Amor desgarrado romance Capítulo 88

Esta pregunta, me hizo sentir muy nerviosa.

Miré a Yonatán por miedo por si iba a decir algo.

Yonatán me conocía muy bien, y por supuesto que sabía lo que pensaba, se quedó callado un rato y dijo,

-No estoy casado y tampoco tengo novia.-

Después de decir, ¡los diseñadores saltaron de alegría!

Todo el mundo estaba susurrando.

Algunas personas abuchearon y otros incluso dijeron,

-Subgerente Yonatán, yo tampoco tengo novio.-

-¡No me lo quites, yo tampoco tengo novio!-

-¡Y yo, y yo!-

Cuando todos estaban discutiendo, Yonatán volvió a hablar,

-Pero tengo alguien que me gusta. ¿No me habíais preguntado por qué vine a esta empresa? ¡Porque la chica que me gusta está aquí y vine para perseguirla!-

¡Todo el mundo se alborotó!

Todos los diseñadores miraban a su alrededor.

-¡¿Quién es?!-

Alguien preguntó.

-Creo que pronto lo sabréis.-

La mirada de Yonatán se puso en mi dirección.

-Antes no tenía el valor de confesar y perdí una oportunidad, pero esta vez, no quiero perderla.-

-Wow... ¿así de romántico?-

Entre la envidia y el odio de los diseñadores, Diana anunció el final de la reunión y salió del trabajo.

En cuanto terminó de hablar, todos los diseñadores se pusieron de pie, siete u ocho rodearon a Yonatán.

Tenía miedo de convertirme en un objetivo, así que me levanté rápidamente y me fui.

Al regresar a la oficina, cogí apresuradamente mis cosas y, lista para irme.

Tan pronto como llegué a la puerta, vi a Yonatán ya bloqueado en la entrada y dijo con agravio, -¿Soy un monstruo?-

-No, yo…-

Antes de terminar de hablar, ¡se reunieron algunos diseñadores!

-¡Vaya, subgerente Yonatán, será Julieta quien perseguías!-

-Dios mío, debería haber adivinado que la única persona que la empresa contrató recientemente era ella.-

-Envidia, celos, odio.-

Quizás era porque Yonatán había advertido antes, los compañeros solo expresaban envidia y odio, y no actuaron en exceso.

Esto hizo que mi corazón sintiera relajado.

Yonatán me entendió.

Me acompañó a la planta baja, se subió al coche y dijo,

-Mira lo popular que soy. Si no te apuras, tal vez alguien te lo quitará.-

-Yonatán, yo...-

-Bueno, era broma, no te sientas estresada.-

Yonatán me interrumpió, levantó la mano y me tocó el pelo.

Pero aun así le dije,

-Yonatán, eres tan bueno conmigo y has pagado tanto por mí. Me temo que no podré devolverlo en toda mi vida.-

-Te trato bien, es asunto mío, no tiene nada que ver contigo.-

Yonatán encendió el coche y me preguntó,

-¿Piensa en qué comer?-

Yonatán me llevó a cenar.

En los días siguientes, mis colegas supieron que Yonatán vino aquí para ayudarme y mucha gente vinieron a preguntarme por él.

Algunos compañeros incluso me dijeron,

-Julieta, si no vas a aceptar al subgerente Yonatán, no le atrapes. Deja las cosas claras y danos una oportunidad.-

Mientras el colega decía esto, pasó Yonatán, entró y dijo,

-Soy yo el que siempre la persigue y, estoy muy agradecido de que ella no se siente molestada.-

Cuando el colega miró a Yonatán, su arrogancia desapareció de inmediato y sin decir una palabra más, salió.

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