En este mundo, lo más cruel no era no poder tener lo que uno deseaba, sino perderlo después de haberlo conseguido.
"Pequeña muda".
Parecía que Estefanía volvía a escuchar a Carlos llamándola, abrió los ojos tranquilamente y, tras unos segundos de confusión, se dio cuenta de que estaba en el hospital.
Giró ligeramente la cabeza y vio a Carlos sentado en el sofá de al lado, concentrado en los documentos de la pantalla de su laptop, con el ceño fruncido y unas ojeras bastante pronunciadas debajo de sus ojos.
La noche anterior había mandado a Margarita a comprarle medicamento para detener la hemorragia. Como sabía que el hotel estaba lleno de celebridades, fans y paparazzi, no quería armar un escándalo y evitar que la gente sospechara sobre su relación con Carlos.
Carlos notó que Estefanía se movía en la cama de al lado y volteó a mirarla, encontrándose con su mirada justo en ese momento.
Estefanía parecía muy tranquila y, después de unos segundos, desvió la mirada hacia la bolsa del suero como si no le importara quién estaba a su lado.
"¿Todavía te duele?" Carlos frunció levemente el ceño, cerró su computadora y le preguntó en voz baja.
"No te incumbe". Estefanía respondió suavemente.
Carlos se tensó un poco y luego se levantó y se acercó a la cama, inclinándose ligeramente hacia ella.
Estefanía giró la cara, evitando ser tocada.
Carlos se detuvo un momento y continuó poniendo su mano en su frente para comprobar su temperatura.
Después de pasar toda la noche con el suero, la temperatura de Estefanía había vuelto a la normalidad y parecía estar mucho mejor que cuando la habían traído la noche anterior.
"El señor Mendoza sí que es un empresario con conciencia". Estefanía giró los ojos hacia él y sonrió levemente: "No solo se encarga de matar, sino también de enterrar el cadáver".
Carlos admitió que había sido demasiado impulsivo la noche anterior.
Pero había sido por Javier.
Estefanía observó a Carlos enojarse y alejarse, escuchando sus pasos alejándose por el pasillo, y no pudo evitar sonreír con ironía.
Esto era lo que él quería, que se torturaran mutuamente.
Agarró su teléfono de la mesita de noche y lo encendió para revisar los mensajes, vio uno de José de hace una hora.
"Ya no hay problema con la medicina de King, ya no tienes que preocuparte".
Resplandor del Río.
"¿Cómo era posible? ¡Si esos rumores ya habían sido aplacados!" Isabel se levantó de golpe del sofá al escuchar que el escándalo de Celeste se estaba saliendo de control.
Isabel y Celeste siempre habían sido promocionadas juntas. Si Celeste tenía problemas, ella también se vería afectada.
Entre las actrices no hay verdaderas amistades, pueden pelearse brutalmente por cualquier recurso, pero si una se queda sola en este mundo, se iba a ver como alguien con mala reputación, por eso existían las amistades de marketing.
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