Amor desgarrado romance Capítulo 44

Jimena vino.

Me quedé en la puerta escuchando que el guardaespaldas y ella estaban discutiendo. Finalmente caminé hacia adelante en persona y abrí la puerta.

Jimena casi se congeló cuando vio que era yo quien estaba en la puerta.

Después de un largo rato, dijo con su cara rígida, -Julieta, eres tú.-

-¿Qué pasa? Jimena.- La llamé deliberadamente por su nombre completo.

Jimena estaba muy embarazosa, pero aún me preguntó con una sonrisa falsa, -¿Por qué estás aquí? ¿Hector te ha molestado otra vez?-

Al ver su cara hipócrita sentí rabia más que asco.

¡Tanto ella como Hector tuvieron algo que ver con la muerte de mi hijo! ¡Ninguno de ellos pudo escapar!

Era obvio que ella no sabía que era yo quien estaba aquí.

Me reí, -No, estamos muy bien, y hemos ido a ver al abuelo esta noche.-

Aunque era tarde, pude notar que Jimena se quedó con cara pálida. Ella no me habría creído originalmente, pero todavía llevaba puesto mi vestido de la noche y mis zapatos con tacones.

El bonito maquillaje de mi cara hacía que mi piel pareciera delicada, dándole la falsa impresión de que yo estaba muy bien.

Eso sería lo que Jimena no podría tolerar más.

-¡Tú! ¡Julieta! ¡Qué medio usaste!- Jimena estaba demasiado enfadada y extendió su mano para pellizcar mi cuello.

El guardaespaldas le impidió y la sacó afuera.

Di un paso atrás y me burlé, -Ahora ya sabes por qué mi esposo me ha preparado estos guardaespaldas.-

Destaqué deliberadamente la palabra guardaespaldas con mucha fuerza.

Jimena señaló a los dos guardaespaldas y los regañó, -¿Sois los perros de Hector? ¿No la detenéis, pero detenéis a mí? ¿Sabéis quién soy yo?-

Los guardaespaldas no dijeron nada y cumplieron con su deber.

Al ver a Jimena así, de repente me sentí ridícula y continué, -¿Creías que si me metías en la cárcel a costa de un niño y la media vida, Hector me odiaría y yo desaparecería de su vida en ese momento?-

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