Dilema entre el Odio y el Amor romance Capítulo 248

"¡22 millones!". Antes de que Estefanía pudiera preguntar la razón, Fabiola, que estaba no muy lejos, levantó inmediatamente su cartel.

"30 millones". Carlos continuó manteniendo su mirada sobre Estefanía.

De repente, toda la sala explotó en un murmullo de debate.

¡Carlos estaba tirando la casa por la ventana por una mujer, y esa era la primera vez que ocurría algo así! ¡Ofrecer un precio astronómico de 30 millones por un diamante que ni siquiera tenía diez quilates y que no era de los mejores, era algo sin precedentes en cualquier otro lugar!

Valió la pena venir. ¡Pudieron ver un espectáculo gratis!

Fabiola se había puesto pálida, miró fijamente a Estefanía y Carlos, cuyas miradas estaban entrelazadas.

"Sigamos subiendo la oferta", el mayordomo de la familia Mendoza dijo en voz baja con el ceño fruncido.

El patriarca los había enviado allí para luchar por ese diamante sudafricano, ¡no había razón para volver con las manos vacías!

"50 millones". Fabiola levantó su paleta una vez más.

La atmósfera de la sala estaba llena de tensión, nadie hablaba, todos esperaban ansiosos el último momento para ver quién se llevaría el diamante.

"80 millones". Carlos lo pensó un momento y luego habló lentamente.

¡Eso era una locura!

La sala estalló otra vez en una ola de discusión acalorada.

"100 millones". Fabiola continuó levantando su cartel con el rostro pálido.

Estefanía pensaba que el valor real del diamante era de sólo unos pocos millones, y aunque su valor como coleccionable pudiera ser incomparable con el tiempo, no valía los millones que se estaban ofreciendo, ¡mucho menos 100 millones!

Incluso para la familia Mendoza, que consideraba ese número como papel, no debería desperdiciarse de esa manera.

Ella apretó la mano de Carlos en secreto, señalándole que no fuera tonto.

En ese momento, incluido el diamante de Golconda que había capturado la atención de Estefanía antes, las tres mejores piedras de la noche estaban a punto de ser presentadas.

Casi todos los diez invitados de esa noche tenían sus ojos puestos en esas tres cosas.

Una de ellas era un Paloma Rojo Diamante de primera clase que había trascendido desde el siglo XVI, tenía casi 30 quilates, y junto con el diamante de Golconda de 15.9 quilates, eran las dos piezas más destacadas.

La puja de la antepenúltima pieza comenzó, eso calentó nuevamente el ambiente de la sala y se vendió por casi 60 millones. Las siguientes dos, probablemente costarían al menos el doble.

Comenzó la subasta del Paloma Rojo Diamante y Carlos volvió a hablar: "50 millones".

En ese momento, Estefanía de repente pareció entender qué estaba tramando Carlos esa noche.

Quería saber cuánto era lo máximo que los presentes estaban dispuestos a pagar. Claramente, era el genio de los negocios, él tenía a todos en la palma de su mano.

"55 millones", alguien de la segunda fila inmediatamente subió la oferta.