|∆|
Philips, estaba pensando que es lo que espera Lucien, encontrar cuándo volviera a ver a su ex esposa, él la había ignorado por los dos años que estuvieron casados y dedicó toda su atención a Taylor, la esposa de su hermano
— Lucien, ¿qué es lo que esperas de ella? ninguno de los tuyos ni siquiera tú, de portaron bien con ella, es normal que ella te quiera lejos, ¿por qué no mejor dejas las cosas así? tal vez ella ya sea feliz sin ti
¿Has pensado en la posibilidad de que se haya casado, o de que tenga novio y esté comprometida? deja a esa mujer en paz, ya le hiciste el suficiente daño — el leal asistente y amigo de Lucien, Philips, le aconsejó
El joven y atractivo CEO, no dijo nada, solo endureció sus rasgos y salió del edificio de las empresas Di Monti, tenían una reunión con un socio en un lujoso restaurante al sur de la ciudad
Mientras Philips, conducía por las transitadas calles, Lucien iba en la parte de atrás pensando en lo hermosa que se veía su ex esposa, ella lucía tan elegante, sus hermosos ojos azules tenían un brillo diferente, pero si indiferencia hacía él había sido implacable hasta podría decir que un poco cruel
al llegar al elegante restaurante, Lucien pidió que no le dieran una mesa normal, el pidió la mesa que tenía cómodos sillones, él y su asistente se desabrocharon los botines de su saco y tomaron asiento
— Lucien, iré un momento al sanitario, ya regreso — dijo Philips, el joven CEO no puso cuidado, se quedó inmerso en las notificaciones de su celular, es por eso que no se dió cuenta que en el sillón de atrás había llegado el asistente Jan Pierre, y el pequeño Lucien, Angelina, estaba en otra mesa en junta con unos probables inversionistas
— Pequeño, iré al sanitario un momento, por favor no te vayas a mover de aquí, enseguida estoy de regreso, — pidió Jan Pierre, al niño
El travieso Lucien, se paró en el asiento, así fue como dio con el mismo hombre que había conocido en la sala de descanso de las empresas de los Di Monti
— Señor, ¿qué hace aquí? ¿acaso me está siguiendo? — la vocecita del niño se escuchó, Dorian, sintió que los bellos de su cuerpo se le erizaron, el escalofríos que lo recorrió, jamás lo había sentido, en su vida nunca había visto a un fantasma y aunque tenía que reconocer que el niño se veía adorable, no por eso le daba menos terror
— ¿Qué haces aquí niño? ¿por qué me estás siguiendo? ¿ne... necesitas ayuda? ¿que puedo hacer por ti? — el pequeño Lucien no se había dado cuenta que el imponente hombre creía que era un fantasma, un alma en pena que lo estaba persiguiendo, así que le pidió:
— ¿Puedes ayudarme a encontrar a mi papá? — el pequeño Lucien, miraba al CEO, con esos grandes ojos verdes brillantes
— Aaahh... esta bien, pero después vas a dejar de perseguirme, ¿cómo se llama tu papá? ¿en qué trabaja? ¿sabes de qué ciudad o país es?
— ¿Creés que si supiera todo eso necesitaría tu ayuda? para ser tan grande parece que eres muy poco inteligente... pero le preguntaré a mami, el nombre de papá, te daré la información cuando te vuelva a ver — dijo el niño con la seguridad de un niño criado en una excelente familia y con los impresionantes genes de su padre
Philips, corrió de inmediato a inspeccionar todo el lugar — aquí no hay nada — el asistente prácticamente recorrió mesa por mesa, fue ahí dónde se encontró con Angelina, ella se estaba despidiendo de sus posibles clientes, así que regresó a dónde Lucien, seguía clavado en su sitio
— Escucha, no encontré ningún niño con las características que me diste por ningún lado, pero si encontré que tu ex esposa estaba terminando una reunión con unos empresarios — informó Philips
— ¡¿Dónde?! ¿dónde está ella? ¡llévame! tengo que alcanzarla — pidió Lucien, poniéndose de pié de inmediato
Para cuándo llegaron a la puerta el coche que el asistente Jan Pierre, conducía y en el que obviamente iba Angelina, ya se alejaba con rapidez, Lucien no la alcanzó ésta vez
— ¡Demonios! qué mujer tan escurridiza — murmuró Lucien
Después de una junta de poco más de una hora donde Lucien cerró un excelente negocio, salieron con rumbo al enorme edificio que era defender las empresas Black, Lucien, no dejaba de pensar en ese adorable fantasma que de le seguía apareciendo y en su ex esposa que se le escurría de las manos como agua
— Creo que me estoy volviendo loco, Philips, ¡¿cómo puedo lidiar con esto..?!
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: CARIÑO VUELVE A MI LADO