Dilema entre el Odio y el Amor romance Capítulo 151

Carlos Mendoza estaba furioso y preocupado, sin importarle los esfuerzos de Estefanía López por levantarse, la sujetó por la cintura impidiendo su movimiento y, sin más, le levantó la camisa de la espalda para echar un vistazo.

En la mitad de la columna vertebral de Estefanía había un gran moretón, él tocó suavemente la zona y notó la piel hinchada y caliente al tacto.

"¿Cuándo te lastimaste la espalda?", le preguntó mirando fijamente la lesión por unos segundos antes de preguntar con voz grave.

Estefanía recordaba que no se había golpeado la espalda en esos días, salvo la noche anterior cuando Carlos la había arrojado al sofá, probablemente había aterrizado sobre algún juguete de Joaquín y se golpeó justo en la columna.

Ella apretó las comisuras de los labios y no dijo ni una palabra.

"Habla". Carlos frunció el ceño con impaciencia.

Aunque Carlos la usaba sólo para desahogarse, en ese momento pareció preocuparse por su salud y a Estefanía le pareció un poco ridículo.

"¿Qué tiene que ver eso contigo?", le replicó con voz débil mientras contenía el dolor.

Carlos sintió como si algo le obstruyera el pecho, quiso desahogar su ira, pero no pudo.

La miró fijamente y preguntó con seriedad: "Si fuera José Ortiz quien te estuviera llevando al hospital ahora, ¿le hablarías de la misma manera?".

"Al menos él...". Estefanía respondió sin pensar.

Pero tras unas pocas palabras, se detuvo y no quiso continuar.

Por muy despreciable que fuera José, no andaría con varias mujeres a la vez.

Pero decir eso en voz alta sonaría como si estuviera celosa, era algo que le parecía extraño.

Era mejor no decir nada. Además, si lo decía, sólo conseguiría molestar a Carlos y que descargara su enojo en alguien más.

Ya había aprendido su lección, hacerse la sorda y la muda era su mejor opción.

"¿Qué te parece José?". Carlos preguntó entre dientes.

Estefanía se sentía muy mal y no quería gastar su energía discutiendo con él, así que decidió cerrar la boca y no hablar más.

Pero al verlo inclinarse hacia ella, obedientemente abrió la boca, tomó un sorbo de agua para enjuagarse y escupió en el vaso de papel.

Lo hizo varias veces hasta que ya no quedó sabor a ácido o a café en su boca, y luego se detuvo.

Carlos notó su cooperación y su expresión se suavizó un poco.

Después de un momento, preguntó con seriedad: "¿Has tenido tu periodo este mes?".

Estefanía se sorprendió por un instante y finalmente entendió a qué se refería.

¿Pensaba que estaba embarazada de su hijo?

"Tomé la pastilla del día después", dijo tras unos segundos de silencio, evitó la mirada de Carlos, miró hacia la ventana y respondió en voz baja.

Al día siguiente de la hemorragia en el hospital, le pidió a Margarita Ortiz que le comprara la pastilla, ya que justo coincidía con su período fértil y estaba decidida a no quedar embarazada de Carlos otra vez.

No quería otra situación complicada donde la acusaran de usar al niño para chantajear a Carlos, de ser una sinvergüenza y de tener segundas intenciones.

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