Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 58

Me tiemblan las piernas y las manos mientras me ayuda a bajar de su lujoso auto ahora ubicado en el área del valet parking de este restaurante que tan bien conozco. Sólo puedo rogar que Matías, el gerente de este lugar, que no esté hoy o al menos que no me llame por mi apellido paterno; si lo hace, todo mi teatro se caerá y quedaré completamente expuesta ante Alejandro.

—Espero que te guste el lugar— me comenta el cuando ya he terminado de bajar del auto y suelta mi mano.

Le sonrió fingiendo amabilidad « Si tan sólo supieras que es uno de mis sitios favoritos...»

—Se ve estupendo — respondo finalmente.

Caminamos hacia la entrada de este moderno restaurante con su fachada trabajada completamente con materiales de concreto en color negro y detalles en madera, y al llegar a la puerta, un joven de cabello rojizo abre por nosotros. Su interior es increíblemente hermoso, un suelo rústico de concreto en su tono original, pero brillante a causa del tratamiento recibido, mesas preciosas de madera y sillas haciendo juego, y perfecta iluminación tanto natural a causa de los grandes cristales como de sus luces artificiales. —¿tiene reservación?— le escucho decir a una mujer y agradezco al cielo no conocerle.

—Si, a nombre de Alejandro Sandoval — le responde y mientras esperamos a que ella le dé instrucciones a la otra mujer que está a su lado, yo aprovecho esta oportunidad para observar a mi alrededor con la intención de saber si Lucas ya ha llegado o no. —Si puede ser en el exterior, mejor. — añade él y sé porque lo dice, el patio de este restaurante es maravilloso.

—Sí, por supuesto. Síganme — nos pide la joven rubia, bastante alta, y que seguramente ha de querer que yo no esté aquí.

Él simplemente me hace una seña con su mano para que sea yo quien avance primero, y sin dudarlo comienzo a seguir a la chica. Al salir al patio, una hermosa brisa con todos los condimentos marítimos que tiene para ofrecer esta hermosa ciudad invade mis sentidos y hasta mi cabello, haciendo que deba acomodarlo con mis manos. El sol, ya se ha puesto lo suficiente para que sus rayos no sean sofocantes, pero aún me molestan, así que debo colocarme los lentes de sol.—Esta es su mesa.— nos indica ella señalando una de las mesas más cercanas al mar.

—Muchas gracias — intercede él y antes que pueda apartar la silla, lo hace por mi.

—Gracias — le digo mientras me siento.

Le observo sentarse en la silla del lado opuesto de la mesa, y no puedo dejar de pensar en lo que me ha dicho en el auto. Él y la hermana de Lucas mantenían una relación, « ¿será completamente cierto? O ¿es que él sabe quién soy y este es un simple juego para confundirme?»

Intento descifrarle, pero me es muy difícil. Por momentos da la impresión de ser un hombre directo, algo peligroso y muy decidido, pero luego está esta versión caballerosa, algo dulce por llamarle de algún modo y hasta frágil «¿Cuál de los dos es el verdadero Alejandro Sandoval? ¿Y si él es tan sólo una simple víctima más de su padre?»

Lucas cruza su mirada con la de Alejandro y se quita los lentes oscuros. Se le queda mirando algo sorprendido y antes de que yo pueda hacer ninguna conjetura, él se acerca a nuestra mesa. No me mira y supongo que es para no echar a perder nuestro plan, pero se detiene justo al lado de Alejandro quien se pone de pie y yo no entiendo nada —¡¿Alejandro Ferrara?!— pregunta incrédulo.

«¿Ferrara? Se supone que su apellido es Sandoval...»

—¡Lucas Sandonini!— exclama él y para mi sorpresa se abrazan como si fuesen conocidos de toda la vida.

«¡¿Qué?! Pero, ¿de dónde se conocen? ¿Acaso Lucas sabe que él es el hijo de Raúl? Es más, ¿Sabe que él ha sido novio de su hermana?»

—Sienna, discúlpame —dice Alejandro después de que se han terminado de saludar —Él es mi ex cuñado, el hermano de la chica de la que te he hablado — se explica y la mirada de Lucas, sobre mi, me hace mil preguntas a las que no puedo responder ahora.

Disimulo lo mejor que puedo, me pongo de pie y le ofrezco mi mano para estrecharla con la suya —un gusto Lucas— me limito a decir y definitivamente esto no era parte del plan.