Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 46

Al día siguiente:

Ayer no podía admitirle a Lucas que estaba nerviosa, pero hoy ya no lo puedo esconder ni siquiera a mí misma. Mis manos temblorosas suben la cremallera de mi vestido color negro que llega hasta arriba de mis rodillas. Intento tranquilizarme, aunque sea un poco, pero es prácticamente imposible; hoy comienza todo y sólo puedo rogar intentar mantener el control de la situación el mayor tiempo posible. Respiro profundo, me miro al espejo una última vez, y tomo mi bolso para salir de mi habitación. Hoy es el inicio de todo.

[...]

Estoy frente a este imponente edificio completamente vidriado y en una de las zonas más lujosas de Miami; por afuera todo da la impresión de ser el sitio perfecto para trabajar, pero la verdad es otra. Los negocios que se manejan en este lugar están muy lejos de ser legales, y su presidente es lo más alejado a un hombre de negocios digno de su fortuna.

Acomodo la falda de mi vestido y abro la puerta para entrar a mi nuevo lugar de trabajo. La recepcionista me da la bienvenida y yo sólo respondo cordialmente para luego subir hasta el último piso donde se encuentra la oficina de presidencia.

El elevador parece ir más rápido de lo normal, o quizás es que yo estoy muy nerviosa. Sus puertas se abren, y apenas bajo; allí está él dándome la bienvenida —Sienna, que gusto verte. He pedido en recepción que me avisaran cuando llegaras— me explica y se acerca a mí para estrechar mi mano.

—Muchas gracias señor Sandoval, es un placer estar aquí— miento y hago mi mejor intento para mantener mi mirada fija en la suya.

Me sonríe y yo tiemblo —ven, te mostrare tu oficina; está justo al lado de la mía— me explica.

Sigo sus pasos, no muy lejos del lobby de este piso, y cuando sus manos abren la puerta de la que será mi oficina, me quedo sin palabras. Es una oficina enorme, muy moderna, y con una puerta que conecta con su oficina —es muy linda—comento mientras dejo mi bolso sobre el sofá color negro que hay en un rincón.

Recorro el lugar hasta llegar detrás del que será mi escritorio y luego de observar los elementos de oficina que hay sobre el mismo, levanto mi mirada para encontrarme con esos penetrantes ojos verdes llenos de malicia sobre mí —sí, es muy linda— dice respondiendo a mi comentario anterior, pero tengo la sensación de que no se está refiriendo precisamente a la oficina.

« Quizás Lucas tenía razón, quizás el entrar aquí ha sido un error... ¿y si no puedo controlar la situación? Ya es tarde para dar marcha atrás» me respondo a mí misma y sonrió lo más perfectamente que puedo, aunque sea pura falsedad.

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