(COMPLETO) ¿Enemigos o amantes? romance Capítulo 8

Todo esto me está confundiendo, esta farsa está logrando hacerme sentir cosas que realmente no estoy sintiendo, me niego a creer que estoy comenzando a sentir cosas por un chico como Nathan, ha sido siempre mi enemigo número uno ¿Por qué ahora estoy tan...? ¿Raro? No sé cómo expresarme, me siento confundido y no puedo dejar de pensar en él, en la sensación tan placentera en la que sus labios me hacían sentir hormigueos que llaman mariposas, trato de hacerme creer que no quiero volver a sentir sus labios sobre los míos, pero mi cuerpo entero lo está llamando y no quiero confesarlo, me niego a confesar que necesito la calidez de sus labios apoderándose de los míos.

Hoy cuando lo vi llegar y entrar al salón mi corazón saltó dentro de mi pecho, me puse nervioso de sólo verlo a los ojos, sus ojos me buscaron de inmediato, no sé si lo hacía por el falso noviazgo o si lo hacía porque me buscaba, pero el sólo hecho de tenerlo delante de mí me ponía raro, claro que logré disimularlo -o al menos eso creo- ya que, no dijo nada después de un "Buenos días" antes de que la profesora entrara al salón saludando y diciendo lo que haríamos hoy, yo traté de parecer interesado en la información que entregaba la profesora, debería de alegrarme por el hecho de salir temprano hoy, sin embargo, el irme temprano significaba que no estaría todo el día con Nathan como últimamente hemos estado.

Cuando salimos a la cafetería para desayunar sus amigos me fulminaron con la mirada, parecían muy cabreados por no poder pasar tiempo con su amigo, por ello quise alejarme un poco de Nathan queriendo de paso dejar de sentirme tan nervioso, si se va con sus amigos yo podré estar tranquilo y calmado, aunque sea un par de horas, además es imposible que pueda quedarme solo siendo tan popular, tarde o temprano alguien se me acerará.

–¿Por qué no pasas tiempo con tus amigos? Deben de extrañarte– le fui diciendo por lo que sonrió y miró por detrás de él, sus amigos rápidamente apartaron la mirada fingiendo que no nos habían visto– que finjamos ser novios, no quiere decir que debamos pasar todo el día juntos, ve con ellos, diviértete– le ofrecí– debes estar aburrido de estar sólo conmigo.

–Hm...– soltó alargando aquel sonidito lo suficiente como para impacientarme, Nathan miró mis labios y acercó su mano a mí, creí que haría lo mismo de ayer, que acariciaría mi mejilla para seguido besarme, sin embargo, sólo acarició mis labios con su pulgar para seguido agregar un– Ok, nos vemos luego.

–Nos vemos...– susurré embobado viendo cómo se iba.

Les gritó a sus amigos como un saludo utilizando una palabrota y estos rápidamente contestaron de la misma forma, pero con mayor felicidad, Owen me miró y en vez de fulminarme con la mirada, me sonrió enseñándome el pulgar como un "Me gusta" por lo que le sonreí y me fui de la cafetería, no pasé mucho tiempo a solas, sólo bastaron dos minutos para que un grupo de gente se me acercara proponiéndome cosas.

Mi día fue bastante aburrido, cuando llegué a mi casa al medio día me aburría sin hacer nada por ello salí de compras, con eso conseguí mantener a mi cabeza ocupada un pequeño instante, por lo menos hasta las cinco de la tarde donde conseguí obtener tiempo para mí, hasta las 6:30 me quedé ordenando mis compras y probándome algunas de ellas tras combinarla con algunas de mis prendas antiguas, cuando ya no di más me dejé caer a la cama y cuando quería acabar con este aburrido día se me vino a la cabeza llamar a Nathan, tomé mi móvil y lo sostuve un largo instante, no lo llamaría por llamar, quería proponerle que fuéramos hasta donde un amigo informático que podrá darnos la clave sin mucho esfuerzo, claro que de seguro me pedirá salir como compensación, ya que, mi amigo siempre busca salir conmigo.

Piiip... primer tono...

Piiip... segundo tono...

Me estaba impacientando, mi corazón latía muy de prisa, iba a cortar, creí que no podría hacerlo, pero él me contestó en un tono un poco extraño.

–¿Sí...?

–¿Estás ocupado? –pregunté con temor.

–No...– su respiración era un poco acelerada, mi mente enseguida pensó que estaría haciendo algo obsceno por lo que enseguida mi cuerpo se calentó– e-estaba haciendo ejercicio, de hecho, tenía pensado llamarte...– guardó silencio–no te importa que siga con lo mío mientras hablamos ¿no?

–No, claro que no ¿para qué querías llamarme? –pregunté y él suspiró.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: (COMPLETO) ¿Enemigos o amantes?