(COMPLETO) ¿Enemigos o amantes? romance Capítulo 17

–Tengo que entregar el polvo mágico y un par de cosas más– envolvió mi cintura con sus brazos– ¿Te veo luego?

–No, no tengo interés en chicos malos que venden droga a otros chicos malos, así que...– fingí que me iba a salir de sus brazos, pero él me apegó a su cuerpo con una sonrisa en los labios, le divertían mis palabras– sí, te veo luego– dije atrapando sus labios.

–hm...– apretó mi trasero– ¿Me das fuerzas para irme? – atrapó mis labios con un beso corto.

–No ¿Con qué me quedaría yo? –introdujo sus manos dentro de mi pantalón apretando mis nalgas directamente.

–No seas egoísta...– envolví su cuello con mis brazos atrapando sus labios, aceptando sus caricias.

No quería irme y sé que él tampoco quería apartarse de mí, lo podía sentir al buscar excusas para retenerme un par de segundos con él, sin embargo, ya iba tarde al aeropuerto por ello me vi en la obligación de alejarme primero, claro que de camino al aeropuerto no podía dejar de pensar en sus labios, en su sonrisa, en aquellos ojos grises que me vuelven loco, tampoco podía dejar de pensar en la comodidad que me entregan sus brazos y en la noche anterior, pero lo de esta mañana tenía el primer premio, de todas formas pude verlo a la cara mientras me hacía y decía cientos de perversiones, Nathan saca mi lado más pervertido por lo que trato rápidamente de pensar en cosas normales, no puedo sólo pensar en su cuerpo desnudo sobre el mío ¿Qué tal si alguien escuchará mis pensamientos? Me tratarían de pervertido morboso que ama el miembro de un hombre, claro que ese hombre tiene un pene bastante grande... mierda ¿Qué estoy pensando? Yo no pensaba en estas cosas, yo era normal...

–Lo normal es aburrido– me decía mi cabeza por lo que sonreí dándole la razón.

Cuando llegué al aeropuerto entré casi corriendo para buscar a mi primo quien para mi suerte acababa de salir del avión, tras verlo a lo lejos me sentí feliz por tenerlo aquí, este corrió dejando su maleta atrás todo con tal de abalanzarse a mis brazos gritando mi nombre a todo pulmón, nos abrazamos con fuerza el tiempo suficiente como para darme cuenta de su guardaespaldas, cuando mis ojos se pusieron en él pude ver al chico perfecto delante de mis ojos, era el tipo de chicos que derrite a mi primo por ello me sorprendió saber que aún no se lo había follado, además lleva trabajando como guardaespaldas de mi primo unos tres meses, lo cual lo convierte en uno de los guardaespaldas más duraderos que han protegido a Samy.

Mi primo se llama Samuel, pero todo el mundo lo conoce como Samy, su color de ojos es casi igual al mío, sólo que sus ojos celestes son un poco más oscuros, su piel es blanca, no suele tener mucho contacto con el sol, su cuerpo es lo suficientemente delgado como para causarle envidia a todas esas chicas que buscaban nacer con un cuerpo como el suyo, mientras más come, menos engorda, hasta a mí me genera envidia, sin embargo, mi cuerpo está más ejercitado que el suyo, por ello el suyo es más delicado, su cabello es castaño oscuro y tiene 18 años igual que yo, sólo que los acaba de cumplir, nos llevamos ocho meses de diferencia por ello nos llevamos tan bien.

Su guardaespaldas era un rubio de ojos verdes que llevaba una camisa blanca ajustada, eso dejaba paso a ver unos fuertes brazos como también a unos pectorales que me generaban cierta envidia, su cuerpo estaba mucho más ejercitado que el mío, aunque no se pasaba más allá de la escala de lo normal, era musculoso, pero no exageradamente y eso lo hacía lucir guapísimo, por lo que supe tiene 24 años y era un soldado antes de ser guardaespaldas.

Mi primo habló conmigo todo lo que quedaba de día, me contó sobre su viaje, sobre sus aventuras a escondidas de los tíos, sobre todo, teníamos tanto que contarnos que me sentía agobiado por no tener el tiempo suficiente, quería hablarle sobre Nathan, sin embargo, también quería conocer cosas sobre mi primo, cosas nuevas que había hecho en este último tiempo en el que no nos hemos visto. Por supuesto que Nathan salió en el tema, pero no di más información de lo que él ya sabía, me preguntó por Nathan tras verlo en las portadas de revistas de cotilleos, quería saberlo todo, no obstante, no sabía cómo comenzar.

–¿O sea que ahora son novios? –preguntó con una sonrisa burlona.

–Sí, pero al mismo tiempo no– respondí confundido.

–Pero no entiendo...– dijo Samy– es una farsa, pero has tenido sexo con él cuando en realidad no debían.

–Ese es el problema, la farsa ya no es tan farsa ¿Me entiendes? Aunque claro ¡Es tan guapo! – dije viendo como sonreía– tío que de verdad creo que me estoy comenzando a enamorar– Samy rió a carcajadas.

–A comenzar dice– decía entre risas– Estas coladito por él, primo.

–Ya...– respondí con cierta preocupación– pero dime ¿Qué hay de tu guardaespaldas? ¿Cómo es que aún no lo han despedido?

–Te juro que la primera vez intenté escapar de él, pero es inteligente de cojones, parece que conoce todos mis movimientos, claro, los de día, porque una vez entré a su habitación desnudo y ni siquiera se lo esperaba– rió mordiéndose los labios– lo hubieras visto, los ojos casi se le salen de sus cuencas, pero no me folló– dijo lo último entristecido– me tiene babeando por él, no obstante, no me deja hacer nada inapropiado a pesar de que le gusto.

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