Dilema entre el Odio y el Amor romance Capítulo 135

Carlos agarró su barbilla y apretó cada vez con más fuerza: "Déjame contarte...".

"Si no fuera por mí, Carlos, que puse más plata para comprarla, Universal Entretenimiento habría sido adquirida y convertida en oficinas antes de que terminara este año. Si no fuera porque metí más de mil millones, Universal Entretenimiento no tendría fondos suficientes para operar y jamás se habría convertido en la agencia de entretenimiento más grande del país".

"Soy el salvador de toda la familia Ortiz, ¿entendiste?".

"Si piensas en casarte con Eliseo o José, te aconsejo que lo olvides ya, porque tengo el derecho de terminar el contrato con Universal Entretenimiento en cualquier momento y recuperar mi inversión".

Quizás era porque la brisa de la noche estaba demasiado fresca, cuando Estefanía escuchó las palabras que dijo Carlos, no pudo evitar sentir escalofríos por todo el cuerpo.

Antes de regresar al país, ella no sabía que Carlos era el principal inversor de Universal Entretenimiento. Pero siempre había sido consciente de que el impresionante crecimiento de la compañía en los últimos años se debía a que tuvo mucha liquidez y un sólido respaldo financiero.

Si ese dinero, esos mil millones, se retiraran de repente de Universal Entretenimiento, ¡las consecuencias serían terribles!

No podía arrastrar a la familia Ortiz a eso.

"Ya te lo había dicho, Estefanía, yo decido lo que puedes hacer durante este año".

Carlos bajó la cabeza y besó ligeramente sus fríos labios. "¿Ahora entiendes?".

"Entiendo", respondió Estefanía en voz baja después de un rato.

Ella sabía que lo único que él quería era una respuesta obediente. Así dejaría en paz a la familia Ortiz.

Él levantó ligeramente su mano izquierda y ella quiso esquivarlo por instinto, pero en un segundo se contuvo y detuvo la resistencia que sintió al no querer que la tocara.

Sólo podía obedecerle.

Carlos tocó su mano que estaba fría como hielo.

Levantó la mirada hacia ella, se quitó su chaqueta y la colocó sobre sus hombros.

Estefanía se quedó tranquila sin luchar mientras él la llevaba hacia donde tenía estacionado su auto.

Cuando perdió el equilibrio y estaba a punto de caer, de repente una mano se extendió y la agarró firmemente del hombro.

"Gracias". Estefanía suspiró y le agradeció a Carlos en voz baja por instinto.

En cuanto lo dijo, supo que se había equivocado.

Como era de esperar, Carlos se quedó en silencio. En la oscuridad, Estefanía sólo pudo ver que sus ojos la estaban mirando fijamente con una frialdad aterradora.

Estefanía abrió la boca, pero no supo cómo corregir la situación.

"Yo...", comenzó a decir, pero de repente se sintió mareada y en el siguiente segundo, cayó sobre el sofá cercano.

Ella se golpeó sin querer en la espalda con algo que había en el sofá, justo en la columna vertebral, y el dolor la hizo soltar un gemido instintivo. Justo cuando intentaba levantarse, Carlos le agarró las manos.

Las heridas de Estefanía aún no estaban del todo curadas, pero sabía que esa noche no iba a poder escapar.

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