CASADA CON EL SUEGRO DE MI EX. ATERRIZAJE EN EL CORAZÓN romance Capítulo 110

Maxwell Crane

Había intentado desde el día del entierro hablar con Emma, pero se me había hecho imposible, parecía que ella me estaba evadiendo, las veces que había ido, me enviaba a una de las señoras de servicio a decir que no estaba, que dormía, que no había llegado, eran decenas las excusas, pero necesitaba conversar con ella, porque quería aclarar el misterio que encerraba su madre.

Porque después de haber conversado con Tarah y Kontos, tenía la impresión de que las cosas no habían sucedido como mi padre pensaba, tenía la sensación que quizás él se había equivocado y alguien había conspirado en contra de su relación.

Así que me aposté en una zona cercana a su casa, esperando verla llegar o salir, lo que fuera, tenía como casi una hora esperando dentro del auto, cuando vi un vehículo llegar y pararse a la entrada, sin pensarlo dos veces, me bajé y caminé corriendo hacia allí, cuando el portón se abrió aproveché a entrar y el auto se detuvo de repente y la pude ver con una expresión primero de miedo y luego de molestia.

Se bajó del auto y caminó hacia mí.

—¿Qué diablo estás haciendo? —me preguntó con las manos en las caderas.

—Lo siento si te asusté. Necesitaba hablar contigo, Emma. He intentado encontrarte en casa, pero siempre dicen que no estás disponible, que no has llegado o que estás descansando. —Mi tono revelaba cierta frustración y desesperación.

—No quiero hablar contigo, Maxwell. Tienes que entenderlo —respondió con firmeza, evitando mi mirada.

—Emma, por favor, no me evadas, tengo muchas cosas que hablar contigo —expresé y ella negó con la cabeza.

—No tengo nada que hablar contigo ¿Crees que no conozco tu estrategia? Solo quieres convertirme en una muesca más en tu cama, y no me voy a acostar contigo —declaró con firmeza.

Pero su actitud me molesto.

—¿Y con Donato? ¿Con él si vas a acostarte? —pregunté sin poder controlarme, sin embargo, después de mis palabras, yo no era el único molesto.

—¡Eso no es tu problema! Me puedo acostar con quien a mí me dé la gana, pero no contigo —espetó dejando ver su creciente irritación—, así que lo mejor será que te vayas, no tengo nada que hablar contigo.

—Si tiene que hablar contigo ¿No quieres saber la verdad sobre tu madre?

Sus ojos reflejaron un desgaste emocional, como si estuviera lidiando con algo más que no quería revelar o como si tuviera miedo de lo que iba a encontrar.

—No hay nada que aclarar. No me interesa discutir sobre mi madre o lo que sea que hayas escuchado —respondió con sequedad, tratando de desviar el tema.

—¿No te interesa descubrir qué relación tuvo con mi padre y que probablemente no seas hija única? —y mis palabras captaron su atención.

Por un momento la vi debatirse entre dejarme entrar a su casa o darme la espalda y echarme, pensé que me iba a rechazar, pero segundos después respiré con alivio cuando, me hizo una seña con la cabeza, me quise hacer el duro y moví las manos en un gesto de interrogación.

—No entiendo lo que dices —expresé con aparente indiferente.

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