores. Pero en ese momento, la actitud de ella era entumecida.

La chica no era una tonta, sabía claramente que a quién pertenecía el mérito que se difundían las palabras.

Se temía que a nadie le importaba la verdad.

Por eso, explicar sí o no, ya no tenía la importancia.

Ante los murmuradores, habladurías y críticas, Denis se hacía el desentendido. Abrió la puerta de la sala de descanso, encontró un rincón tranquilo y se sentó.

De los alrededores seguían oyéndose los comentarios susurrado y viéndose diversas miradas examinadas.

Naturalmente, Denis bajó la cabeza y tocó la frente...-¡Uf! ¡Qué dolor!-Ella quería tapar bien la herida con el flequillo. Por supuesto, lo que hizo era para ella sí misma en vez de Macaria. Denis necesitaba dinero, ¡mucho!

En comparación con otros mienbros del departamento de relaciones públicas, Denis parecía un payaso, pero a pesar de eso, se sentaba en el rincón serenamente, esperando a los ricos con singularidad distinta de los demás.

-Denis, ven.-el gerente, Renza, estaba en pie en la puerta de la sala, le llamó con gesto impasible.

Las vistas circundantes se iluminaron inmediatamente. Todo el mundo se alegraba de la desgracia de la pobre chica, que desesba que ella fuera criticada.

Valició un momento, se levantó. Mientras de dirigía al gerente, le preguntaba

-Jefe, ¿para qué me llamas? Unos días antes no he estado bien, y Macaria me ha pedido vacaciones.

Pero Renza trataba a Denis con poca paciencia, le interrumpió impacientemente-Ven conmigo, el cliente de la habitación 601 ha pedido tu servicio.

Cuando el gerente le dijo eso, la puerta estaba abierta. Otros empleos que se quedaban en la sala de descanso se suspendieron al oírlo.

-La habitación 601... El sexto piso que únicamente se sirve para los vip.

-Eso es, para divertirse en el sexto piso no solo hace falta el dinero. ¿Quién es? Yo no sé que esta noche se ha reservado la habitación 601.

-Y aquella persona ha pedido el sevicio de Denis, ¿está haciendo bromas?

-Laia, tal vez sea un cliente con gesto raro, no me parece ser un buen trabajo.

Terminadas las palabras, las murmuradoras se sintieron aliviadas, -Bueno, de acurdo. No podemos hacer el trabajo como eso.

A pesar de que tenían la lección de Geraldina y Erica, los empelos del departamento de relaciones públicas no escarmentaban encabeza ajena. Pensaban que el director no le gustaba el diablillo, pero ellas no hubieron hecho nada a Denis.

Al principio, ellas contaban con objeciones con las personas que totalmente no podían aprobar la línea de satisfactoria, pero ingresaban en su departamento. Ni siquiera Denis limpía los baños del Emperador Internacional un medio año antes de incorporarse. Una limpiadora no sabía por qué, de repente entró en su departamento en algún día, ¿quién podía manternerse calma ante esa situación?

...

Fuera de la habitación 601

Renza estaba indiferente. Levantó ligeramente la barbilla señalando a Denis y le advirtió-Tras entrar, debes considerar bien, qué debes decir y qué no, qué debes hacer y qué no. Tienes que cumplir las peticiones del cliente y no le ofendas, ¿me explico?

-Sí, jefe.

El gerente le mostró una mala cara sin disimular,

-No me importa quién te introduzca al departamento de relaciones públicas, pero has ingresado en mi departamento, tienes que obedecer mi orden. Recuérdelo, si quieres quedarte en mi departamento, no me provoques líos. No faltan las personas que quieren lograr la oportunidad para incorporarse al departamento relaciones públicas, si no puedes trabajar bien, sal, no ocupes el puesto. Me da igual quién viene a pedirte el favor. ¿De acuerdo?

-Sí, Jefe, ¿podría saber el apellido del cliente?-Denis estaba irresoluta. En realidad, ella creyó que nadie le pediría el servicio, salvo que los conocidos.

Si ella conocía ese cliente... Tembló el corazón, y se puso pálida. Además de las personas hacía tres años, ¿había quién más?

-No debes preocuparte por eso. No preguntes más. Entra.-Le dijo el gerente, luego levantó la mano para abrir la puerta.

No le quedaba el tiempo a Denis para reaccionar, ella se empujó en la habitación por Renza.

Ella entró en la habitación tambaleándose. Antes de mantenerse el equilibrio, de repente una fuerza le tiró adelante, mientras se asustaba, olía la fragancia de la colonia.

Una voz magnética sonó en sus orejas-Por fin, vienes.

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