Dilema entre el Odio y el Amor romance Capítulo 49

Estefanía entró de una y justo iba a despertar suavemente a Joaquín cuando la maestra la vio llegar, la jaló para un lado y le susurró: "El niño tuvo un poquito de fiebre por la tarde, y como ustedes no vinieron a buscarlo, le di un medicamentito para bajarla".

Estefanía se quedó pasmada: "Pero en la mañana estaba bien, ¿cómo...?".

"Puede que haya sido por las actividades extraescolares de la tarde, se pusieron a jugar con pistolas de agua y como no trajo ropa de cambio, la maestra no le puso otra enseguida y se resfrió", se disculpó la maestra con algo de culpa.

"Pero después de tomar la medicina ya está mejor, le tomé la temperatura tres veces y ya no tiene fiebre".

Con mucho cuidado, Estefanía tocó la frente de Joaquín y era cierto que ya no estaba tan caliente.

"Gracias, maestra".

Después de tomar la medicina, Joaquín quedó profundamente dormido y ni se despertó cuando Estefanía lo llevó al auto.

Al llegar al Edificio Coral, Estefanía se encontró con que había un apagón.

"¿Qué pasó?", le preguntó al guardia.

"A las cinco tuvimos un fallo en la reparación eléctrica y todavía están en eso, calculo que falta media hora o más. Van a tener que subir por su cuenta, lo siento mucho".

Estefanía no pudo evitar fruncir el ceño y miró hacia atrás a Joaquín, cuyo rostro volvió a enrojecerse y en el auto no había nada para taparlo, definitivamente no podían esperar allí.

Después de pensarlo por unos segundos, decidió subir por la escalera de emergencia, vivía en el décimo piso, no era tan alto.

Joaquín estaba acurrucado en sus brazos, un poco más caliente que ella, pero no demasiado.

Cuando Estefanía llegó al quinto piso, Joaquín apenas abrió los ojos y sonrió: "Señora... ya llegamos a casa...".

Luego murmuró algo más, apoyó su cabeza en el hombro de Estefanía y se volvió a dormir.

Estefanía pensó que Joaquín creía que ella lo iba a dejar de lado otra vez.

Antes de que pudiera gritar, una mano le tapó la boca con fuerza.

"¡Soy yo!", el hombre detrás de ella habló y la giró en sus brazos.

Estefanía estaba sudando de miedo, pero se relajó en cuanto vio que era Carlos.

No se sabía cómo, pero Carlos había tomado a Joaquín de sus brazos y lo cargó en su hombro mientras seguía tapándole la boca a Estefanía para que no hiciera ruido.

Estaban muy pegados y Carlos le lanzó una mirada de advertencia con el ceño fruncido.

Así que realmente estaba pasando algo arriba.

Estefanía se calmó, respiró con más tranquilidad, se quedó callada y miró a Carlos que la tenía contra la pared.

Carlos echó un vistazo hacia el piso de arriba y justo cuando bajó la mirada, se encontró con la de Estefanía.

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