Hoy, ella había pasado todas las tres escenas de una sola vez, sin hacer perder el tiempo a nadie. Calculaba que todos podrían terminar temprano y hasta podrían saltarse el turno nocturno.
No quería cenar con el resto esa noche, justo estaba pensando en ir a saludar a Felipe cuando, al levantar la vista, se encontró con la mirada del hombre que estaba junto a Felipe.
Estefanía no tenía ni idea de que Carlos vendría. Se quedó congelada mientras se limpiaba la comisura de los labios.
Carlos aún estaba herido, pero había venido en persona para acompañar a Isabel en la grabación del video musical.
La noche anterior, había suplicado fuera de la villa, y Carlos ni siquiera había mostrado su rostro.
Ella se había rebajado, sabía que él tenía a alguien que le gustaba y aun así había tenido la desfachatez de aferrarse a él y a Joaquín, incluso había firmado un contrato de un año con él.
Después de unos segundos, continuó como si nada y se acercó a Felipe con voz baja: "Director, disfruten ustedes esta noche, yo paso, todavía no me acostumbro al cambio de horario".
"El señor Mendoza vino con Isabel para grabar el video del tema principal, tal vez podríamos..." Felipe pensó un momento y luego, con la cara dura, le respondió a Estefanía.
"No se preocupen, disfruten ustedes". Estefanía le sonrió a Felipe y le contestó en voz baja.
Dicho esto, se volteó hacia Carlos e Isabel, que estaban juntos, y los saludó con indiferencia: "Señor Mendoza, Isabel, disculpen".
"Solo es cuestión de tiempo para cenar, el hotel no está lejos". Isabel le sonrió ligeramente: "No tomará mucho tiempo, ¿no tienes que cenar tú también esta noche?"
"No pienso cenar". Estefanía miró a Isabel y le contestó suavemente.
"Mides uno sesenta y nueve y pesas noventa libras, ya tienes un cuerpo perfecto, ¿para qué hacer dieta? Con comer menos es suficiente". Isabel no tenía intención de dejarla en paz y le respondió con amabilidad.
Dicho esto, se volvió hacia Margarita, que estaba detrás de Estefanía: "¿No será que Margarita no te deja comer?"
Antes de subirse al carro, Carlos miró hacia atrás, en dirección a ella.
Estefanía, a través del vidrio del auto con película antirrobo, lo observó en silencio. Sabía que él sabía que ella estaba allí, porque tenía un localizador.
Sin embargo, Carlos solo miró un momento y luego retiró la mirada sin expresión alguna en su rostro.
Después de que Carlos e Isabel se fueron, Estefanía bajó del carro de utilería y subió a la misma furgoneta que Felipe y los demás.
En el camino, Felipe la miró varias veces, como si quisiera decir algo pero no se atreviera.
Había otras personas alrededor, así que Felipe no encontraba las palabras adecuadas, y tampoco entendía completamente qué relación había entre Carlos y Estefanía, o entre Estefanía y José.
Felipe, por Carlos, había reservado una sala lujosa que incluía varias habitaciones conectadas para cenar, jugar al billar, cantar en el karaoke y descansar. Cuando Estefanía entró, no vio a Carlos por ninguna parte, solo a Celeste y a otros sentados jugando cartas con Isabel.
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