Por la tarde, me llevó Hector a un estudio de alta costura, eligió un vestido y una capa corta.
Aquí me maquillaron y me peinaron.
Cuando todo se estuvo hecho, me miré al espejo y pensé en la vida futura.
Parecía todo sería oscuro.
Triste,ridícula.
Por la noche, estaba en la casa de Rayan,continuaba actuando con Hector.
Actuamos como una pareja amorosa.
En el festín, Rayan nos apresuró que tendríamos un bebé apresuradamente.
Lo prometí con una sonrisjia fementida.
Pero yo sabía que esto no podría ocurrírse.
Después de salir de la familia de Navarro,cuando entré al coche, la borla de la capa colgaba con el botón del cinturón de Hector.
Como el vestido que tenía dentro es escotado bajo, así que no me quité esta capa en toda la noche.
Pero en este momento la borla colgaba el botón, si me inclinaba para desatar, la postura era demasiada ambigua.
De ninguna manera, solo podía quitarme la capa, porque no podía mandar a Hector que desatara el cinturón.
Desatando dijo, -lo haré en un periquete.
Aunque lo dije, cuanto más ansiosa estaba, más tensa se volvía la borla.
Pero la capa era muy cara, no atrevía a romperla.
Cuando yo estaba sudando profusamente, ví que el hombre hizo clic en el botón, y el cinturón estaba suelto.
Desató el cinturón.
Cuando pensé que me estaba ayudando, tiró el cinturón y la capa a un lado.
Me di cuenta de que los pantalones del hombre ya habían montado una carpa.
No me preguntó y me arrastró frente a él, mirándome, -Hiciste esto solo para seducirme.-
-¡No!- quería sentar en el asiento, pero el hombre no soltaba sus manos, mandó, -come.-
Fingí estar de acuerdo. Después de salir del auto, simplemente entré, me cambié de ropa y planeé irme.
Al abrir la puerta, dos guardias de seguridad me detuvieron,dijeron -Señorita Julieta,Gerente Hector mandó que no pudieras salir del chalé.-
Fui encalcelada por él.
Quería salir corriendo, pero me atrapó un guardián seguridad y me envió de regreso a la villa.
Encontré que había guardaespaldas no solo en la puerta, sino también en la ventana.
Cuando me paré juntos a la ventana y miré al guardaespaldas de abajo con desesperaciónd, el teléfono se sonó.
Era la llamada de Yonatán.
Pero no tenía el coraje de contestar el teléfono por lo que hice en esta noche
Volvió a sonarse el teléfono, al mismo tiempo, oí los ruidos de pasos en la puerta.
El siguiente segundo, escuché la voz de una mujer,-¿quién está adentro? ¡Déjame entra!-
Incluso si no he escuchado esta voz durante un año y media, podría decir quién era ella.
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