"Dije que Nayra no va a morir, lo que yo tenga que ver con ella, no tiene nada que ver con este caso", Renán estaba claramente enojado y frustrado en ese momento.
"Señor Hierro, le pedimos que colabore con nuestra investigación. No queremos problemas con la policía", le respondió el oficial con un tono de disgusto.
Yo, sonriendo desde un lado, le dije al joven policía: "¿Cómo va a contarte lo que le hizo a su propia hermana? Esas cosas tan bajas que hizo".
"¡Capitán! Los resultados de la sangre y tejidos de la pulsera han salido. No corresponden al cuerpo, es de otra víctima".
"Parece muy probable que esta Nayra realmente haya tenido un problema".
Renán cerró sus puños con fuerza, negándose a creer que yo pudiera estar muerta: "Ella es muy astuta, solo está creando suspenso".
Mirándolo, me llené de decepción una y otra vez, hasta que mi corazón se volvió cenizas.
"Señor Hierro, su demora y falta de cooperación podrían hacer que perdamos la oportunidad de rescatarla a tiempo. Si Nayra realmente ha sido secuestrada por el asesino, ¡imagínese la desesperación esperando ser salvada!".
Miré al policía con los ojos enrojecidos, ese hombre tenía razón. Durante el tiempo que pasé de estar consciente a mi muerte, nadie sabía cuánta desesperación me sentí, rogué incontables veces para que la policía me encontrara, para que Renán viniera a salvarme. Pero al final, cuando pensaba en él, sentí un dolor agudo en el pecho.
El celular de Renán sonó, era Yuria.
"¡Renán! Vi a Nayri en el Club Éxtasis", gritaba emocionada.
Renán se quedó quieto por un momento y luego miró al policía. El oficial miró a su compañero con cautela: "¡Vamos al Club Éxtasis!".
Desesperada, intenté detenerlos: "No vayan, no vayan, Yuria lo está haciendo a propósito, está creando problemas a propósito, está tratando de confundirlos porque no quiere que encuentren mi cuerpo".
"No le crean, no le crean", grité con todas mis fuerzas, pero nadie me escuchó.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Canalla! ¿Satisfecho con mi muerte?