Estoy segura de haber encontrado mi sitio perfecto en el mundo, y es entre sus brazos. El sol golpea sobre nuestros cuerpos, pero son definitivamente sus besos los que me hacen arder — amo el aroma de tu piel — me dice al oído y besa mi hombro.
— Y a mí me gustas todo tú... amo estar así contigo. — confieso y amarro mis brazos por encima de los suyos a la altura de mis pechos.
— Bella... — me dice con ese acento que tanto me gusta y mordisquea mi lóbulo haciéndome sonreír.
— ¿Qué? — pregunto incoherentemente.
— ¿Por qué no dejamos todo el asunto de Raúl atrás? ¿Por qué no nos dedicamos a ser felices? Quisiera volver a casarme contigo... hacer planes juntos... — dice y besa mi cuello — me gustaría que pensáramos en la idea de tener un hijo... — comenta tomándome por sorpresa.
— ¿Qué has dicho? — pregunto y apoyo mi cabeza sobre su hombro para poder verlo.
— He dicho que me gustaría que pensáramos en la idea de tener un hijo… — me repite.
Sus palabras definitivamente son hermosas, me encanta que tenga esos planes, pero también sé que no puedo dejar que el nombre de mi padre y por consecuencia de mi familia se vea manchado por lo que está haciendo Raúl Sandoval.
— Amor... — digo finalmente y muerdo mis labios — me gustan todos los planes que tienes para nosotros dos, pero entiéndeme; no puedo permitir que todos sigan creyendo que mi padre es quien está haciendo todo lo que ese imbécil hace utilizando su nombre. Debo saber que más ha hecho... — intento explicarme.
Puedo notar en su rostro que no está demasiado de acuerdo con lo que quiero hacer, pero a la vez sé que nadie mejor que él puede entenderme...
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