Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 61

Tan sólo cruzar el umbral de la entrada, de la que ahora es nuestra casa, comenzamos a comernos a besos como si fuese la primera vez. Sus brazos amarrados a mi cintura no me permiten alejar de él y para ser sincera, no tengo la mínima intención de hacerlo.

Mis labios tan sólo responden a los suyos y le doy mayor acceso a mi boca para que su lengua y la mía se encuentren en un baile de esos que son capaces de quemarlo todo a su alrededor. De alguna manera me va guiando hasta la escalera y provocando que nuestros besos sean un poco menos coordinados, vamos subiendo mientras que en el camino su camisa es desabrochada por la urgencia de mis dedos.

Mis pies sienten la firmeza suelo dejándome saber que ya hemos llegado a nuestra meta y sin más inmiscuyo, mis manos a la altura de sus hombros, para ir quitándole la camisa y dejarla caer en el camino. Sus dedos no se quedan atrás, bajan la cremallera de mi vestido mientras nos vamos acercando a nuestra habitación, y al sentirle rozando mi espalda tengo esta sensación de que me quemo con sólo su tacto.

Ya la mayoría de nuestra ropa ha desaparecido al entrar a nuestra habitación, la parte de atrás de mis rodillas chocan con la cama obligándonos a acomodarnos sobre ella sin abandonar la boca del otro. Estoy tan excitada que no puedo dejar de jadear en medio de nuestra guerra de besos y esto le hace sonreír.

—Me encanta escucharte así...— me susurra al oído y luego besa mi cuello por toda su longitud hasta llegar a mis hombros. Continúa bajando mientras que su mirada azul se clava en la mía y es totalmente provocativo verle así. La yema de sus dedos lentamente juega sobre la tela de mi sujetador haciéndome querer arrancar la ropa a causa de lo incómoda que ya me resulta y esto parece divertirle.

—Me lo quitas tú o me lo quito yo...— amenazo y sin responderme lleva sus manos hacia mi espalda para desabrocharlo y así quitármelo.

—Mmmm... pero que exigente has resultado ser mi amor...— me dice volviendo su mirada a la mía y antes de que pueda quejarme, sus labios comienzan a hacer maravillas con mis pechos haciéndome delirar.

Todas las palabras que he aprendido en mi vida parecen haber desaparecido de mi mente, sólo puedo delirar de placer y justo cuando creo que ya su dulce tortura terminara para finalmente hacerme suya; sus dedos deciden viajar al sur de mi cuerpo y jugar conmigo de una manera experta.

—Lucas... por favor...— suplico arqueando mi espalda en respuesta de su experto toque.

Él sonríe y abandona mis pechos para regresar a mi boca, pero su mano no... ella sigue ese exquisito juego que me acerca cada vez más al placer absoluto, y él lo sabe.... —¿te gusta?— me pregunta sobre mis labios y le muerdo el labio inferior en respuesta haciéndole sonreír triunfal.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Atrapada en la Venganza de un Millonario