(COMPLETO) ¿Enemigos o amantes? romance Capítulo 31

...Narra Andrew...

Eran las once de la noche cuando la puerta fue golpeada con fuerza cuando estábamos cenando, el padre de Nathan miró a Markus quien parecía igual de confundido que yo, claro que inmediatamente la imagen de tipos malos pasó por mi cabeza al estar cenando con un mafioso con incansables enemigos, por supuesto que me asuste tras no saber a lo que me podría enfrentar, no obstante, el padre de Nathan simplemente le dio una señal a uno de sus hombres para que abriera la puerta mientras él caminaba hasta la sala de estar donde claramente lo siguió Markus curioso de ver lo que pasaba, no puedo negar que no hice lo mismo, quería ver que estaba pasando.

Me senté al lado de Markus quien tras ver a una mujer entrar a la casa histérica soltó una risita diciendo "Esto se pondrá bueno" por lo que se acomodó y observó el espectáculo de gritos que creaba aquella mujer, no entendía que estaba pasando, ella simplemente se acercó al padre de Nathan y golpeándolo repetidas veces decía "Es tu culpa" "todo esto es tu culpa" hasta que él se cansó y levantó un poco la voz sin entender exactamente cuál era el problema.

–¿De qué hablas? Y deja de gritar– dijo alejándola de él, ella miró a nuestra dirección y pareció hervir de furia.

–¡Por tu culpa mi hijo es un maricón! ¡Tú le enseñaste a ser un puto! –siguió gritando mientras yo no sabía si debía hacerme presente, porque esa mujer no me miró a mí, sólo miró a Markus y su sangre hirvió, no quiero pensar en lo que hará cuando sepa que yo soy pareja de su hijo– ¡Es culpa tuya y de este imbécil! –Markus rió casi sin contenerse, el padre de Nathan lo miró con cierta molestia diciéndole con la mirada un "No es momento de reírse"

–¿Y por qué es mi culpa? –preguntó entre confundido y divertido por lo que ocurría Markus– por lo que yo sé, Nathan es así mucho antes de conocerme.

–¡Tu maldito maricón! –se le acercó con furia, pero el padre de Nathan la sujetó impidiéndole que se acercara a Markus– ¿¡No te bastó con quitarme a mi marido?! ¡Que ahora vienes y confundes a mi hijo con tus mierdas!

Esto no me lo esperaba, no pensé que el padre de Nathan tendría una relación con Markus, es decir, ni siquiera se les notaba que eran pareja, bueno, supongo que se debe a que son hombres maduros y no tienen tiempo para el romanticismo como yo con Nathan, aunque el punto no es este; Aquella mujer estaba histérica y maldecía a todo el mundo, gritó tanto que su cara se ponía roja de lo furiosa que estaba, Markus dejó de reír viendo al padre de Nathan quien parecía bastante aburrido sobre el tema, yo no quería ni hacerme presente sólo porque no quería escuchar lo que podría decirme a mí si es que sabe sobre mi existencia, no obstante, en uno de sus insultos miró hacía a un lado viéndome y como si fuera yo una cucaracha me lanzó un florero que tenía a su alcance diciéndome de todo, me insultó de mil formas, agradecía que tuviera mala apuntaría porque de seguro el golpe me habría dejado marcas.

–¡Mi hijo no es como tú! –me gritó ya sin saber que más decirme– Nathan sólo está confundido, ya verás cómo se dará cuenta de que tengo razón, ustedes no estarán juntos mientras yo viva–.

–No te involucres en algo que no te corresponde– dijo en un tono molesto el padre de Nathan quien parecía que con aquellas palabras había perdido la paciencia.

–Haré lo que sea necesarios para que mi hijo no sea un enfermo como tú– amenazó antes de irse.

En ese preciso momento el silencio nos envolvió, ninguno de los tres dijimos algo, yo sólo pensaba en Nathan quien de seguro la estaba pasando mal por lo ocurrido, no sabía si debía llamarlo o si debía dejarlo unas horas a solas para que se calmara si es que estaba molesto, no sabía muy bien que hacer, los insultos de su madre no me lastimaban a pesar de ser muy hirientes, salir del armario públicamente te genera un escudo que otras personas de mente cerrada crearon a mi alrededor, habría llorado de no ser porque aquellos insultos ya los había escuchado antes de cientos de personas, aunque eso no quita el hecho de que existan miles de otras personas que apoyan nuestra forma de amar, porque yo no escogí ser gay, yo sólo me enamoré.

Agradecía el hecho de estar allí, sobre todo porque Markus fue quien acabó con el incómodo silencio que se había formado, si hubiera sido en mi casa yo no habría sabido como acabar con el incómodo silencio con un chiste, el padre de Nathan lo miró mal por crear un chiste mediante lo que había pasado, para seguido reírse diciendo entre risas que no debía burlarse de lo ocurrido.

–Lo siento mucho, esto no debió de haber pasado– se disculpó el padre de Nathan.

–No importa, ahora mismo sólo me interesa Nathan.

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