(COMPLETO) ¿Enemigos o amantes? romance Capítulo 7

Luego de ello Nathan nos invitó a unos juegos, me la estaba pasando tan bien con ellos, su hermana era muy graciosa y alegre, me he ganado su confianza sin buscarla realmente, no obstante, valoro que me haya dado la oportunidad de demostrarle quien realmente soy, no soy como todos dicen, yo también busco divertirme y en un lugar lleno de juegos ¿Quién no lo haría? Jugamos en los autos chocados, en las máquinas que nos transportaban a un sitio virtual, le disparamos a unos zombis que nos perseguían en un juego de rol, bailamos en las típicas máquinas de baile, Nathan y yo hicimos una competencia de autos de carrera virtual, lo único "real" era el freno, el acelerador y el manubrio, el resto era todo ficticio, estaba siendo todo tan divertido que no quería acabar de jugar, sin embargo, jugamos todos los juegos que había en el edificio, además teníamos hambre y esta vez invité yo. Los dejé escoger a donde querían ir, les nombre una variedad de sitios a los que ellos sólo respondieron con un "Mientras la comida sea buena, a mí me da igual" por ende, escogí yo, creyendo que sería de su agrado.

En efecto, lo fue, ellos parecían sorprendidos de comer en el octavo piso de un edificio justo al lado de los enormes ventanales, daba una sensación de vértigo cuando mirábamos hacia abajo, pero las vistas de la ciudad por la noche era mucho más que hermosas, el cierre de este día había sido muy lindo, aunque un poco romántico al tener ese ambiente el lugar, su hermana parecía feliz, me miraba y sonreía regalándome una sonrisa sincera, moría por saber en qué pensaba...

–Me divertí mucho– Dijo su hermana– por cierto, mi nombre es Keyla– me dijo sonriéndome– lamento haberte juzgado sin conocerte, pero como entenderás no me gusta la idea de ver a mi hermano triste, ahora entiendo que eso no pasará– me tomó de las manos y me miró a los ojos– por favor, cuida de mi hermano– dijo por lo que miré a Nathan quien se llevó las manos al rostro con cierta vergüenza, no quiso mirarme, podía notar su nerviosismo.

–Lo haré– dije en contestación.

–¿Qué le dirás a mamá? Ella no estará feliz, sabes su opinión respecto a este tema– se dirigió a Nathan.

–No te preocupes, ya buscaré una forma para decírselo con sutileza– dijo viéndola a los ojos.

Yo los miré ¿Qué ocurría con su madre? ¿Será homofóbica? Su hermana parecía preocupada con respecto a ella, por ello no quise preguntar para evitar entrar en una situación tensa, aunque si sentía curiosidad por saber qué pensaría su madre si supiera sobre mi supuesta relación con su hijo, aunque no sólo la de ella, sino que también la de su padre, no comprendo por qué, pero me gustaría saber sus opiniones...

El día ya había acabado por ello, luego de pedir la cuenta y pagar nos fuimos hasta mi auto, fuimos hablando un poco de camino a su casa, me sentía cómodo hablando con ambos chicos, por ello hablábamos sin descanso, claro que me sentía un poco cansado tras el largo día que había tenido, no obstante, no podía borrar la sonrisa de mis labios. Sentía que la sonrisa de su hermana nos contagiaba a ambos, Keyla tenía una especie de esencia que nos hacía sonreír o directamente reír todo el tiempo, ya que ella lo hacía y su sonrisa nos contagiaba de inmediato, cuando nos encontrábamos frente a la puerta de su casa aun dentro del auto ella nos agradeció a ambos por este día, creí que aquello sería todo por hoy, pero su hermana añadió.

–¿Se han estado controlando todo este tiempo? –nosotros la miramos sin entender, Nathan estaba a mi lado como copiloto mientras que ella estaba en los asientos de atrás– es eso o están mintiendo– miré a Nathan y este me miró a mí.

–¿Qué? –dijimos a la vez confundidos.

–No se han besado– dijo– o están mintiendo, o se están conteniendo– se cruzó de brazos– venga, quiero un beso.

Nos miramos otra vez, esta vez de una forma diferente, yo no quería, me sentía vulnerable ante la idea de besarnos sin estar bajo el efecto de alcohol, pero Nathan fue quien se acercó a mi rostro luego de que se quitara el cinturón de seguridad, sostuvo mi mejilla izquierda con su mano derecha antes de acercarse poco a poco a mis labios, creí que sólo sería un beso corto, uno de esos besos que sólo se rozan y ya, traté de pensar en que sería muy corto, por ello accedí a ser besado por él, sin embargo, al principio sólo fue eso, un beso corto que llamaba a otro más largo en el que sus labios atrapaban los míos apoderándose de mis labios, pero que a su vez los míos atrapaban los suyos logrando conseguir un beso un poco subido de tono, el beso me parecía desesperado, era tonto negar que mis labios no lo buscaban con la misma intensidad, de hecho, posé mi mano en su mejilla tratando de acercarlo más a mí.

La respiración se aceleraba, sus labios humedecían los míos y mi cuerpo se llenaba de unas extrañas sensaciones que provocaban un leve cosquilleo dentro de mí, me estaba gustando la forma en la que nos besábamos, mis ojos se mantenían cerrados a medida que lo hacíamos, escuché como una puerta se cerraba, pero no le presté atención, me estaba gustando demasiado la sensación de sus labios sobre los míos. Por ello cuando cortamos el beso nos miramos a los ojos aun jadeantes, mi respiración se perdía con la suya, sentía que extrañaba sus labios y acabábamos de besarnos, me había gustado tanto que quería volver a besarlo y ser besado, quería más, pero nos dimos cuenta de que su hermana se había salido del auto antes, no sabía que decir, Nathan me miró y sonrió diciendo un "Nos vemos" seguido de un beso cerca de mis labios.

Observé como entraba a su casa sin mirar atrás, no sabía por qué, pero mi corazón palpitaba acelerado dentro de mi pecho, mis labios se curvaron con una sonrisa y con mis dedos acaricié mis labios sintiendo un cosquilleo sobre mis labios, aún podía sentir la calidez de sus labios, cuando aceleré en mi auto no podía dejar de pensar en ello preguntándome si Nathan estaba igual que yo.

{...Centrado en Nathan...}

Cuando el pelinegro entró a su casa se apoyó en la pared mordiendo su labio inferior mientras sonreía, su corazón le impedía pensar, latía tan fuerte que no podía escuchar a nadie más que a su corazón, inclinó su cabeza hacia atrás, apoyándola en la puerta escuchando como el auto de Andrew comenzaba a moverse, se acarició los labios, embobado y suspiró caminando hasta su habitación sintiendo que flotaba, la sensación era parecida a estar drogado, sólo que aquel beso lo hacía sentirse mucho mejor. Cuando llegó a su cama se dejó caer abrazando la almohada que aquella noche había sido utilizada por Andrew, hundió su cabeza en ella y soltó un pequeño gritito de felicidad, su cama olía a él por lo que su cuerpo despertaba rápidamente, aquella esencia de su cuerpo era inolvidable, por lo que cada vez que tomaba aquella fragancia de la almohada, sentía ganas de repetir aquella noche que no podía dejar de recordar, a diferencia de Andrew, Nathan no había olvidado las sensaciones que había sentido su cuerpo.

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