Amor desgarrado romance Capítulo 59

Miré los dos fajos de dinero y meneé la cabeza, -Tía Marina, ¡qué bien! ¿ya has preparado la utilería para tenderme una trampa?

Al escuchar la palabra “tía”, la cara de Marina se volvió verde.

Cuando no me di cuenta, Mauro dio un paso adelante, levantó la mano y me dio una bofetada en la cara.

Al instante, se me nubló la vista y me zumbaron los oídos.

Oí que Mauro me regañaba con furia, -Te dimos a luz, y te criamos durante tres años, ¿y nos robaste el dinero y la llamas así?

-¡Julieta! -Jimena me sostuvo con hipocresía y le dijo a Mauro, -Papá, Jimena es una ex convicta, para ella no es fácil encontrar trabajo, ninguna empresa la quiere. Creo que no tuvo más que hacer.

Dije en tono de burla empujando a Jimena, -Deja de fingirte, ¿vale?

-Julieta-

-¡Mira, hablas por ella, pero no se acuerda nada de la bondad tuya, es una desalmada!-

Marina tiró a Jimena a su lado.

-Eres tú…-

-¡Ya basta! -

Cuando Mauro levantó la mano para golpearme de nuevo, Candela, que estaba sentada al lado, habló por fin.

Me hizo una seña y me dijo con voz amable, -Ven, Niña, siéntate aquí conmigo-.

-¡Madre, no puedes dejarla engañarte otra vez! -

La actitud de Candela hacia mí realmente no cambió en absoluto después del espectáculo. Al verlo, las venas azules de la frente de Mauro aparecieron de ira.

Escuché a Candela y me senté en el sofá a su lado.

Me tocó la cara y me preguntó con preocupación, -¿Te duele?

Asentí con la cabeza y luego le pregunté, -Abuela, ¿me crees?

En la casa, Candela era mi único familiar.

-¿Eres mi nieta, cómo no voy a creerte?-

Dijo tomando mis manos entre las suyas y las acarició.

Todo era como antes, como si ninguna de esas cosas hubiera ocurrido antes.

Marina se puso ansiosa al verlo, -¡Madre, olvidaste cómo le dañó a Jimena una y otra vez, todo esto son pruebas!

-Mamá, olvídalo-

Jimena tiró de Marina, sus ojos se pusieron un poco rojos.

Su interpretación era cada día mejor.

-Vale, no he visto a Niña desde hace mucho tiempo y quiero charlar con ella, así que todos regresen-

Candela dio la orden en el acto para que salieran.

Marina y Mauro se quedaron boquiabiertos, especialmente Marina, me fijaba como si quisiera despellejarme.

Más tarde, murmuraron más, y Candela dijo que la tía Olivia los despidiera.

Cuando se fueron, Candela tiró de mí y me dijo, -Niña, han ocultado todo muy bien. Acabo de enterarme de que estuviste en la cárcel. Has sufrido tanto.

Al decir eso, sus ojos se pusieron rojos.

Creí que a Candela se le encogió el corazón.

Le cogí del brazo y apoyé la cabeza en su hombro, sacudiendo la cabeza, -Todo es pasado, abuela, intentaré empezar una nueva vida. Sólo… Hice una pausa -Me acusaron injustamente.

Tuve que decir eso.

-Lo sé, lo sé, si lo hubiera conocido antes, ¡sin duda no te habría metido en la cárcel! Todo es mi culpa, que ahora no presto atención a lo ocurrido afuera, entonces no conozco mucho de las noticias-

Candela me dio una palmadita en el hombro.

Pude sentir la autoculpa en su tono.

Más tarde, hablamos mucho más. Me preguntó por mi trabajo, y le hablé de mi trabajo en la empresa de Yonatán.

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