Aunque Yonatán estaba cambiando de tema.
Pero lo que él decía, necesitaba solucionarlo seguramente.
Como hoy hablaba del caso frente a muchos compañeros de trabajo, para nuestra relación, siempre debe haber una explicación.
Pero …
-Lo siento.-
Hoy había pensado todo el día, pero por fin todavía era esta clave.
Acababa de decir las palabras, Yonatán ponía el índice en mi boca,- tranquila, sé lo que te preocupa, no tengas miedo mientras estés detrás de mí, me protegeré, así, yo podré protegerte.-
Su respuesta, me hacía dudar por un tiempo.
-Pero…-
Quería decir que pero Hector no podría abandonarlo, y Yonatán dijo primero, -No me comprometerás.-
Tenía que decir, realmente me conmovió.
No estaba seguro de si esta es una relación confirmada..
Pero después de ese momento, comía con Yonatán juntos dos días por cada semana.
Pero mis compañeros de la empresa estaban desagradables conmigo.
Incluso había muchos rumores sobre por qué fui a la cárcel.
Fingía yo no saberlo y lo ignoraba.
Pero, esto no podía cambiar mi embarazosa situación que estaba en la empresa.
Como mi empleo era la asistente de Angélica. Ella me ignoró, debido al caso de Yonatán y yo. Incluso si fue a hablar con ella, ella no me miró.
No trabajé nada en dos semanas, solo pude estudiar por si misma.
Pero, sabía que era error que no trabajaba nada pero tomó el salario.
Estaba decidida a seguir a Angélica aunque me ignoraba.
Así durante tres días.
El tercer día, Angélica me evitaba deliberadamente, ella entró en el ascensor cuando me enteré, me bajé, ella había salido en coche.
Cuando me detenía en la puerta del edificio de oficinas, no supe qué hacía. El carro de Hector se paró en frente de mí.
Lo seguí al orfanato, y el viejo decano ya lo había saludado.
Vio a Hecto, y nos acercó inmediadamente, y dijo respetuosamente,- Gerente Hector, bienvenido.-
Hector asintió con la cabeza, inclinó a mí y dijo, -La llevo a ver.-
El viejo decano me echó un vistazo, me reconoció rápidamente,-¡ella es Julieta!-
Mi nombre en el orfanato era Julieta,después de llegar a la familia Sandova, Candela Sandoval me llamaba Julieta Sandoval.
Luego, el viejo decano nos llevó a visitarlo. En ese, supe todo el orfanato fue reconstruido por Hector el año antepasado.
Actualmente había los dormitorios, las clases, los cuartos de jugar, aula multimedia y las salas de ordenadores en el orfanato.
Al mismo tiempo, Hector contrató a un profesor extranjero para que enseñaba a niños cada semana.
No dije nada en el camino de visitar.
después de la gira, regresamos al coche, no pude evitar decir, -gracias.-
Hector me echó una vista, dijo sin expresión, -puedo reconstruir aquí, también destruirlo, todo depente de ti.-
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Amor desgarrado