(COMPLETO) ¿Enemigos o amantes? romance Capítulo 30

Lo cierto es que no conozco a su amigo, no hemos tenido la oportunidad de conocernos, pero hasta ahora no consigue agradarme ¿Cómo podría agradarme alguien que busca conquistar a mi novio? Sería estúpido de mi parte decir que me agrada y que no tengo problema con ello, sin embargo, no soy de la clase de chicos que fingen que les agrada alguien, sería muy hipócrita de mi parte si supiera hacerlo, aunque bueno, confió en Andrew por lo que simplemente observo como se marcha.

No pensé más de la cuenta en ello, de todas formas, no tenía tiempo para pensar o por lo menos mis amigos no me dejaban pensar, como no tenía las llaves de mi moto y además como la había dejado en casa estábamos los cuatro metidos en el auto de Owen, la música estaba a tope, iríamos a su casa para calentar y jugar antes de que fueran las once, es decir, jugaremos al FIFA, beberemos cerveza, la música estará sonando de fondo y compraremos pizza o hamburguesas, todo muy saludable obviamente -o al menos no es nada que no pueda quemar en el GYM- por lo que no tenía tiempo para pensar en celos que no tenían fundamentos.

Aunque por otro lado estaba mi hermana enviando un mensaje tras otro, no podía entender que estaba pasando, sin embargo, ella me pedía que fuera a casa lo antes posible y no sabía si debía preocuparme, ella no me decía nada en particular, por ello le pedí a Owen que me llevara a la casa de mi madre, por suerte su casa no estaba tan lejos de la mía por ello nos quedaba de paso y luego podría ir caminando hasta la casa de Owen para hacer lo planeado, claro, siempre y cuando no sea nada importante.

No sabía si estar nervioso, pero aun así lo estaba inevitablemente, toqué la puerta con calma escuchando a mi madre en su interior gritándole a mi hermana, no andaba con llaves por esa razón no podía abrir sin más, claro que tras nadie abrirme comencé a tocar con más insistencia llamando a mi hermana para que me abriera y así poder ver que estaba pasando, sin embargo, me abrió mi madre quien me observó con molestia y bastante enfado en el rostro, miré instintivamente a mi hermana quien bajó la cabeza evitando mi mirada. Entré y caminé hasta la sala de estar esperando a que pasara lo que tenía que pasar, mi madre cerró la puerta y de forma nerviosa comencé a mirar el lugar dándome cuenta de lo que estaba pasando, no hizo falta que me dijera nadie, en la mesa de centro había una copa con alcohol fuerte en su interior y la botella estaba a su lado casi vacía, mi hermana no bebe por lo que no es de ella, sólo quedaba mamá quien cuando bebe se pone muy agresiva, principalmente cuando cree tener razones y una revista de cotilleo sobre mi relación con Andrew era más que suficiente.

Relación por supuesto que aún no le había dicho y no tenía pensado hacerlo tampoco, sabía que no terminaría bien una discusión sobre ese tema, por este motivo me quedé en silencio esperando que mi madre lanzara la primera piedra para defenderme si era necesario -y seguramente lo sería-.

–Cuando salí a comprarme un abrigo nuevo me encontré con una peculiar revista en donde aparecía mi hijo besando a un hombre– comenzó diciendo con la mandíbula apretada de lo furiosa que estaba– la tienes sobre la mesa– se acercó a mí tomando la revista y se paró frente a mí, sólo nos separaba la mesita de centro– ¿me puedes explicar que mierda significa esto? –me la lanzó con fuerza– ¡mi hijo! –gritó tomando la copa de alcohol y tomando varios sorbos como un método de calmarse, pero no funcionaba– ¿sabes lo asqueroso y repulsivo que es esto? –guardé silencio otra vez– ¡¿lo sabes?! –gritó lanzando su copa hasta acabar golpeando una pared cerca de mi hermana, por supuesto que la copa se quebró al instante y mi hermana asustada pegó un salto por lo que me puse a su lado tratando de sacarla del tema.

–Vete a tu habitación...– le dije en un tono calmado.

–Pero...– me decía asustada.

–Sólo ve– le dije e inmediatamente mi madre volvió a gritar.

–¡Tú no te mueves de aquí, Keyla! –le gritó– ¿tú encuentras normal ocultarme algo así? Algo tan asqueroso como esto debiste decírmelo de inmediato, esto es...– se trabó con sus propias palabras– ¡esto es una enfermedad!

–Mamá ya basta– dije tratando de parecer calmado– que Keyla no te lo haya dicho es problema mío, además si estoy saliendo con un chico, también es problema mío, no depende de ti de quien deba enamorarme.

–No...– susurró mientras negaba a su vez con la cabeza– tú definitivamente te has vuelto loco ¿enamorado? –se rió arreglando su pelo hacia atrás– ¿de un hombre? No Nathan, no estás enamorado, estás confundido– dio un paso hacia nosotros por lo que de forma instintiva puse a mi hermana detrás de mí– te llevaré al doctor y te curará, ya verás...– sonrió de una forma casi demente, se reía como si estuviera loca– ya verás...– volvió a decir– esto es culpa de tu padre.... Pero mamá arreglará todo...

–A ver mamá, cálmate, este no es un tema que involucré a papá, no tiene nada que ver con lo mío con Andrew– fui diciendo– no es algo que puedas arreglar, no puedo escoger de quien me enamoro.

Mi madre me miró con el ceño fruncido, se acercó un poco a mí y me abofeteó lo suficientemente fuerte como para lograr que girara mi cabeza por el impacto, no me lo veía venir, pero vaya que quemaba– ¡tú NO estás enamorado!– dijo con ira– es culpa de ese chico, tú no eres como él, él es quien está enfermo, tú no eres un maricón, así que deja de decir que estás enamorado de ese asqueroso.

La miré enfadado, ella no quería escucharme, ella se aferraba a la idea de que todo esto que sentía era una enfermedad que supuestamente tenía cura, por esa misma razón simplemente me fui escuchando como me gritaba una y otra vez que me quedara, pero no lo hice, simplemente me fui lo más lejos que podía tratando de no pensar más de la cuenta en sus palabras que ciertamente me lastimaban, que me guste un chico no quiere decir que sea diferente a lo que ella conoce de mí, yo no he cambiado por lo que no podía evitar sentirme triste por sus palabras.

No me di cuenta de que mi hermana corrió detrás de mí hasta que me tomó de la mano y me detuvo, instintivamente me giré y la abracé tratando de no pensar en mi madre, no quería llorar, no por alguien que no consigue entender mis sentimientos, no le daría el gusto de llorar a pesar de que dolía ser rechazado por mi propia madre.

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