"Renán, ese tipo es realmente aterrador, me está mirando fijamente", detrás de mí, Yuria temblaba mientras hablaba, escondiéndose detrás de Renán.
Me volví a mirar y solté un suspiro de alivio, el perturbado no me estaba mirando a mí, sino a ella. Él la miraba con una ira contenida, pero no decía ni una palabra.
"Se llama Kent, del orfanato de por aquí. Una vez lo pillé robando bocadillos y lo agarré, pero no creo que sea una mala persona", dijo un policía en su defensa.
Yo negaba con la cabeza como si me fuera la vida en ello: "No, él es un mal tipo, ¡es un asesino!".
El policía soltó a Kent, éste se levantó del suelo desgarbado, sus piernas eran tan largas que sus pantalones no alcanzaban a cubrir sus tobillos. En su pantorrilla vi cicatrices que helaban la sangre, como quemaduras de una descarga eléctrica. Pero, a pesar de mi miedo, seguí sus pasos, temiendo que siguiera matando.
Se acercó a Yuria con una voz ronca, era esa voz, como si algo la hubiera destrozado.
"¿Fuiste tú...?".
Yuria lo miraba aterrada, temblando de pies a cabeza. Yo también estaba en shock mirando a Kent, ¿sabía que ella me había tendido una trampa?
"Sr. Hierro, si tiene alguna noticia sobre Nayra, por favor contáctenos lo antes posible, disculpe la hora, siento haberlo molestado", el policía líder se disculpó. "Me llamo Lucas, este es mi número".
Renán gruñó, tomó la tarjeta y se fue con Yuria. Mientras él se alejaba, Lucas habló: "Investiga a ese tal Renán y a Yuria, su relación con Nayra no es tan simple como parece".
"¿Lucas? ¿Cómo te diste cuenta?".
"¿Sabes si tu hermana tiene un lunar en el pecho o una marca de nacimiento en el pubis?".
"Eso es de locos", el joven policía abrió la boca en shock. "Pero, él parece tan normal".
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