Amor Rebelde: Marido, ¡Ríndete a Mí! romance Capítulo 10

En realidad, ella siempre había tenido un carácter rebelde, pero por amor a Benjamín, se había vuelto dócil y sumisa.

Sin embargo, ahora quería ser ella misma.

Él soltó una risa irónica, "Eso también depende de si puedes encontrar una casa allá afuera, sin mi permiso, quiero ver quién se atreve a alquilarte."

Elisa se detuvo, "¿Quieres restringir mi libertad?"

"No es conveniente que salgas en este momento, quédate en casa." Benjamín suavizó un poco su expresión, "Espera hasta la próxima semana, cierra ese estudio de mala muerte y preséntate en el departamento de secretariado de el Grupo Futuro Victorioso para ser mi secretaria personal."

Al escuchar estas palabras, Elisa soltó una risa fría, "Sabes que estudié diseño, ¿y me pides que sea una secretaria?"

Él sabía muy bien que su sueño era ser diseñadora.

Sí, cuando ella abrió su estudio, no se lo consultó a Benjamín, pero eso era porque siempre era imposible comunicarse con él. Anastasia dijo que con una inversión de doscientos mil cada una sería suficiente. Ella pensó que esa cantidad de dinero no era mucho para él, que de todas formas gastaba millones con facilidad en joyas, así que invirtió en el estudio.

Él no estaba contento cuando lo supo, pero tampoco dijo mucho. Ella pensó que el asunto se había olvidado, pero hoy le pedía que cerrara el estudio.

Benjamín dijo con voz grave, "No estás hecha para ser diseñadora, mejor renuncia a ello cuanto antes."

Elisa sintió un estremecimiento, sonrió y dijo, "¿Así que tú decides lo que me conviene? ¿Has visto mis bocetos de diseño? ¿Has seguido mis estudios y mi vida diaria?"

"No necesito hacerlo." La voz de Benjamín era dura y sus palabras, duras, "No tienes lo que se necesita, si quieres trabajar, hazlo como mi secretaria, y ni pienses en intentar otra cosa."

Elisa sonrió, con una sensación de frialdad en su interior, "¿Así que en tus ojos, no merezco tener sueños? ¿Solo merezco ser una secretaria?"

Había estudiado duro durante años.

Dibujando bocetos día y noche, todos elogiaban su talento, todas las personas excepto Benjamín, quien con un simple "no te conviene" quería borrar cuatro años de sus esfuerzos.

Elisa no tenía nada más que decirle, ni quería decirle nada más, simplemente se dio la vuelta y dejó la villa.

"¿A dónde vas?" Benjamín preguntó desde atrás, con una mirada sombría.

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