Amor desgarrado romance Capítulo 48

Aunque había decidido hacer todo lo posible para que este proyecto se completara con éxito.

Pero aun así le prometí a Yonatán que organizaría un buen horario y descansaría bien.

A la mañana siguiente, me levanté a las cinco en punto y corrí al sitio de construcción antes de las seis en punto.

Antes de que llegaran los trabajadores, no me sentía aliviada hasta que revisara todos los materiales y revisara el interior y el exterior de la construcción nuevamente.

Todo el proyecto duró dos meses y medio.

No había descansado durante dos meses y medio.

En verano, el estudio no tenía aire acondicionado ni ventiladores. Me quedé en este ambiente todos los días y casi tuve un golpe de calor varias veces. Medicina para el golpe de calor se convirtió en un elemento imprescindible en mi bolso.

Finalmente llegó el día de la entrega.

Ese día, Hector, Jimena, Angélica, yo, Yonatán y otras del departamento de ingeniería estábamos allí.

Comprobamos y aceptamos todo el proyecto.

Finalmente, todos los proyectos estaban calificados.

Mi corazón finalmente se calmó.

Sin embargo, antes de irse, Jimena sacó a Angélica y dijo- Todos han trabajado duro para mi estudio estos días. Vamos a comer juntos- después de terminar de hablar, miró a Yonatán y a mí- Presidente Yonatán y Julieta, venid aquí también, Hector y yo ya hemos reservado los asientos-

- No iré, les deseo todo lo mejor-

Fui el primero en negarme.

Esta era una trampa diseñada para mí por Jimena, y si fui con Yonatán, definitivamente obstaculizaría los ojos de Hector.

Este proyecto finalmente terminó y no podía surgir nuevos problemas.

Me di la vuelta y me fui después de que lo dije.

Jimena corrió, me tiró y me dijo afectuosamente- No lo hagas, Julieta, eres el más seria acerca de este proyecto. Escuché que excepto para dormir, estabas aquí casi todo el tiempo. No puedes negarte-

- Jimena, hice todo lo posible no por ti, sino por AG Diseño. Además, ¿no crees que es inapropiable que estés tan cerca de mi esposo aquí?-

Después de hablar, caminé naturalmente hacia Hector, sosteniendo su mano- esposo, vámonos-

Angélica estaba de pie, su actitud que me miró, podía sentir una fuerte asesina en sus ojos.

Pensé que Hector tiraría mi mano y diría algo con disgusto o desprecio.

Pero él no hizo nada, pero naturalmente caminó en la dirección del auto conmigo.

No retiró la mano hasta que entró en el coche y le apretó una palabra entre los dientes: "Abyecto".

No me sorprendí y no dije mucho.

El lugar para comer era un restaurante de mariscos, aunque estaba disgustada con Angélica, Jimena y Hector, me quedé con Hector toda la noche como si estuviera jurando soberanía.

Cuando casi terminó la comida, dejé la caja con el pretexto de instar al camarero a añadir agua.

Tan pronto como salí, Jimena me siguió.

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