Nicole levantó la cabeza y sin darse cuenta frunció el ceño al ver a los dos que tenía delante. «¿Queenie y Joseph? ¿Tan pequeño es el mundo como para tropezar con estos dos?»
-¿Qué tiene que ver mi paradero con ustedes?
-Has venido aquí buscando a Colton, ¿verdad? -Queenie reveló un rastro de enfado en su rostro al comprender por fin por qué Nicole se hacía pasar por Lisa. «Alguien debe haberle dicho que Colton viene a la cena anual de F&M Apparel, ¡y ahora se hace pasar por la diseñadora jefe de la empresa para conocerlo!»
—¡Eres una z*rra, Nicole! Te acostaste con un hombre hace cinco años y ahora te fijas en Colton. Es imposible que se enamore de una mujer como tú. —pronunció apáticamente Queenie mientras sus ojos se llenaban de intensa vejación.
-¡Oye, cuidado con lo que dices! -Cuando Nicole escuchó su parloteo sin sentido, sus cejas se fruncieron en una línea apretada-. Es natural que esté aquí porque soy Lisa, la diseñadora jefe de F&M Apparel.
Al oír eso, Joseph se burló.
-Oh, señorita Anderson. ¿Quién hubiera pensado que sería tan persistente con su mentira por el bien de su orgullo? Te felicito por tu determinación.
—Aun así, debería haber límites a tus tonterías, Nicole. — Queenie levantó la cabeza con jactancia. «Y yo que pensaba que sólo se hacía pasar por Lisa para actuar como si fuera la superior, ¡pero su motivo ulterior era en verdad sólo acercarse a Colton! Si ese es el caso, ¡destrozaré su nombre!»
Queenie se rió.
-Ya que hemos llegado a esto, te diré la verdad, Nicole. Soy, de hecho, la asistente de Lisa en el campo.
«¿Asistente?» Nicole estaba desconcertada. «No es de extrañar que su voz y su número le resultaran familiares... ¿Así que ha sido Queenie todo el tiempo? ¿Y el amigo que
ha traído hoy es Joseph?»
Al captar la breve confusión en su rostro, Queenie sonrió aún más complaciente, suponiendo que la expresión de Nicole era el resultado de su exposición. Su discurso también se volvió más pomposo.
-No tengo ni idea de cómo has entrado aquí, pero yo en tu lugar me ¡ría cuanto antes en lugar de avergonzarme aquí.
Joseph añadió:
-Lo sé, ¿verdad? No sabría cómo recuperarme de la vergüenza si me expusieran en público.
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